Disfrutando del amor

6.8K 688 80
                                    

Capítulo 28

Disfrutando del amor


Isabelle

Hasta que por fin estoy en Brasil, un lugar paradisíaco, por el cuál practiqué durante un año su idioma, aunque agradezco tener memoria y facilidad lingüística, de lo contrario, dudo que lo haya logrado. Sin embargo, el incentivo, en aquella época, era mucho. Yo vivía soñando con conquistar a esos chicos de cuerpo perfecto, piel bronceada y ritmo para bailar, y aquí estoy, con uno que no es brasileño, pero es el mejor de todos, mi amado esposo, que no tiene nada que envidiarle a nadie.

Con Cristian nos hospedamos en el fabuloso Hotel Resort Le Brun, uno de los muchos hoteles de lujo que tiene la ciudad de Río de Janeiro, y lo que es mejor, nuestra habitación da directo a la playa, aunque tengo planeado recorrer todos los lugares que nos sean posibles, y así conocer gente, ir a fiestas y divertirnos, porque los brasileños son de sangre caliente.

«Debí haber nacido aquí»

Entro contenta al cuarto, con el botones detrás, quien acomoda mis valijas cuidadosamente, para luego de una generosa propina, retirarse y dejarnos a solas. Doy un paso para inspeccionar el lugar, pero Cristian me detiene y me jala hacia sus brazos haciéndome salir del cuarto.

— Pero... —alcanzo a decir.

— Pero nada. Entraremos a la habitación como dicta la tradición.

Me largo a reír con la situación, aunque me agrada la iniciativa y dejo que haga su voluntad. Tal cual lo desea, Cristian me toma entre sus brazos y entra conmigo, dejándome acostada sobre la cama.

Lo miro enamorada, pero el calor abrumador me invita a darme un baño con urgencia, por lo que dejo la cama y convido a mi esposo a la ducha.

— Muero de calor —comento.

— También —dice.

— ¿A la ducha? —sugiero.

— O a la tina, sería refrescante y romántico ¿No crees? —pregunta.

— Si, lo fuese —respondo caminando hacia la tina, a la vez que me saco la ropa por el camino.

— ¿Es que ya empezamos la luna de miel? —me sigue por detrás, sacándose la ropa al igual que yo para quedar desnudos.

— Yo vivo de luna de miel contigo mi amor ─aseguro—, esto es solo una prolongación.

Totalmente compenetrados nos acercamos a la tina, y entre besos comenzamos a llenarla de agua. Nos sumergimos refrescándonos, mientras
aprovechamos de dar rienda suelta a nuestra pasión.

— Te amo —le escucho decir, y tontamente me dan deseos de llorar, pero Cristian no se da cuenta de lo sucedido.

Me pongo a pensar cuando le hacia el quite al compromiso. Me gustaba la libertad que me daba la relación con Liam, e intenté sacarme a Cristian de la cabeza sin saber que él era el indicado, y aquí estoy, más comprometida que nunca, disfrutando de nuestra luna de miel.

Después de hacer el amor, nos quedamos refrescándonos en la tina. Cristian está detrás de mí, abrazándome y besando mi cuello mientras conversamos.

—¿Te digo algo? —pregunto de pronto.

— Dime.

— Creo que olvidé una maleta —bromeo.

— Pero... ¿Las cinco maletas no son
suficientes? —cuestiona y me largo a reír.

— No, no son suficientes —respondo—. Enserio, solo quería comentar algo. Es que yo no creía en el matrimonio, pensaba que era de estúpidos, y he aquí, casada a los veinticuatro años. Creo que me estupidicé.

CAMALEON (completa. + 18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora