Escribe todo lo que quieres gritar. Todo lo que tienes guardado dentro de ti y que necesitas decir.
1.-Me siento sola.
2.-No me siento importante para nadie.
3.-Tengo ansiedad y pánico, todos los días, desde que tengo 16.
4.-Tengo miedo de lo que pasa después de la muerte y eso me atormenta.
5.-Fui abusada sexualmente a los 8 años, y me siento culpable porque sabía lo que estaba pasando, y lo permití.
6.-Tengo miedo de pasar mi vida sin poder cumplir alguno de mis sueños.
7.-Le tengo terror al caos.
9.-Soy socialmente insegura, por miedo a ser torpe con los demás.
10.-Creo que soy bisexual, pero nunca he tenido ninguna experiencia con una mujer, ni he estado cerca de tener una.
11.-Creo que estoy, en serio, enamorada de Lauren Jauregui.
_______________________________
Lauren no se esperaba eso. Tenía la intención de charlar con su amiga y pasar una tarde divertida, pero cuando la curiosidad la atacó y comenzó a registrar sus cuadernos, se distrajo con una nota que cayó de uno de ellos.
Estaba completamente en shock. Conocía a su amiga desde que eran unas niñas y nunca le pareció que ella se mostrara insegura o algo parecido. Aunque sabía que ella había comenzado a ir al psicólogo por algunos problemas personales. Pero, como su amiga nunca le quiso confiar cuáles eran esos problemas, con el tiempo dejó de insistir para dejarla tranquila.
Pero nunca se esperó esto.
No podía creerlo.
-Hola, Lo. Mamá dijo que me buscabas. -Dijo la chica al entrar a su habitación, con una sonrisa que desapareció al ver a su amiga con ESE papel en las manos. El de ESE color, que se supone que entregaría a su psicóloga la próxima sesión, el sábado.
De repente entró en pánico, y visiblemente comenzó a respirar con dificultad, y Lauren lo notó.
-Yo... No quería... -Comenzó a decir Lauren, desesperada porque no quería que su amiga estuviera en ese estado. -L-Lo lamento, yo...
-¡¿Qué leíste?! -La chica le arrancó el papel de las manos y lo guardó dentro de un cuaderno que dejó caer al suelo por el temblor que apareció de repente en sus manos.
-Yo, puedo olvidarlo. Si tú quieres, puedo simplemente hacer como que no leí nada. -Lauren trataba de seguir a su amiga que de repente había comenzado a caminar por toda la habitación.
-Pero lo hiciste... Tú lo hiciste. -La chica tuvo que sostenerse de una pared porque sintió que sus piernas de repente fallarían.
-Por favor, déjame... -Suplicó Lauren completamente aterrorizada por el estado de su amiga, tratando de acompañarla. Nunca se imaginó que podría entrar en una situación como esa.
-No, no, no no... -Comenzó a decir la chica, arrastrándose por la pared, hacia el suelo. Era, en definitiva, un ataque de pánico muy fuerte. Y era más horrible aún porque alguien la estaba observando, y era ese alguien a quien más le había ocultado sus problemas. -No, no, no, no... No... No. -La chica llegó al suelo y abrazó sus rodillas, tratando de hacer desaparecer esa sensación de que todo el universo con su infinidad le caería encima y que ella no podría hacer nada, porque era insignificante.
Era como una sensación de que todo estaba siendo consumido por una espesura negra, empezando por el aire necesario para respirar. Lo cual, hacía que no se diera cuenta de que a su lado, en el suelo, yacía una chica de ojos verdes llorando, completamente preocupada, y abrazándola con fuerza, murmurando que todo iba a estar bien, porque ella la acompañaba.
Entonces la chica, que ya se sentía en el fondo del abismo que estaba acostumbrada a tocar, recordó que para salir de nuevo a la superficie, debía respirar lento. Y lo hizo. No se detuvo siquiera cuando sus pensamientos querían halarla de nuevo hacia abajo. Y poco a poco, la luz comenzó a aparecer, lo que le permitió darse cuenta que unas manos acariciaban la suyas.
Abrió los ojos lentamente. Percibió que ya el temblor no estaba ahí en ellas. Sólo estaban unas manos ajenas, buscando contacto cariñoso.
Por alguna razón se fijó en la diferencia de esas manos. Las suyas, un poco rústicas para ser de mujer (si de alguna manera existen estereotipos de manos con respecto al género), porque siempre su piel había sido víctima de raspones, cortes minúsculos accidentales y ese tipo de cosas que dejan marcas como de niño juguetón. Por otro lado, sus uñas y sus alrededores eran víctimas notables de sus ataques de ansiedad.
Pero, las otras manos, eran tan hermosas que hipnotizaban. Con una piel tan suave como la de un bebé, sin alguna marca visible. Y las uñas demostraban un buen cuidado, protegidas con un brillo transparente, y de un largo bastante lindo estéticamente hablando. Eran como las manos perfectas. De ensueño.
Y a pesar de la diferencia, las manos perfectas nunca dejaron de buscar a las manos maltratadas. Siempre se empeñaban en sostenerlas y acariciarlas.
Entonces la chica de las manos rústicas y de los ataques de pánico, tomó una de esas manos perfectas, pertenecientes a la chica hermosa de ojos verdes, y la extendió en su rodilla, con la palma hacia arriba. Quería admirarla en toda su extensión, así que con las yemas de sus dedos levemente ásperos en comparación a los ajenos, los recorrió lentamente desde la punta hacia la palma una vez. Pero quiso hacerlo de nuevo, y en el intento, se sorprendió cuando la otra mano perfecta acarició el dorso de su mano rústica, dándole un confort inexplicable.
Se sintió como algo que necesitaba desde su nacimiento.
Se sintió como si ese acto le borrara de la mente la frustración de saber que su vida tendría un implacable final con un misterio por resolver.
Por eso, levantó la mirada, y se encontró con unos ojos verdes que la miraban con mucha atención y en silencio. Y las manos perfectas se alzaron para tomar su rostro y limpiar con un cuidado perfecto unos rastros de lágrimas viejas que ya habían recorrido su camino.
-No estás sola. -Dijo esa voz suave y ronca al mismo tiempo, que la hacía darse cuenta de que por supuesto valía la pena vivir. -Porque siempre estoy contigo.
_________________________________________________________
"Escribe todo lo que quieres gritar. Todo lo que tienes guardado dentro de ti y que necesitas decir."
Esta es su oportunidad, chic@s. Si quieren decirlo, pueden hacerlo aquí. Pueden dejarlo fluir.
Por más que creamos que estamos sol@s, no lo estamos. Nunca lo estaremos. Sólo es cuestión de despejar la niebla, de encontrar la luz en la oscuridad, y hacer nuestros viajes acompañad@s.
Lamento si de alguna manera no se sintieron identificad@s con este OS. Fue muy personal. Realmente necesitaba hacerlo. Porque, siendo sincera, todo lo de aquí es real. Del 1 al 11. Pero no quiero que este tema se extienda mucho. Sólo necesitaba, de alguna forma, gritarlo.
Espero que más que el hecho de gustarles, lo hayan apreciado.
Porque ustedes siempre están ahí para mí cuando me siento sola.
Nunca dejen de estarlo, por favor.
Como siempre...
Muchas gracias por leer.
ESTÁS LEYENDO
Imagina... Con Lauren Jauregui.
FanfictionOne shots de la increíble y perfecta Lauren Jauregui y tú. Gózalos 😉 ⚠️ ATENCIÓN ⚠️: Cada uno de los OS aquí escritos son de completa autoría de la escritora, con posibles ideas de los lectores, quienes reciben su crédito respectivo. Cualquier pl...