Con que así se siente morir en vida. (Betty POV)

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El hermano de Marcela entró interrumpiendo la junta, y con esas palabras nos sumergimos en el infierno. La escena se congeló un segundo en mi cabeza, todos tenían cara de preocupación, desentendimiento, confusión o coraje, Armando estaba en shock, Marcela tenía cara de querer llorar, yo, por mi parte, creía tener cara de terror... Mas que de costumbre. En fin, la reunión continuó después del calor de los gritos y reclamos.

—Eres un imbécil, Armando, ¿Por qué nos ocultaste esta calamidad? ¿Cuánto tiempo creías que te ibas a salir con la tuya? — Graznaba Daniel.
—¿Como te enteraste? — Mendoza se levantó de su asiento, para agarrar al empresario y sentarlo a la mesa.
—¡Eso es lo de menos! ¡Aquí tienes tus miserias reales de estado financiero! — El rubio lanzó una carpeta al centro.
—¡Lo hice para protegernos! — Replicaba Armando.
—Y no nos hagamos idiotas, usted nos robó, con razón estaba ganando tanto dinero en la bolsa de valores. —
Volteó la mirada para conmigo para rostizarme, yo no podía pronunciar palabra de la conmoción.
—¡Beatriz solo seguía órdenes mías! ¡Esta carta la libera de responsabilidades! Y tu, pedazo de zángano, cállate y escucha, no nos quiere robar la empresa, yo confío en ella, porque es de la total confianza de Marcela. — El prometido tomó la mano de Marcela, pero ella simplemente parecía ausente.
—Yo no pretendo robarles su patrimonio, señores, en estas carpeta están ambos estados, el de ambas empresas, la suya y la mía. — Entregué los folders a los asistentes. — Además, si lo desean, como creo que será, en unos días, después de los procedimientos competentes, se revierte la diligencia y se acabó el problema.
—Usted no puede devolvernos la empresa así, nos van a devorar los acreedores, Beatriz. Creo que debo tomarme un par de días para revisar qué podemos hacer. — Al fin, la voz de la razón, Don Roberto hablaba ecuánimemente.
—Yo te apoyo, papá. — Armando sonaba realmente preocupado.
—¡Tu ya no vas a mover nada! ¡YA HICISTE DEMASIADO ARRUINANDO LO QUE CONSTRUIMOS LOS VALENCIA Y MENDOZA EN TODOS ESTOS AÑOS! — El Patriarca estaba mas que molesto, pero seguía en su postura de tranquilidad y firmeza.

Ya no sabía por donde llegarían los madrazos, Daniel se burlaba de la situación mientras que Malú intentaba callarlo, Margarita lloraba y los varones Mendoza seguían discutiendo, Ricardo Calderón nomás no despegaba su cabeza de la mesa, Marcela, de ver su cara, podía interpretar que no podía de la vergüenza, ella era la que más miedo tenía de toda esta movida.

Unos minutos después de gritos y discusiones, la reunión terminó en que dentro de unos días continuábamos para evaluar la situación, Armando quedó destituido de su cargo, temporalmente, Daniel salió más que furioso, Malú se fue a meditar, Don Roberto consolaba a Doña Margarita, Marcela recogió su carpeta y salió corriendo a su oficina, yo tras ella, y los demás varones salieron a sus oficinas.

Las secretarias estaban boquiabiertas, me limité a decirles que fue una reunión tensa.

Entré a la oficina para verla llorar, le acerqué una taza de té y me senté frente al otro lado del escritorio.

-Yo te debo una disculpa.
-No, no me debes nada, esta decisión estaba tomada con o sin mi opinión.
-Pero no es justo, debí escucharte.
-No había otra opción, era embargar precautoriamente nosotros o que nos embargara alguien mas a la brava. Hiciste lo que debías hacer, Armando estaba consciente del riesgo.
-Trata de calmarte un poco, por favor, te hará daño.
-Y para el colmo de males, ARMANDO YA NO ESTÁ A CARGO DE LA EMPRESA Y NO SÉ A QUIÉN VAN A DARLE EL PUESTO... ¿TU CREES QUE PUEDO ACABAR EL COMPROMISO AHORA? ¡Lo voy a matar con eso, Beatriz!
-¿Entonces? ¿Qué quieres decir? ¿Estás terminando esto? Porque yo ya me cansé.
-No, no, solo dame unos días, por favor, no quiero perderte.
Me tomó la mano y me dio un par de besos.
-Necesito salir a caminar.

Solo negocios: B.E.N.Y. [Parte 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora