Posesión (+18).

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Este pequeño OS es para desearle un feliz cumple a mi amiga meilyhn. Dije que no iba a hacerlo smut pero al final me traicioné a mí misma y le puse un poquito jajaja.

Un regalo cortito por la premura pero en serio espero que te guste 😉.

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Otro día de infierno que no puedo evadir por la necesidad. Lo he intentado infinidad de veces, pero sigo estancada en este horrible trabajo, sólo porque tengo que sobrevivir.

Y lo peor es que hoy ella está en casa. Había llegado temprano del trabajo y estaba merodeando por allí. En cualquier momento me iba a encontrar.

Sabía que lo había hecho a propósito porque desde hace días no me había visto en la casa. Yo había convencido a la jefa de sirvientas que me cambiara al turno de día, llegando justo cuando la dueña de la casa se fuera a trabajar y yéndome antes de que ella llegara. Era perfecto y había podido avanzar sin sufrir tanto tormento. Ella no podía luchar contra su propio horario de trabajo. Tenía que cumplirlo para responder a sus lujos y caprichos tan exigentes.

Pero ahora resulta que llegó de imprevisto. Cuando escuché que su auto llegó, solté la ropa que estaba sacando de la secadora y corrí a esconderme en un armario de la parte de abajo, donde ella casi no pasaba tiempo. Cerré con seguro y me mantuve atenta ante cualquier sonido. Me cubrí la boca para controlar la respiración cuando escuché sus tacones por el pasillo. Cerré los ojos y sostuve el picaporte en caso de que lo abriera con alguna llave, pero siguió de largo sin siquiera detenerse.

Esperé unos minutos para estar completamente segura de que se había ido y abrí la puerta con lentitud. Salí con suma delicadeza, sin hacer ruido, directo hacia la habitación de empleadas para cambiarme y salir de ese lugar. Ya no me importaba si me despedían por irme antes de la hora. No podía dejar que esa mujer me volviera a encontrar. Habían sido días de paz y no quiero volver al mismo infierno. Ya encontraré un nuevo lugar de trabajo, por mucho que ella ensucie mi nombre. Sé que ha sido su culpa el hecho de que no haya podido encontrar un nuevo trabajo. Ha utilizado sus conexiones y su poder para mantenerme atada a su casa. Pero ya no lo soporto más. Quiero tener una vida tranquila.

Pero justo cuando estaba a punto de entrar en la habitación, sentí cómo me halaban del cabello hacia atrás y me encerraban en otra.

-¿A dónde crees que vas? -Me dijo ella con voz arrogante, en el oído, mientras me sostenía fuertemente por el cabello. -¿Acaso crees que podías seguir escondiéndote de mí?

-¡No, Srta Jauregui, por favor! -Supliqué tratando de zafarme, pero ella me llevó hacia un mostrador y me apoyó en él con fiereza. Podía ver su rostro a través de un espejo que tenía al frente. Ella sonreía con maldad y rozaba sus labios en mi mejilla.

-¿Cuántas veces te he dicho que no me llames así? -Me acostó sobre el mostrador y subió la falda de mi uniforme. Enseguida sentí el golpe fuerte de la paleta de madera en mis glúteos y grité por el dolor. -Eres una malagradecida. -Me volvió a halar del cabello para incorporarme. -Te atreves a cambiar tu horario sin mi permiso. Eres una puta. -Volví a sentir el golpe de la paleta en mi trasero y reprimí el grito. -5 días. Hace 5 malditos días que no te toco. ¿Acaso no sabes que tú eres mía? ¿Que tienes que estar disponible cada vez que yo quiera? ¿Ah? -Esta vez dejó la paleta en el mostrador y me encajó las uñas justo en la marca de los golpes lo que me hizo gritar más fuerte. -Eres mía. Siempre lo serás y nunca podrás escapar de mí, zorrita. Y ahora te voy a castigar como te lo mereces.

Me estampó con fuerza en el mostrador y me rompió las bragas. Yo lloraba de desesperación, rogándole que me dejara ir pero ella no me hacía caso. Me ató las manos con una cinta de seda y sentí que me colocó unos grilletes de cuero para sostener mis pies. Y comenzó a utilizar la paleta. Una y otra vez. Podía sentir el ardor en mis glúteos y en cada golpe quemaba más.

De repente se detuvo y escuché cómo abría un cajón. Cuando escuché la vibración, me incorporé llena de pánico pero ella me estampó de nuevo en el mostrador.

-Quieta ahí, perra. -Y me colocó el vibrador en la vagina.

Intenté zafarme de nuevo, pero ella había colocado todo su peso sobre mí mientras presionaba el vibrador en mi centro. Yo soltaba pequeños gritos mientras ella lo paseaba con maestría por todos los lugares, esparciendo mi humedad. Yo estaba desesperada. Mi mente estaba muy dispersa y fuera de control.

Entonces llevó el vibrador a mi clítoris, haciéndome separar más las piernas, hasta el límite de los grilletes. Yo grité por las sencaciones.

-Grita todo lo que quieras. Nadie te va a escuchar ni ayudar. Nunca lo han hecho y nunca lo harán, porque saben que eres mía. Toda mía. -Y aumentó la fuerza de vibración.

Mi llanto empeoró porque estaba luchando contra mi propio cuerpo y lo que ella me estaba obligando a sentir. Su mano libre abrió con brusquedad mi ropa en la parte de al frente y comenzó a pellizcarme los pezones con cierto salvajismo. Sentí su nariz en mi cabello mientras me olía.

-Hueles tan bien. Me excitas tanto. -Afincó más el vibrador y mis piernas temblaron. Entonces sentí cómo el orgasmo me atacó y solté un gemido fuerte, dejándome llevar por el clímax. Pero ella me tomó del cabello de nuevo para levantarme, dejando el vibrador a un lado. -¿Acaso te di permiso de que te vinieras?

-Srta... -Dije con voz suplicante.

-¡TE DIJE QUE NO ME LLAMARAS ASÍ! -Me haló más fuerte del cabello. -¡¿CÓMO TIENES QUE LLAMARME?! -Volvió a zarandearme. -¡Responde!

Entonces abrí los ojos y miré a mi alrededor. El color vinotinto de las paredes acolchadas en la habitación. Su perfume impregnado por todas partes. Vi su reflejo en el espejo y noté su mirada fija en mí, que de ira pasó a lujuria y una sonrisa apareció en su rostro.

-Ama. -Dije sumisa.

-Bien. Así me gusta. -Aflojó el agarre en mi cabello. -No puedes salir ilesa hoy y lo sabes. Desapareciste por días, no me llamas como es debido y te viniste sin mi consentimiento. Sabes que eso es motivo de castigo fuerte hasta mañana, ¿no? -Mordió el lóbulo de mi oreja.

-Sí, ama.

De repente noté cómo alzó con su mano derecha un ball gag negro, que se sostenía con una correa de cuero. Mi favorito.

-Sé que lo hiciste a propósito. -Me dijo con voz baja al oído. -Sé que hiciste todo esto para que yo te atrapara como ahora. Eres una pervertida. -Lamió mi oreja. -Y así es como me encantas. -Dijo con voz ronca y al ponerme el ball gag desapareció la sonrisa traviesa en mi rostro y que le había dejado ver a través del espejo.

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Feliz cumple meilyhn. Tarde y cortito, pero seguro 😉❤🥳

Como siempre...

Muchísimas y eternas gracias por leer 😘

Imagina... Con Lauren Jauregui.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora