CAMALEON (completa. + 18)

¿Quién es ella

Capítulo 10

¿Quién es ella?

Todo pasa en cámara lenta. Los rostros de las personas en la fiesta de cumpleaños de Amelia sonríen y aplauden, se acercan a Liam y a mí, nos abrazan y felicitan. Mis padres me miran con orgullo, y yo no dejo de contemplar a todos los presentes sin lograr entender lo que ha pasado. Busco con la mirada a Cristian, y veo que se aleja por el jardín, por lo que trato de zafarme de los numeroso abrazos y correr tras él, pero me es imposible, y sigo aturdida sin saber lo que sucede. Cuando por fin todos siguen en la fiesta y nos dejan a solas con Liam, lo miro alucinada, necesitando una explicación.

─ ¡Todo salió como lo he planeado! ─comenta eufórico.

─ ¿Qué? ─pregunto en un claro estado de shock.

─ Creo que no me estás prestando atención ─comenta, como si yo fuera una chiquilla loca.

─ ¿En qué momento me ibas a avisar lo del compromiso?

─ ¿Cómo? ─cuestiona y prosigue─. ¡Te mandé miles de mensajes! Te expliqué la situación.

─ ¿Qué?

─ ¡No me digas que no leíste ninguno!

─ Pues yo... yo no tengo ningún mensaje ¿de qué hablas?

Vivir en una burbuja de lujuria y deseo me ha desconectado del mundo, a parte del poco, por no decir nulo interés que tengo de saber del resto de las personas, me han arrastrado a la ignorancia de lo que sucede en el exterior.

─ Jamás contestaste mis llamadas, pero eso es normal entre nosotros, pensé que habías leído los mensajes y que sabrías lo que pasaría hoy.

─ ¡No leí ninguno! ─confieso, y de la preocupación paso al nerviosismo, y luego a la desesperación y así sucesivamente, y lo que es peor, temo perder a Cristian.

─ Pero aceptaste mi petición... ─aclara.

─ ¿Sí? no me di cuenta...

─ ¿Qué es lo que te preocupa? sabes muy bien que jamás nos casaremos.

─ Lo sé, lo sé, pero... ─logro decir antes de empezar a caminar de un lado hacia otro sin saber explicar la angustia que hay en mi corazón. No logro sacar el rostro de decepción de Cristian, y lo que es aún peor, no está presente para explicarle que no me casaré, que lo único que deseo es estar entre sus brazos.

«¿cómo arreglaré esto ahora?»

─ ¿Qué pasa preciosa? ─pregunta con preocupación.

─ Nada... ─miento.

─Te conozco desde hace mucho, no me puedes engañar, ¿por qué no confías en mí? siempre nos dijimos que si alguien aparece en nuestra vida daríamos un paso al costado, y creo que es precisamente lo que ha pasado hoy ─comenta. ¿Te enamoraste?

─ No sé si estoy enamorada o alucino ─digo algo confundida─, pero hay alguien...

─ Lo entiendo ─dice abrazándome con protección y recibo el gesto como lo que parece, un amigo consolando a otro─. Tranquila, esa persona nunca se enterará lo que sucedió está noche, además ya te lo dije, jamás contraeremos matrimonio.

Me deshago algo nerviosa de su abrazo y miro directo a sus ojos, y como siempre, totalmente conectados comprende, en cierto modo, lo que sucede─. Estuvo aquí ¿verdad? no me digas que es...

─ Cristian Osborne ─le interrumpo.

─ ¡Por Dios! ¿No te das cuenta de que vino con una tal Tatiana? ─dice ofuscado─. Él no solo está contigo, y quizás cuántas mujeres tiene, lo siento, pero no es de fiar.