Imagina... Con Lauren Jauregui.

Va a devorarme. (Hot)

Sé que les debo 875239076 OS, pero aunque ustedes no lo crean, he intentado buscar inspiración para dárselos y en Pinterest encontré la foto de arriba, así que no podía pasar la oportunidad 😬 Es cortito, pero bueno.

Le puse hot porque no es smut, pero igual es algo pasado de tono 😁

Hice un trato con una escritora y después de esto espero mi paga 😤 Sé que me lees, ya sabes, sin prisa pero sin pausa 😉

Espero que lo disfruten.

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Doblé la esquina del pasillo, cargando con los papeles, y al desembocar en el pequeño cuarto de la copiadora, la vi.

De la impresión brinqué y dejé caer los documentos al suelo. En seguida me arrodillé para apilar las hojas esparcidas en un montón.

-¿Estás bien? -Dijo Camila que estaba hablando con ella.

-S-Si, s-si, y-yo... -Ajusté mis anteojos, sin levantar la mirada. -S-Sólo tropecé.

-Ten más cuidado. -Murmuró Camila ayudándome a apilar las hojas. Yo asentí con timidez. -¿Qué tienes que hacer con esto?

-E-El Sr. Jauregui quiere que le saque una copia a cada hoja. -Murmuré bajito y me levanté con el montón de papeles de nuevo en mis brazos. Ahora la otra mujer estaba apoyada en la copiadora, mientras me veía de arriba a abajo, mordiéndose el labio inferior. Yo no desvié la mirada de Camila que le daba la espalda, pero por el rabillo del ojo podía notar cómo esa mujer me miraba.

-Bueno, yo tengo que volver a mi oficina. Suerte con eso. -Yo asentí. -Bye, Lern. -Y se fue sin dar un último vistazo a su amiga.

-Adiós, Camz. -Dijo la mujer sin dejar de mirarme de esa manera.

Yo carraspeé con fuerza y caminé con lentitud hacia el otro lado de la copiadora. Ella observó mi trayecto con mucha atención, pero yo me fijé solamente en el aparato. Coloqué la pila de hojas en una mesa que estaba a un lado y cuando iba a programar la copiadora, Lauren me quitó los lentes con suavidad.

-O-Oye... N-No... -Solté quejumbrosa. -P-Por favor, n-necesito mis lentes.

-Oh, vamos, sé que no tienen tanto aumento. Son sólo para leer. -Y se los colocó. Yo volví a carraspear y bajé la mirada, apretando los botones para trabajar.

Escuché sus pasos que venían hacia mí, y se detuvo a mi lado, apoyando la espalda en la copiadora. Podía sentir su mirada sobre mí. Mi corazón iba a mil por hora y mis manos temblaban.

-¿Qué tal el trabajo? -Dijo con voz suave y con una mano comenzó a jugar con un mechón de mi cabello. -¿Papá te trata bien?

-S-Sí, todo bien. -Dije dándole un pequeño vistazo y su mirada sobre mí demostraba hambre. Preferí bajar la mirada a mi asunto. Tomé la primera hoja y abrí la tapa del escáner, pero noté que la copiadora estaba apagada. Cuando revisé los botones, vi un dedo de Lauren en el botón de on/off.

-Eres tan mentirosa. -Se separó de la máquina y se acercó a mí, acorralándome.

-N-no, L-Lauren, espera... -Intenté ponerme firme pero ella me empujó y caí sentada en una de las sillas que rodeaban la mesa.

-Pequeña _______ mentirosa. -Con una de sus piernas abrió las mías. Vi cómo se levantó la falda, y se sentó sobre mi pierna izquierda. Pude sentir su centro caliente incluso a través de la tela de mi pantalón y sus bragas. -No tienes idea de lo mucho que me toqué pensando en ti todo el fin de semana.

Ahogué un grito pequeño y dejé caer la hoja al suelo, alzando las manos en el aire y apartando el rostro hacia un lado. Sentí su lengua húmeda recorrer mi cuello y me estremecí, cerrando los ojos.

