Embarazada

6.6K 676 29
                                    


Capítulo 12

Embarazada


«¡Ella es mía!»

Es la frase que retumba en mi cabeza una y otra vez mientras veo a Cristian golpear a Marcell.
Se acercan los guardaespaldas de Cristian y lo sacan de arriba del pobre francés, que debe estar aturdido, mal herido y sin entender absolutamente nada.

La agresividad de Cristian me sorprende, no debería entrometerse en mi vida, ya que él eligió a otra, que supongo debe ser mejor que yo, aunque duela admitirlo.
Al salir del shock reacciono de que Marcell está herido en el piso, me acerco para ayudarlo, sin embargo, me rechaza gritándome una cuantas groserías que no merezco. A duras penas se levanta haciéndome el quite y camina hacia donde está estacionado su vehículo, dejándome a solas con el loco de Cristian. Con mis manos en puño me acerco para encararle, provocándome ira que se haya metido dónde nadie lo ha llamado, arruinando mi noche del olvido por completo; y creo que es un maldito engreído que no siente vergüenza de gritar a los cuatro vientos que soy suya, sabiendo que en su departamento está esperando la que es su mujer.

«¿Cómo te voy a olvidar?»

— ¿¡Quién mierda te crees que eres!? ¡No te pertenezco! —grito, y un leve acaloramiento sube por todo mi cuerpo, hasta posicionarse en mi cabeza, sintiéndome estúpida y utilizada, por lo que no es justo que quiera seguir jugando— ¡Tengo derecho a estar con quién yo desee! ¿Entiendes? ¡No permito que vuelvas a meterte en mi vida!

— ¡Por favor cálmate!

— ¿¡Qué me calme!?

— Isabelle yo...

— ¡Vete con la zorra que tienes en tu departamento y déjame en paz! ¡Vete! ¡Vete! —grito desesperada, pero las emociones me ganan y me pongo a llorar, y me odio por estar haciendo el ridículo de esta manera, pero ¿cómo le digo a mi corazón que pare de amar y sufrir?
Los brazos de Cristian me rodean y su calidez me estremece, sintiendo que es injusto estar pasando por esto, y es injusto que no me deje salir adelante. Intento zafarme de él, pero es más fuerte, por lo que cierro los ojos resignada y un escalofrío me inunda cuando me susurra al oído las palabras que siempre quise escuchar...

— Te amo... —confiesa, dejándome muda por un instante, pues no sé si he escuchado bien o es producto de un infinito deseo que alberga mi corazón, de querer escuchar que no todo está perdido, pero sus palabras, y esa mujer viviendo con él no calza—. No puedo, ni quiero vivir sin ti.

—¿Qué? —pregunto, obviamente sin esperar respuesta—. Eres un maldito mentiroso, ¿qué quieres? ¿que tenga una noche alocada de sexo contigo, y por eso dices que me amas? —dispuesta a demostrar que soy buena en el sexo, pero no en el juego emocional, me arrodillo ante él, comenzando a bajar la bragueta de su pantalón, una acción que no le gusta para nada, una acción que solo provoca sentirse humillado, y en el fondo, sin demostrarlo me hace sentir tan pequeña y miserable, que agradezco tome mis manos haciéndome desistir de esta locura.

— Siempre quiero sexo contigo, siempre quiero hacerte el amor, pero no así, y si dije que te amo, es porque es verdad —lo miro a los ojos tratando de descifrar el juego macabro con el que trata de embaucarme.

«¿Qué quieres de mí?»

Veo en su rostro sinceridad, y debería ser feliz por su confesión, pero hay tantas cosas que no coinciden, que no quiero salir lastimada por el deseo imperioso de querer que él comparta mis sentimientos.

— ¿Me amas? —y más que una pregunta para esperar una respuesta es un sarcasmo lleno de reproches—. ¡Estas viviendo con otra mujer, y no fuiste sincero conmigo! ¿Qué pasa por tu cabeza? ¿¡Qué!?

CAMALEON (completa. + 18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora