Mi respiración estaba acelerada. El peligro era inminente. Pero debía arriesgarme, los suministros estaban en el piso de abajo y eran mi única salvación, para no morir de hambre.
Pero, ¿y la bestia? Podía escuchar sus gigantescos pasos por todo el lugar, buscándome. La había hecho enfurecer al escaparme de sus garras y ahora yo estaba encerrada en un armario gigante, sosteniendo mi arma con fuerza. Podía sentir mi corazón retumbar en mi pecho rápidamente.
Y entonces la bestia entró a la habitación donde yo estaba, y tuve que llevar una mano a mi boca para que no me escuchara respirar. Vi por una abertura, que revisó por todos lados, pero después salió. Yo respiré profundo y cuando vi que no regresó, tomé mi arma fuerte y salí rápido pero sin hacer ruido. Bajé las escaleras y fui hasta donde estaba la comida. Y cuando iba a tomar del delicioso pastel, sentí que alguien estaba detrás de mí. Y cuando volteé, supe que mi día había llegado. La bestia me había atrapado.
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-¡No, bestia, suéltame! -Grité revolcándome en el suelo mientras me reía mucho por las cosquillas.
-¡Y también me llamas bestia! No te voy a soltar. -Lauren seguía estrujando mi barriga con sus manos. -Eres un pequeño demonio de seis años.
-¡Suéltame, que me hago pis! -Dije tratando de apartar sus manos. Quise estirarme para recoger mi bate de plástico que estaba tirado lejos, pero ella no me dejó. Dejó de hacerme cosquillas y tomó mis manos.
-Pues hazte pis, y le diré a Simon.
-¡NO! -Grité. -¡Ya déjame o le diré a mamá! -Hice un puchero para que creyera que iba a llorar.
-Llorona. -Dijo y me soltó lastimándome un poco. Ella se dio cuenta y me miró con los ojos bien abiertos. -No, _______, lo siento, yo...
-¡LE DIRÉ A MAMÁ! -Y comencé a llorar con fuerza. Me paré para irme a mi cuarto pero ella me atrapó abrazándome por detrás. -¡SUÉLTAME, NO ME TOQUES!
-Lo siento hermanita, lo siento. No quise hacerte daño, por favor, perdóname. -Dijo abrazándome duro y yo quería que me soltara, por eso me movía con fuerza pero ella no me dejaba.
-¡YO NO TE IMPORTO! ¡SÓLO TE IMPORTAS TÚ SOLA! ¡NO TE PREOCUPAS POR MÍ! ¡TÚ SÓLO QUIERES QUE NO LE DIGA NADA A MAMÁ PARA QUE NO TE CASTIGUE! -Grité y ella me dio vuelta.
-¡¿Por qué dices eso?! -Me agarró por los brazos. Estaba enojada, lo supe por cómo se arrugaba su frente. -Éso es mentira. Tú sí me importas, tú eres mi hermana pequeña, y te quiero mucho. -Yo había dejado de llorar porque me asustó cómo me hablaba. -¿En serio crees que no me importas? -Yo me quedé callada y ella me soltó. Se fue a la sala y se sentó en el sillón, tapándose la cara con las manos.
Yo me quedé un rato parada, y sentí algo en el pecho, que me hizo sentir muy triste. Me acerqué a ella y me senté a su lado en el sillón. Y comencé a tocar su pierna con mi dedo para que me viera. Ella volteó, y estaba llorando. Yo comencé a jugar con mis manos.
-Lo siento. -Dije en voz baja. -No quise decir eso.
Lauren se limpió las lágrimas y me vio de frente.
-¿Algunas vez has pensado eso? ¿Que no me importas? -Preguntó y yo le dije que no con mi cabeza.
-Es que, yo... Es que ya tú tienes dieciocho y te vas con tus amigas feas a jugar por ahí y ya no juegas conmigo y eso me hace sentir muy triste y muy enojada. Por eso te llené la cara de chocolate del pastel, porque no quiero que me dejes más sola. Quiero que sea como antes. -Yo estaba llorando. -Antes me llevabas a comer helado y al cine y al parque de diversiones. Pero ya no te gusta más estar conmigo. Escuché cómo le decías a mamá que no me querías cuidar hoy. Y eso me puso muy triste. -Y me tapé la cara porque no quería que me viera llorar.
Sentí que me abrazó y me hizo cariñitos en mi pelo.
-Perdóname. Yo sí te quiero y también extraño pasar tiempo contigo, hormiguita. Claro que me importas. -Me dio un besito en la cabeza. -Yo siempre te voy a querer, y siempre voy a jugar contigo. Perdóname por abandonarte. No lo volveré a hacer.
-Promételo. -Me separé de ella par ver su cara y ella sonrió y me limpió la cara.
-Lo prometo, hormiguita. -Y pellizcó mis cachetes haciendo que me riera.
-Tú eres muy bonita, y eres la mejor hermana del mundo. -Le dije y ella sonrió más grande.
-No es cierto, porque tú eres la mejor hermana del mundo y la más bonita. -Dijo y me dio un besito en la nariz que me hizo cosquillas. Y después me abrazó otra vez, y yo me puse a oler su cabello que siempre olía bonito, como a manzana.
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Uno cortito y lindo nunca cae mal al alma c:
Porfa, lean los del Rincón del desahogo y no los obvien, porque ahí les comunico ideas importantes y me interesa mucho que compartan sus opiniones. Después de todo, no sólo escribo estas cosas por mí. Principalmente es por y para ustedes.
Los quiero mucho, y...
MUCHAS GRACIAS POR LEER :D
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Imagina... Con Lauren Jauregui.
Hayran KurguOne shots de la increíble y perfecta Lauren Jauregui y tú. Gózalos 😉 ⚠️ ATENCIÓN ⚠️: Cada uno de los OS aquí escritos son de completa autoría de la escritora, con posibles ideas de los lectores, quienes reciben su crédito respectivo. Cualquier pl...