-Pensaba en tus dedos entrando y saliendo de mí rápidamente, como aquella noche. -Mordió con suavidad. -La noche cuando me cogiste tan rico...

-L-Lauren, esa noche fue... Yo... Estábamos borrachas. -Dije mirándola con algo de valentía. Ella sonreía de manera traviesa y comenzó a acariciar mi cabello. Sentí una relajación inmediata en todo mi cuerpo y solté un suspiro. -E-Esa noche f-fue un error.

-Oww, ¿lo fue para ti? Me lastimas. -Hizo un puchero adorable.

-¡No es lo que piensas! Es decir... -Carraspeé. -F-Fue muy... grata y... agradable, por supuesto. -Le sonreí leve y ella se lamió el labio inferior. Yo tuve que mirar hacia otro lado y parpadear para aclarar mi mente. -P-Pero tu padre es mi jefe y yo no quiero problemas, luché mucho por mi puesto y... -Comencé a sentir sus besos en la base de mi cuello. -Oh, Dios...

-Una de las cosas que aprendí esa noche fue lo mucho que te excita que le ponga atención a tu cuello. -Rozó sus dientes en la zona y solté un gemido bajo. -¿Qué importa papá, cuando el sólo verte me pone tan mojada? -Tomó mi rostro y sumergió su lengua dentro de mi boca al comenzar a besarme. Comenzó a balancear sus caderas para frotar su centro en mi pierna y no pude evitar mover mis manos a donde deseaban estar, sobre ese culo perfecto.

-¡LAUREN! -La voz del Sr. Jauregui se escuchó de repente y Lauren se levantó rápido de mi pierna y yo me quedé estática, con las manos arriba dispuesta a recibir incluso un disparo. -¿¡Qué se supone que estás haciendo?! -El hombre estaba rojo de ira, de pie en la entrada del pequeño cuarto.

-¡Papá! ¿Podrías ser más educado y tocar la puerta? -Se quejó ella acomodándose la falda.

-¡Tocaría la puerta si estuviese cerrada! -Entró y cerró la puerta. -¡Por Dios, Lauren! ¡Pudieron haberte visto!

-¿Acaso hay menores de edad en esta empresa? No. -Repondió ella con simpleza. -Si no pueden respetar la intimidad de alguien, pues que se vayan.

El Sr. Jauregui se llevó una mano a la cara y sacudió la cabeza. Luego me miró con seriedad.

-Srta. _____. -Yo tragué saliva ante su tono de advertencia. -Que se la última vez que la vea haciendo estas cosas en mi empresa. Sus momentos íntimos deben ser en su casa, aquí no. ¡Y apresúrese con esos papeles! -Miró de nuevo a su hija que estaba de brazos cruzados. -¡Tú vuelve al trabajo! -Y salió del cuarto.

Yo tomé aire e intenté levantarme para hacer mi trabajo, pero Lauren me sostuvo de los hombros, apoyándose en ellos y manteniéndome sentada. Con una mano se quitó los lentes y me soltó el otro hombro para colocármelos con cuidado.

-Te dije que papá no importaba. -Acarició mi barbilla y se mordió el labio inferior, viéndome fijamente. -Yo sé que esa noche no estabas borracha, y crees que cedí a tus encantos porque yo sí lo estaba. Pero dulzura... -Se inclinó y pasó su lengua por mis labios, haciendo que yo soltara un gemido de necesidad. -Yo tampoco lo estaba. -Se alejó y me guiñó un ojo, lanzándome un beso. -Nos vemos esta noche, preciosa. -Y salió del lugar, moviendo esas caderas perfectas de esa manera que me encanta.

No pude evitar sonreír, porque después de todo bastó con una noche de valentía y descontrol para que la deseada Lauren Jauregui se fijara en la perdedora analista de presupuestos de la empresa.

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Listo. Es bastante cortito, pero en serio espero que les haya gustado. Seguiré buscando inspiración por allí para ustedes.

Muchísimas gracias por leer 😊