Vida nueva

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Capítulo 1

Vida Nueva

Mi departamento soñado se ha convertido en una hermosa realidad. No es que no pueda costear una vivienda, al contrario, puedo eso y más, o en realidad, mis padres pueden, ya que tienen la solvencia económica suficiente para comprar un departamento en casa ciudad del país. Ellos son dueños de una prestigiosa firma de abogados en Londres "FITZALAN-HOWARD". Mis padres lideran las firmas del derecho de los negocios que más facturan en Europa y parte de América, y están presentes en la mayoría de los asesoramientos de las grandes operaciones empresariales a nivel continental.
A los veinticuatro años he sido "autorizada" a vivir con una amiga, y dejar la casa en la cual nací.

Mi padre es un hombre cariñoso, en cambio mi madre, aunque sé que me quiere, es fría y calculadora, cree que puede controlar mi vida por ser hija única y heredera de su empresa, y en cierto modo tiene razón, he sido culpable de dejarme manipular, pues me mantienen económicamente, con lujos que no podría costear por mis propios medios, una maldita costumbre que debería terminar, no obstante, aún no acabo la carrera, que por cierto, también fue impuesta por mi madre, para que en un futuro pueda llevar las riendas de la firma de abogados.

He insistido por mucho tiempo para tener mi independencia, con un pequeño cheque mensual para mantener mi estatus, pero mi madre no ha confiado en mí, hasta que mi novio la ha convencido. He estado comprometida por dos largos años con Liam, un Gineco-Obstetra guapo y varonil, único heredero del hospital más prestigioso Londres. Con él tenemos algo en común, nuestras madres son igual de obsesivas y manipuladoras, con la diferencia de que Liam vive solo. La atracción sexual entre nosotros es evidente, empero, el amor no llegó a forjarse, talvez se debe a qué nos han impuesto el compromiso para unir nuestro patrimonio, por lo que, desde el primer beso existió un trato. No somos exclusivos, ni existen los celos. Él puede estar con quien desee, y yo también, siempre y cuando sea en una absoluta discreción. Nuestra cercanía se limita en las fiestas sociales, y por supuesto cada vez que queramos tener sexo.

Julio, el chófer de mi madre me lleva a mi nuevo departamento, donde mi amiga Susan me espera, aunque sería preferible conducir mi propio auto, pero mamá insiste, y como siempre, estoy con una falsa sonrisa para complacerla, además, solo me quedan minutos para poder vivir lejos de esta familia, y sobre todo de Beatriz, mi hermosa madre.
Me voy feliz de esa casa, no es que no los quiera, pero deseo dejar de escuchar de los labios de mi madre: Isabelle, una señorita no se comporta así, Isabelle esto, Isabelle lo otro; hasta mi nombre me molesta, siento que lo ha ensuciado con todos sus reproches, es por esa razón que he decidido cambiar mi nombre, no legalmente, porque sería imposible, pero sí, que mis amigos y Liam me llamasen de otra manera, por lo mismo me bauticé con el nombre de Cathy. Tengo nombres para diferentes ocasiones, los utilizo dependiendo donde este, y la situación en que me encuentre, por supuesto, todo esto a espaldas de mis padres.

— ¡Gracias, madre! —digo con una ancha sonrisa, eufórica, sin creer empezar esta nueva vida junto a mi amiga, y aunque sé que seguiré controlada por mi madre, es un gran paso el que he dado. Podré realizarme, y tal vez, solo tal vez, algún día, dejar de temer a su carácter, y ser verdaderamente libre—. No era necesario que me trajera el chófer, pude haber traído mi propio auto.

— Isabelle, sabes muy bien que para mí no es molestia, además, quería asegurarme que todo estuviera en orden. Le dejaré mis teléfonos al conserje en portería para que me llame en caso de cualquier acontecimiento —dice, y mi cabeza empieza a pensar algo para cortar está cadena que sigue poniendo a pesar de que no viviremos bajo el mismo techo.

— De acuerdo —logro decir.

Mi madre me da dos besos, uno en cada mejilla y se va. Cuando la veo alejarse, corro hacia donde esta Jim el conserje, que, por cierto, es un caballero gordito, con barba blanca, hasta podría decir que es hermano perdido de Santa Claus. Sonrío y me disculpo a nombre de mi madre, diciéndole que ella se ha equivocado en los números de teléfonos que le ha dejado, por lo que de inmediato anoto en una libreta, que él mismo me ha ofrecido, mi número de celular y el de mi compañera para que mi madre no se entere jamás lo que sucede en el edificio.

CAMALEON (completa. + 18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora