Capítulo 27
¡Brasil, allá vamos!
CristianLlegamos al hotel donde esta hospedada Magdalena Piur, subimos a su habitación, y mientras que ella va al baño, decido revisar el cuarto, con la esperanza de encontrar una pista que me lleve a Isabelle. Veo que la cama esta desordenada, pero lo que me deja realmente intranquilo es ver unas gotas de sangre en el piso. Pienso en Isabelle y ruego que esté bien, que la loca de Magdalena no le haya hecho daño. Sigo revisando, y espero que Susan llegue con ayuda para desenmascarar a Magdalena y nos diga donde está mi esposa. Me dirijo hacia el armario, abro la puerta lentamente, y sin hacer ruido corro la ropa, unas maletas, y quedo de piedra al ver la escena más macabra de mi vida. El terror entra a mi sistema nervioso a pasos agigantados, estando todo este tiempo maldiciendo a la mujer que amo, y ella pasando las penas del infierno, algo que jamás me perdonaré.
Me inclino con rapidez y me acerco a Isabelle que está amordazada, amarrada de manos y pies como si fuera un animal listo para ir al matadero. Una furia incontrolable se apodera de mí, con deseos de matar a Magdalena, y sin duda lo haré, sin temor de ir a la cárcel. Con sumo cuidado saco la mordaza de su boca, y con el miedo latente de descubrir que no tiene aliento, me acerco más de lo normal, agradecido de sentir la respiración agitada de mi esposa. Su rostro ensangrentado no disimula los hematomas que la han desfigurado, y sin poder remediar el llanto, sigo desatando sus manos y pies, y en un segundo veo abrir sus hermosos ojos, para luego decir mi nombre y volver a desmayarse.
Un golpe certero en mi cabeza me hace tambalearme, pero el odio y la rabia es más fuerte. Me volteo para ver frente a mí a Magdalena, quien viste bragas con ligas y un brasier negro. Pongo mis mano en puño y le doy un golpe en el rostro que la hace caer al piso. Sé perfectamente que a las mujeres no se les golpea y jamás lo he hecho, pero no la veo como mujer, la veo como a un monstruo. Intento controlarme, reprimiendo mis instintos asesinos y ella me mira directamente a los ojos, con sangre brotando por su nariz, y como sabe que ha perdido en esta jugada, no tiene más opción que reír en mi cara y decir lo primero que se le pasa por la mente.— Ya encontraste a tu amada Isabelle... —a pesar del dolor infringido por mi golpe, sigue escupiendo veneno, y sé que llegará hasta las últimas consecuencias—. Lamento decirte que es una puta —intenta incorporarse, la sangre que emana de su nariz es demasiada, y yo aún me pregunto de donde es que saca tanta fortaleza, no obstante, se lo impido y de un empujón vuelve a caer al piso.
— ¡Estas loca! —grito herido—. No pongas en tu puta boca el nombre de mi esposa.
— Tú adorada Isabelle estuvo con Marcell, en esa cama, hubieses visto como la disfrutó, y como gritaba la perra pidiendo ayu... —no tengo fuerzas para escuchar tal aberración y me abalanzo sobre ella, golpeándola sin control, y sin ni una pizca de compasión. Doy puñetazos a diestra y siniestra, con deseos de matarla, solo que alguien me detiene sujetando mis brazos y me apartan de ella.
Reacciono y corro hacia Isabelle, quién está al lado de Susan. Liam le toma los signos vitales, una vez que da su aprobación la tomo entre mis brazos para llevarla a urgencias del hospital.— ¡Chicos, vamos con Cathy! —Susan me abre la puerta y empieza a llegar personal del hotel, yo hago caso omiso a su presencia y corro hacia mi auto con Isabelle entre mis brazos.
— Soy médico ─dice Liam─, me quedaré hasta que llegue la ambulancia —José se queda con Liam, y Susan es la única que me acompaña.
Al llegar a urgencias del hospital donde trabaja Liam, me arrebatan a mi mujer de los brazos, y aunque no quiero separarme de ella y lucho para que me dejen estar a su lado, desisto para no entorpecer el procedimiento. Me quedo con Susan a la espera de una noticia, pero nadie sale para decirnos como está, hasta que llega José junto a Liam, y este último, nos hace un gesto entrando de prisa hacía la gran puerta que nos separan de Isabelle.
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CAMALEON (completa. + 18)
ChickLitIsabelle, te amo porque gracias a ti, puedo estar con diferentes mujeres en el cuerpo de una sola... puedo estar contigo, con Danya, Carolyn.... no me canso de amarte, me gusta ser tu loco controlador, autoritario, quien te lleve al paraíso... eres...