Preparando mi boda

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Capítulo 21

Preparado mi boda


Después de una larga y merecida charla con Liam, le cuento mis planes de boda, y él, como el buen amigo en el que se ha convertido, apoya mi decisión respecto al matrimonio. Por lo tanto, dentro de un par de días seré una mujer casada.

Hablo con mamá, Cloe y Susan, y todas están de acuerdo y felices de ser mis madrinas en la boda, y yo, que estoy con los nervios de punta y totalmente decidida con esta locura, decido que es hora de ir, nuevamente, con la experta, para incluir a mis amigas en la ceremonia, lo que, obviamente, debí hacer desde un principio, pero como en esa época no deseaba contraer matrimonio y he cambiado de opinión, me daba lo mismo como quedara todo, en cambio ahora, la boda va enserio.

Mis amigas y yo nos juntamos con mamá en la casa de eventos de Marjorie Mathew. Cloe, como buen abogado, alucina por estar frente a la gran Beatriz Fitzalan-Howard habiéndose enterado hace poco que ella es mi madre. La vez que supo de mi parentesco con Beatriz, se puso roja de emoción, y yo pensaba que, si quería se la regalaba, pero eso no puede pasar. Para Cloe, mis apellidos eran solo una coincidencia, pero después que le mencioné lo de la boda, y uno que otro detalle, cayó en cuenta de que tenía la posibilidad de conocer a Beatriz.
Mamá saluda a Susan con cariño, pues la conoce desde siempre, y a Cloe, la saluda después de una breve presentación de mi parte. Miro de reojo a Susan, y ella capta de inmediato que Cloe sonríe emocionada al estar hablando con mamá, mientras solo me limito a observar, recordando si he sentido alguna vez admiración por alguien, y, a decir verdad, siempre admiré profesionalmente a mis padres; los dos perfectos litigantes, con buena memoria y nervios de acero, y siempre, investigando la verdad en los casos, porque son realmente justos.

Suspiro emocionada por esto que estoy pronta a vivir, aunque con sentimientos encontrados; me hubiese gustado poder advertir a Cristian que no era necesario unir su vida a la de esa arpía, pero jamás respondió mis llamadas, ni mis mensajes, orillándome a este matrimonio.

En la sala de espera de la casa de eventos, mamá, sentada en un sofá, toma delicadamente el té, mientras que yo y las chicas, nos acercamos a ver los vestidos de las madrinas. Mis amigas quedan maravilladas, y yo solo sonrío pensando en la cara que podrán cuando vean mi vestido. Me saco el sombrero con mamá, pues ella, a pesar de lo fastidiosa que puede llegar a ser, tiene un gusto exquisito, lleno de elegancia y sofisticación, por lo que le agradezco el haberme apoyado con los diseños, telas y colores.

Marjorie en una mujer con una agenda tan copada, que debemos tener paciencia para ser atendidas.
Nos sentamos a esperar, Cloe dice algo gracioso, y extrañamente mi madre no dice nada, hasta el punto de mostrar sus dientes en señal de que se ha reído, pero sin admitir que se divierte.

«Tan rara está mujer»

— ¿Más té señora Fitzalan-Howard? —se acerca un chica para atender a mamá.

— Gracias querida, así estoy bien —responde mamá con cortesía.

— ¿Aquí no ofrecen champagne, Cosmopolitan, mojito, tequila o algo así? —susurra Susan sin que mamá la escuche.

— No, ya deben sospechar como nos ponemos —respondo haciendo reír a Cloe.

Evidentemente aburrida por la espera, y revisando el celular cada cinco minutos, levanto la cabeza al escuchar las fuertes pisadas de tacos acercándose a nosotras. Para mí disgusto, frente a mi esta Magdalena Piur, una mujer realmente fea, con exceso de maquillaje y poca clase. Doy un suspiro de frustración, creyendo que sería extraño si algo no saliera mal.

— ¡Isabelle querida! Una vez más nos encontramos, que casualidad —dice toda cínica, y yo la dejo ser, queriendo evitar un enfrentamiento delante de mi madre y mis amigas.

CAMALEON (completa. + 18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora