Amaba como el viento azotaba mi rostro, como las personas corrían de un lugar a otro, observar las flores en los jardines, los pájaros en el cielo, el cansancio que me causaba mi bicicleta, amaba apreciar las cosas simples ya que no podía amar otras y para mí esto lo compensaba.
En mi rostro cayó delicadamente un frio copo de nieve, sonreí; la primera nevada. El invierno era mi estación favorita del año, no pensé que llegaría tan rápido. Examino mi ropa, un vestido negro junto a una pequeña torerita del mismo color, mis zapatillas negras y mi cabello amarrado en un perfecto moño, no es vestuario para el invierno y probablemente iba a congelarme, solo quiero verme bien. Puedo escuchar la voz de mi madre advirtiéndonos junto a mi hermano lo peligroso que era salir durante el invierno, como nos cubría hasta no más poder con suéteres cubriéndonos del frio. Claro antes de decidir que ya no le importábamos, eran lindos tiempos.
Esquivo algunas personas en mi bicicleta, por el frio creo que la cadena se está congelando, eso es malo.
Diviso el gran edificio a unas calles por lo que trato de patalear un poco más rápido hasta llegar. Aseguro mi bicicleta y tomo mi bolsa de la pequeña canasta, froto mis manos tratando de calmar el frio en ellas, mis nervios no me dejan tranquila mientras me voy acercando puedo ver a varias personas entrar al edificio luego de dar su boleto. Miro a todas las direcciones tratando de verlo, pero es inútil, el reloj en mi muñeca indica que no falta mucho para que comience, mis pensamientos me llevan a que me dejo plantada, muevo la cabeza para alejarlos, él no lo haría.
Una conocida se acerca a saludar y preguntar si no entraré, puedo sentir como la vergüenza llega a mi rostro sonrojándome al responder que espero a alguien y no tarda en llegar, se despide luego de alagar mi aspecto.
Desesperada miro mi reloj solo cinco minutos para que comience, justo cuanto estoy a punto de llamarlo puedo mirarlo corriendo hacia mí. Mi sonrisa no se hace esperar mientras siento las conocidas mariposas en mi estómago cada vez que él está cerca, mis manos comienzan a sudar y creo que en cualquier momento podría caer.
-Oriana- habla al llegar frete a mí.
Mi garganta se seca al detallarlo ¡Dios! ¿Cómo alguien podía ser así de guapo? sus ojos avellana estaban más hermosos que nunca, su cabello rubio peinado hacia atrás lo hacía ver un poco mayor, vestía pantalones color caqui junto a una camisa blanca y un abrigo negro, mis ojos lo observaron con satisfacción al ver en su cuello la bufanda la cual le había regalado.
-Jayden- pronuncio.
-lamento la tardanza, tuve que dejarle algunas cosas a mi abuela- sonrió apenado mostrando las hermosas arruguitas que se formaban en sus ojos.
-pensé que me dejarías plantada- me sincero sonrojada.
-¿Qué? claro que no, nunca te haría semejante desfachatez.
Se acerca a mí y planta un beso en mi mejilla causándome un sonrojo aún mayor.
-¿entramos?- pregunta alzando una ceja, salgo de mi burbuja y asiento emocionada.
Desde niña he tenido algún tipo de enamoramiento con los teatros, me encanta su estructura, la elegancia que desprende, un teatro es un mundo lleno de historias ficticias al igual que verdaderas, en un teatro es el comienzo de muchas personas, actores, músicos, bailarines. En cada rincón encontraras una historia diferente.
-cuando miras las cosas que te gustan tus ojos desprenden un brillo hermoso- escucho la voz de mi acompañante al ver mi entusiasmo.
-¿enserio?- asiente- creo que no puedo ocultar mi amor por él- sonrió.
-también brillan cuando me miras- susurra logrando que casi me dé un infarto- hay que apresurarnos, ya comenzará. - tomo mi mano para guiarme. Mi sonrojo no se iba creo que cerca de él me convertía en un tomate.
Jayden Watson era el dueño de mis suspiros, el chico el cual me encantaba, no solo por su atractivo si no que también por su personalidad reservada pero no a tal punto de cerrada. Era un chico increíble, lo conocí hace un año cuando se mudó a la casa vecina, días después mis amigos lo presentaron como con palero de universidad y yo quede atrapada desde el momento que hablo, su acento era tan atractivo, él venia de Canadá. Yo soy una chica que le huye a las oportunidades pero juro que hago todo lo posible por no arruinar mi amistad con él, si no lo puedo tener a él con su amistad me conformo.
-escuché que las entradas estaban agotadas ¿Cómo las conseguiste?- le pregunté al sentarnos en nuestros asientos asignados, lastimosamente estábamos en las últimas filas pero se podía ver el escenario bien.
-tengo contactos- guiño un ojo.
-muchas gracias- le di una apretón de mano pero cuando la quise alejar este no lo permitió.
Las luces bajaron su tono hasta dejar todo en oscuridad, la música nos inundó de un momento a otro dando paso al espectáculo.
Romeo y Julieta la famosa obra conocida mundialmente era un deleite para quien la apreciara, no era mi favorita pero sin duda una de las más hermosas obras en ballet, los protagonistas podían plasmar los sentimientos, sus paso precisos y elegantes de atrapaban sin dudarlo.
-algún día espero verte a ti bailando en ese escenario- murmuró mi acompañante.
Es lo que más deseaba, poder mostrar mis movimientos a las personas, pero para eso necesitaba mucho talento y lastimosamente yo tenía un largo camino por recorrer y probablemente ni siquiera lo lograría.
-lo lograrás- habló besando mi mano.
Amaba como podía compartir mis gustos con él, como poco a poco nos íbamos conociendo el uno al otro. Todo era tan perfecto que olvidé que los cuentos de hadas no siempre terminan con un final feliz.
.......
Lamento las faltas de ortografia, prometo arreglarlo al editarla.
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Quisiera Ser Como Ella
Teen FictionYo era una mujer que quería descubrir el amor, yo solo era una simple chica soñadora la cual quería experimentar las cosas que el amor me podría traer. Pero nada de eso paso; Comenzando con que en el camino olvide lo que era amarme, olvide que lo má...