El encuentro.

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-No es para nada justo. -Dije colocándome a su lado derecho, apoyándome también del barandal de madera.

-¿Qué no es justo? -Dijo con una sonrisa de medio lado aún viendo el paisaje, y quitando el dedo pulgar de su boca. Cuando piensa profundamente tiende a hacer esos gestos que me vuelven loca.

Yo miré hacia el río y solté un suspiro.

-Verse así de bien. Las personas normales tardamos muchísimo en sólo parecer aceptables para la sociedad. En cambio, tú respiras y eres perfecta. Luego no me quieres creer que tal vez aterrizaste en la tierra cuando eras una bebé, luego de escapar del planeta de la perfección. -Apoyé mis codos en el barandal, estirando mi cuerpo hacia atrás.

-Tú y tu teoría de Superman. -Dijo después de reír un poco. -Y no es tan fácil como crees, realmente es difícil obtener esta apariencia, pero el arduo trabajo vale la pena.

-¿En serio?

-Mju.

-Y, ¿cuál es la recompensa? -Volteé hacia mi derecha, viendo cómo un yate cruzaba las aguas, pero sentí cómo me daba un pequeño beso en el cuello que hizo que se me erizara la piel.

-Escuchar esos creativos y sexys cumplidos que salen de tu perfectos labios. -Su voz grave y ronca y su aliento cerca de mi oído enseguida me pusieron nerviosa. Intenté reprimir una sonrisa, sin éxito, bajando la mirada. Ella deslizó suavemente su mano por mi espalda, debajo de mi chaqueta haciendo que me incorporara y se acercó a mí, pegando su cuerpo al mío.

Mierda. Ésto es demasiado para mí.

-No tienes ni idea de cuanto te extrañé hoy. -Murmuró dándome un pequeño beso en la mejilla. Yo cerré los ojos tratando de mantenerme cuerda. -Estaba loca por volver a verte.

Yo me giré, colocándome frente a ella, sin mirarla a los ojos, sólo fijándome en esos labios, el cual el inferior se lo mordía sensualmente. Yo sonreí y con el dedo índice saqué su labio inferior de entre sus dientes, luego apretándolo con los dedos.

-Demuéstramelo. -Susurré con sensualidad y sin dudar me dio un beso apasionado y lleno de necesidad.

Amo estos encuentros, en los cuales, luego de horas de trabajo, nos vemos de nuevo para regresar a nuestro apartamento, juntas. A ese apartamento, en el cual disfruto verla despertar todas las mañanas, y disfruto tomarle fotos a pesar de que no le guste que lo haga, pero yo sólo lo hago para recalcar lo bella que amanece cada día. Donde comemos entre risas, por chistes contados por la otra. Donde pasamos horas y horas sentadas en el sillón, sólo besándonos, como adolescentes enamoradas hasta los tuétanos. Donde en la cama, tenemos sexo salvaje y desenfrenado, donde demostramos que nuestros cuerpos desean tanto al otro que nunca se cansan de demostrarse cuanto se extrañan. Donde en la sala, discutimos y peleamos porque yo considero que es demasiado hermosa y perfecta para los ojos del resto del mundo, y ella no acepta que yo sólo tengo ojos para ella. Donde en el balcón, dejo mi orgullo atrás y le pido perdón luego de esas absurdas peleas, y ella luego de unos cuantos besos me pide perdón a mi también. Donde en la ducha, no nos cansamos de escuchar nuestros gritos y gemidos, pidiendo más de las manos de la otra. Donde en el estudio, ella me reconforta con abrazos, luego de mis ataques de ansiedad, que aparecen cuando algo no sale como yo quiero. Donde en la cocina, nos demostramos mutuamente que nuestro amor también es representado por buenos dotes culinarios. Donde en el pasillo, nos sentamos, una a cada extremo, llorando por habernos dicho cosas horribles que no debimos decir, y que no quisimos escuchar. Donde en el baño, luego de que ella intenta acabar con su vida de nuevo, la abrazo e intento tranquilizarla para que olvide esas pesadillas que la transportan hacia su horrible pasado.

Porque si ella no está... Si ella deja de existir, yo lo hago también.

Porque al mismo tiempo que la salvo, me salvo a mí misma.

Porque ella ahora soy yo. Ella es una parte de mí. Ella es mi vitalidad, la energía que hace a mi corazón latir. El oxígeno que corre por mi cuerpo. Ella es mi todo. Ella es mi espíritu y mi razón de continuar.

Por eso la amo. La amo. Y esas dos palabras no son suficientes. Nunca lo serán.

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Cosas intensas en una noche intensa. Gracias por leer :D

Imagina... Con Lauren Jauregui.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora