CHAPTER 23.

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Chen Shuang estaba más que furiosa

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Chen Shuang estaba más que furiosa. Había recapacitado ya después de ver el sufrimiento de Wang Yibo en los últimos seis meses. Por eso ahora a pesar de no tener un poder de mandato, estaba casimente ordenándole al Emperador que retirara la susesión para el Primer Príncipe, y que, en cambio fuera dada a Wang HaoXuan.

Wang Ye también estaba molesto, su Concubina ya lo estaba irritando con sus plegancias. -Ya he dicho que mi puesto será dado a Yibo desde hace años. No puedes cambiar nada, ni tú, ni nadie.-

Chen Shuang se frotó la sien, tratando de mantener la calma para no gritarle al hombre. -¿No tienes suficiente con lo que hizo? ¡Cortó su cabello arriesgando ser asesinado con tal de no heredar algo que no desea! Además, tal como Su Majestad Fu y todos lo han dicho siempre, él no es tu hijo.-

-¿Por qué ahora quieres revertir mi decisión cuando antes insistías tanto en que fuera así?-

-Sólo quiero que mi A-Yi sea feliz. El General Xiao falleció y haz visto cual tan destrozado ha estado en este medio año, sumando los múltiples castigos que le haz puesto aún teniendo su espíritualidad sellada, tampoco ha visto a su padre, incluso le prohibiste eso.-

Wang Ye agitó su manga hacia atrás, dandole la espalda a Chen Shuang en el acto y bajando la mirada al suelo, sintiendose miserable pues la dama tenía algo de razón. -Con respecto a la visita a su padre, ya anulé eso. Mañana por el medio día partirá, y recompensaré el tiempo perdido, estará durante un mes. Además, la sucesión también será pospuesta para un mes después de su cumpleaños.-

Como el hombre estaba de espaldas, no se percató hasta darse la vuelta que Chen Shuang ya no estaba ahí, pues se había ido sin esbozarle palabra alguna.

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Era la mañana del día siguiente, y el sol apenas estaba saliendo. En una pequeña cabaña de la Aldea Hai, Xiao Zhan se escabullía por los pasillos del lugar evitando ser descubierto por Qin Ze, o en el peor de los casos, por Chen Luo.

Tenía agarrada su espada en su mano izquierda, salió al jardín con el cuidado de no hacer algún ruido. A medio patio, se detuvo y bostezó, tratando de ignorar su infernal cansancio que lo atormentaba a diario. De repente, el sonido de un carraspeo lo hizo voltear, ahí estaba Chen Luo, viéndolo con el ceño contraído.

Xiao Zhan se mantuvo en su lugar, bajando la cabeza. Sintió como Chen Luo se ponía frente a él y le palmeaba levemente el cabello, haciendo que la volviera a levantar. -¿Vas a irte ahora? Aún es temprano, tampoco haz comido ¿Cuando fue la última vez que comiste?-

Xiao asintió, después, puso su mano sobre el lado derecho de su pecho, lugar en donde su Esfera Espíritual estaba. -Sólo... sólo me falta un poco para que vuelva a estar completamente restaurado. Si sigo entrenando estrictamente como este último mes, podrá estar completo nuevamente en un lapso de dos semanas. A-Die, yo...-

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