Capítulo 3
Enfermera
Con la cabeza hecha un lío, introduzco la llave en el cerrojo de la puerta de mi departamento, la que he sacado de debajo del tapete, pues todo estaba en mi auto. Antes de ir a mi cuarto, vuelvo a dejar la llave donde mismo, sin verificar quien está en el departamento. Me siento cansada, física y psicológicamente, pensando en lo increíble que ha sido todo lo que he tenido que vivir hoy, solo porque a mí madre le da por tratarme como si fuera una niña y no acabar de entender que ya he crecido, aunque debo confesar que no le ayudo mucho en este caso, no obstante, he cometido locuras por su causa, y creo fielmente que se le ha pasado la mano con su abuso de poder, por lo que agradezco que falte poco para graduarme e independizarme, y así dejar de depender de ella, pero en fin, ya no hay vuelta atrás.
Lo sucedido este día se quedará en mi memoria indefinidamente, empezando, por mi incursión en el mundo del pueblo gitano, no es que haya convivido con ellos, pero el hecho de actuar como una tal, me hace pensar así. Por otro lado, está ese hombre, un rostro difícil de sacar de la cabeza, una belleza tan fascinante, junto con su masculinidad, que si no se hubiera comportado tan grosero estaría babeando por él.Me saco mi ropa de gitana y me meto al baño para darme la ducha que merezco y necesito; doy el agua para regular temperatura, una vez climatizada, me meto bajo el chorro y cierro los ojos para relajarme, pero lo primero que se me viene a la mente, en su mirada verde ¿Cuál será su nombre? Debe llamarse bombón, con relleno de chocolate amargo. Sonrío pensando estupideces, mientras sacudo la cabeza para no pensar en él, aunque sea hermoso, exquisito, excitante, y antipático, todo lo bueno termina en malo, lo curioso es que, no logro sacarlo de mis pensamientos, y recuerdo sus grandes y varoniles manos, hasta las imagino recorriendo mi cuerpo.
— ¡Cathy! —escucho desde el más allá─. ¡Cathy! —repite Susan, y me reprendo mentalmente por sorpréndeme acariciando mi cuerpo. Retiro mi mano de mi entrepierna, asqueada de mí misma, y corto el chorro de agua para que Susan me escuche.
— ¡Estoy en la ducha! —grito después de abrir la mampara.
— ¿Por qué tardaste tanto en llegar?
—indaga, y una vez más la imagen de mi bella madre aparece por mi mente.— Deja que me vista y te cuento. Esto va para largo —digo, tomando una toalla para secarme.
— De acuerdo, te espero en la sala.
Salgo del baño, con gotas que provienen de mi cabello mojado, recorriendo desde mi cuello hasta acumularse en la toalla que tengo envuelta por sobre mi pecho. Decido, con la misma toalla de mi cuerpo, envolver mi cabello y empezar a esparcir crema por mis brazos, piernas, abdomen, y cuando llego a mis pechos, me quedo ahí, pensando en las manos del señor Osborne. Rápidamente tomo algo cómodo de vestir, me cepillo el cabello y salgo al encuentro de mi amiga.
— ¿Y José? —pregunto al no verlo, ni escucharlo merodear por el departamento, mientras me acomodo en el sofá.
— Salió con unos amigos ─aclara, dejando un pote con palomitas de maíz sobre mi regazo—, por cierto, creí que no habías llegado; no vi tu auto en el estacionamiento.
— Es lo que debo contar —alcanzo a decir, chirriando los dientes de tan solo recordar a mi madre, y con Susan pegada a mí, interrumpiendo como suelo hacerlo yo.
— ¡Oh, Dios! ¿Chocaste? —indaga levantando mis brazos para constatar lesiones.
— No hagas eso. No tengo nada —aclaro—. No he sufrido ningún accidente.
— ¡Oh, Dios! ¿Te asaltaron? —intenta adivinar una vez más.
— ¡Déjame hablar! —grito exasperada.
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CAMALEON (completa. + 18)
ChickLitIsabelle, te amo porque gracias a ti, puedo estar con diferentes mujeres en el cuerpo de una sola... puedo estar contigo, con Danya, Carolyn.... no me canso de amarte, me gusta ser tu loco controlador, autoritario, quien te lleve al paraíso... eres...