CHAPTER 07.

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Wang Yibo estaba muriendo internamente gracias a sus nervios

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Wang Yibo estaba muriendo internamente gracias a sus nervios. Su madre no era de las que lo mandaba a llamar porque sí, y eso le hacia estremecerse. La puerta deslizante del aposento de su madre estaba justo frente a él. Tomó aire profundamente antes de entrar, topandose con una bonita escena. Su madre cepillaba su largo cabello y no usaba esos acaparantes adornos que tenía portar cada que salía de su habitación.


Chen Shuang sonrió cuando notó finalmente la presencia de su hijo. Señaló el pequeño cojín que yacía en el suelo.- Sientate A-Yi, tengo algo que decirte.-

Wang Yibo obedeció, sentandose en el lugar indicado por la Concubina. Como un acto de cariño, recostó su cabeza en el regazo de su madre, y ella comenzó a acariciar los cabellos del chico.- El mes pasado no pudiste ir, pero mañana podrás ir a la Aldea Hai a ver a tu padre, ya tienes la autorización. Pero también quiero hablar contigo de otro asunto.-

El príncipe se reincorporó con emoción.- ¿De verdad?- Sonrió eufórico cuando su madre le asintió. Sin embargo, en su mente se planteó una solicitud un tanto extraña.- Antes de que sigas, mamá, yo... ¿Puedo llevar a alguien conmigo?-

La mujer ladeó su cabeza con confusión.- ¿A quién?-

-Al General Xiao y la doncella Wu.-

Chen Shuang rió bajito.- De eso quería hablarte, de hecho.- Tomó las manos de su hijo y lo miró con una ligera sonrisa pícara.- ¿Qué relación tienes con el Joven Xiao?-

El rostro de Wang Yibo se enrojeció.- Es sólo mi amigo.-

-Los amigos no se miran de la forma en que ustedes lo hacen, dime la verdad, ¿Es tu pareja? ¿Estás enamorado de ese chico? Pienso que es una buena persona, además es apuesto.-

Con la cabeza baja, preguntó casi en murmuros. -Si te lo digo, ¿Prometes no burlarte?- Enseguida su vista fue puesta en su madre, quien le hizo un sonido de afirmación al momento de hacer una seña de promesa con su mano. -Él es especial para mí, su sonrisa me gusta mucho, su sola presencia me tranquiliza pero a la vez me pone nervioso. Sus ojos son lo más bonito que he visto a lo largo de mi vida, y su caracter es perfecto, dulce y demante a la vez. Me siento extraño pero a la vez bien, ¿Eso es estar enamorado, madre?-

-Por supuesto que sí, eso sentía cuando estaba con tu padre.- Wang Yibo notó que en la sonrisa habia nostalgia, sin embargo no tocó el tema.- ¿Y qué más esperas? Confíesate a ese buen General.-

-¿Debería?-

Chen Shuang le palmeó la frente al chico.- ¿Por qué los Dioses me dieron un hijo tan tonto? ¡Claro que deberías! Hazlo cuando estén en la Aldea Hai.-

Wang Yibo recitó entonces con emoción.- ¿Eso es un sí a mi propuesta?- Se levantó con prisa del suelo cuando la mujer le asintió.- ¡Gracias mamá! ¡Eres la mejor!- Diciendo sus palabras casi gritando, salió de la habitación de su madre con pasos energeticos.

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