CHAPTER 16.

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Wang Yibo estaba haciendo guardia afuera de la habitación propia de Fu Yan, mientras que, Xiao Zhan registraba cada remoto cajón con la disposición de encontrar aquel libro e incluso algo más que pudiese delatar a la injustamente superior

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Wang Yibo estaba haciendo guardia afuera de la habitación propia de Fu Yan, mientras que, Xiao Zhan registraba cada remoto cajón con la disposición de encontrar aquel libro e incluso algo más que pudiese delatar a la injustamente superior.

Wu Xuan Yi se habia ofrecido a cooperar en que si, aquella junta terminaba antes de que sus mayores pudiesen darle la señal de completación, ella distraería a la Emperatriz con alguna cosa. Claramente, aunque Xiao Zhan y Wang Yibo se negaron al inicio, la muchacha los terminó convenciendo. Y hasta ahora, que Wu Xuan Yi ha estado al pendiente cerca del Gran Salón, todo ha estado bien, la junta aún parecía estár a la mitad.

La puerta deslizante del lujoso cuarto se mantenía media abierta y la ventana que daba al patio también, por si algo pasaba, Wang Yibo y Xiao Zhan podrían saltar y escapar con fácilidad por ahí.

Desde que habían entrado ya serían veinte minutos, en los cuales, la frustración y desespero de Xiao Zhan comenzaron a aparecer. Puesto que, la mayoría de cajones, mantas e incluso armario del aposento ya había sido completamente registrado y el General no encontraba rastro alguno del libro u otro artefacto inusual.

Se rascó la nuca haciendo una mueca frustrante con la boca. Cuando sus talones giraron dispuesto a buscar en otro lado, el trozo de madera fina que era parte del suelo que pisaba se deslizó ligeramente, dejándole a Xiao Zhan la vista de dos energías espírituales mezcladas.
Se puso de cuclillas quitando con fácilidad la madera, y después, en su vista quedo plegada la imágen de aquel libro y un pergamino enrrollado perfectamente, con energía púrpura saliendo del artefacto.

Sin importarle tanto el pergamino, tomó entre sus manos el libro, abriéndolo casi por la mitad. Las hojas estaban púlcramente sin ninguna mancha y la escritura era elegantemente perfecta.
Cada que leía más su mirada se ensombrecía. Todo estaba ahí, cada crimen hecho por la mujer estaba siendo narrado por ella misma, en largos parrafos con palabras orgullosas. Su enojo, que hacia casi un mes que no salía, regresó a él en cuanto cruzó la página y leyó sobre la Mortandad de su Clan Xiao.

"Los bastardos Xiao finalmente han sido desaparecidos.
Mi venganza ha sido culminada con éxito, Xiao Zi Yuan y sus hijos han muerto al igual que cada descendiente Xiao".

Fu Yan.-

Xiao Zhan pasó página, y viendo que la escritura sobre el Clan Xiao seguía, se adelantó unas cuantas hojas más.
No quería leer en ese momento sobre la muerte de su familia, llorar y hechar a perder su plan ahí mismo. Ya lo haría después en cuanto saldrieran de ahí.
La hoja en la que había quedado, era sobre el Clan Song.

"Todo salió mal con esos perros.
No sé que demonios sucedió para que mis hombres no pudieran cumplir con su misión en asesinar a Song Ji Yang, y encima, de terminar todos muertos.
Solo puedo formular de que todo es culpa de ese maldito hombre. Ese General Xiao.
Además, parece que ya no puedo hacer nada más para que Hao Xuan se case con alguien que no sea ese chico. Supongo que debo aceptarlo, después de todo, los Meng también deben estar agonizando en este instante.
Es un precioso consuelo".

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