¿¡QUE ESTÁ PASANDO?!. (Marcela POV)

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"Si Malú se caracterizaba por algo, era por OPORTUNA..."

Pasó, lo que me temía sucedió, alguien me vio besándome con Beatriz, y no fue cualquier persona, FUE MI HERMANA.

Cuando la alcancé después de la corrida que pegó al vernos, la llevé a la cafetería que está a unos pasos de la oficina, prácticamente a jalones, pero lo logré.

-Malú, antes que nada, de que me juzgues, de que me odies, de que me cuestiones mil y un cosas, necesito que me escuches.
-Estás muy mal, pero bueno, mereces tu oportunidad de hablar.

Se fueron 45 minutos, creo que abarqué bastante bien la situación...

-... Y así están las cosas con ella, y con Armando voy a romper el compromiso pronto.
Malú tomó mi mano.
-¿Ella te hace feliz?
-Muy feliz, tan feliz que quiero llorar cada que la veo, y me duele estarle haciendo esto.
-¿Y Armando? ¿No te duele estarle haciendo esto?
-Claro, ambos me duelen, a veces siento que no me merezco ser feliz, por lo infeliz que voy a hacer a Armando.
-Por supuesto que te lo mereces, y si, le dolerá a él al principio, pero a la larga será lo mejor. No merece ninguno de los dos pasar por la tortura de una vida juntos.
-Así es...
-Y bien... Cuéntame de ella, como es, ¿Me va a caer bien?
-¡Uy! ¡No te imaginas! ¡Es maravillosa!..

Y ahí se fue el resto de la tarde, se me fue el tiempo volando platicándole sobre Beatriz y como terminamos en este punto. No volví a la oficina, y en la noche, Malú se puso a sacar nuestras cartas astrales y ver que tan compatibles somos, esas cosas astrológicas que tanto le fascinan.

Ya era muy noche para molestarla, preferí no hacerlo y buscarla en la mañana, era lo mejor.
Me alegra que Malú lo supiera al fin, que no le molestara, me hicieron ruido sus palabras, eso si, pero que alguien se enterara de esto, me quitaba un peso de los hombros.

Malú me hizo el desayuno, muy vegano, pero le aprecio el gesto.

-¿Cómo dormiste?
-Pues medio bien, medio mal. Tus palabras me resonaron mucho, necesito saber qué hacer. Los Mendoza hoy quieren que nos reunamos en el departamento de Armando para ver unas cosas de la boda, sinceramente a mi no me apetece volver a poner mi cara de imbécil para revivir esta farsa. Cada que lo veo, me recuerdo lo mierda de persona que soy.
-¡Calma! No eres para nada una mala persona, al contrario, ¿No recuerdas? Cuando me hacían bullying en el colegio por ser tan delgadita, tu me defendías, no dejabas que me llamaran de nombres o apodos, también fuiste en quien me recargué cuando quería caer en las adicciones cuando sucedió lo de nuestros padres, aunque terminó afectándote mas, tu absorbiste eso para que yo no cayera, en serio, te amo por eso, no te miento, me siento culpable por lo que pasaste por salvarme, no olvido aquél accidente que tuviste en ese antro, y yo no pude hacer nada para ayudarte.
-Tu compañía y apoyo fueron lo mejor que me pasaron esa noche.
-Gracias por el desayuno, ¿Me acompañas a la oficina?
-No creo que deba, tu tienes que ir a hablar con alguien que me imagino ha de estar muy preocupada desde ayer porque no sabe nada de ti.
-¿Qué harás mientras no esté?
-Voy al gimnasio un rato, a meditar y a comprar cositas para hacerte cena, ¿Qué te parece?
-Muy bien, pero por favor, a mi plato aunque sea agrégale algo de carne.
-Maldita sea, nunca te voy a quitar esa costumbre, ¿Verdad?
-Lo siento, es parte de mi ser. Te veo en la noche. Cuídate y cualquier cosa, me avisas.
-Va, salúdame a Beatriz.
-Claro, pero yo la saludo primero.

Tomé mis cosas y salí rumbo a su casa. Era algo temprano así que tendríamos tiempo de platicar antes de llegar a la oficina.

Estacioné afuera de su casa y bajé a tocar la puerta. Me abrió su mamá.

Solo negocios: B.E.N.Y. [Parte 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora