Tambaleo mis dedos sobre mis piernas mientras miro como mi amigo habla animadamente con la chica de la tienda, todo mi alrededor está lleno de figuras de colección desde carros hasta los personajes de Disney y demás. Pero lo que más llama mi atención son las púas de guitarra con distintos diseños en ellas mi mente viaja a mi amigo a su desgastada púa y no puedo evitar preguntar el precio y talvez comprar cinco de ellas.
- ¡listo! - llega Carter a mi lado mostrándome su bolsa llena de carros de juguete.
- ¿Cuánto gastaste? - le preguntó observando los pequeños carritos que vienen adentro.
-cincuenta dólares por los tres y ciento veinte por la pista y el avión.
-joder, ¿tanto?
-son mucho más caros, pero ya sabes la chica me hizo un descuento a cambio de que nos volvamos a ver- sube y baja sus cejas.
-Eres todo un Perro
-No sé si sentirme alagado o insultado
-Pero Que dices
-Los perros son tu animal preferido
-calla Carter- niego con la cabeza- aun no puedo entender como gastaste tanto en carritos.
- ¡son de colección!, quiero iniciar a coleccionarlos, ya sabes no solo trabajo para huir de la casa de mis padres.
- ¿aún siguen insistiendo? - le pregunto.
-si- niega- por más que les diga que no, no lo comprenden, Huron.
-no pueden obligarte si no quieres- le doy un empujón amistoso con mi hombro.
-sí, lo sé y no les daré el gusto- besa mi mejilla. - ¿quieres comer algo?
-un frappe está bien- le sonrió.
Los padres de Carter están empeñados en que por ser el mayor se tiene que hacer cargo de su rancho a las afueras, pero Carter ama la ciudad, ama el frio, ama las discotecas, aunque no lo admita ama la universidad, nos ama a nosotros.
Una chiquilla choca contra mí, sus ojos llorosos y que este sola me alarman me agacho hasta estar a su altura quitándole el pelo de la cara.
-hey, ¿estás bien? - le pregunto alarmada.
-no encuentro a mi madre- chilla.
- ¿sabes su número? - niega, joder, ¿Qué se hace en estos casos?
-está bien, ven- tomo su mano, creo que buscar a un oficial estaría bien ellos sabrán que hacer lanzar un comunicado o algo. Le escribo un rápido mensaje a mi amigo para no preocuparlo.
Cuando encuentro a uno trata de quitarme a la pequeña, pero me aferro a su mano dejando en claro que no la dejare sola hasta que este con su madre.
Minutos Mas tarde una muchacha rubia como su hija llega con ojos llorosos directamente a abrazar a su pequeña.
La imagen me lleva a unos años atrás cuando mi madre no me perdió ella me dejo en una banca con un helado, dijo espérame aquí, dos horas después un oficial me encontró aún recuerdo cómo me cargo y sus manos aferradas a mi trasero o como su otra mano trataba de subir por mi vestido.
Gracias a dios mi hermano me encontró.
-gracias señora- me agradece la pequeña con una sonrisa.
-tranquila, solo te pediré algo aprende el número de tus padres o abuelos, te servirá mucho en casos así y no te separes de tu madre de nuevo, ¿de acuerdo?
-está bien señorita- murmura con sus mejillas sonrojadas.
Muchas veces conocer el número de mi hermano me había sacado de muchos líos.
Juego con el collar en mi cuello los hermosos cascanueces, cuando visualizó a la melena pelirroja de mi amigo camino más rápido haca el quien disfruta de mi bebida en una mesa.
- ¿todo bien? - me pregunta solo asiento arrebatándole la bebida- ¡hey! -Hace un puchero.
-es mío.
-is millo – se burla con voz chillona.
-tenemos que hacer algunas compras- le hago saber al ver la larga lista que Anna me ha mandado.
-pues vamos- palmea mi brazo.
Al llegar a el super mercado lo primero que mi maduro amigo hace es montarse en una carreta.
- ¿acaso quieres que nos echen? - le pregunto entre risas.
-vamos no nos verán, ahora, ¡arre caballo!
-Aun eres un niño hablo-pero eso no quita la sonrisa en mi cara y como lo empujo con velocidad carcajeándome.
Media hora después nos encontramos con las compras echas y un regaño por parte del personal del supermercado, pero riendo hasta mas no poder.
- ¡vamos fue divertido! - vuelve a decir Carter abriéndome la puerta del taxi.
-claro- respondo adentrándome, pero cuando espero a el pelirrojo este maldice y se disculpa pidiendo unos minutos ya que dejo sus compras en paquetes.
Me quedo sola con el señor quien me mira desde el retrovisor insistentemente, no le devuelvo la mirada, siento mi corazón querer salirse de mi pecho cuando arranca y el auto camina un poco, siento como mi respiración se entrecorta cuando coloca los seguros en las puertas.
Dios por favor cuídame
Hago lo que primero se me viene a la mente tomo mi teléfono y lo llevo a mi oreja.
-hola, Cam, si ya vamos, estoy en un taxi, si, si ya te mandé la placa, si también mi ubicación, tranquilo.
Suelto todo el aire retenido cuando escuchó los seguros ser abiertos y Carter entra.
El hombre arranca, pero no deja de lanzarme miradas incomodándome, muerdo mi labio hasta tan punto de sangrarlo.
-pare aquí- gruñe Carter el hombre obedece sin despegar su mirada de la mía- si cree que le pagare esta pendejo- habla el pelirrojo cuando le dice el precio- es un abusivo ¿Cómo se atreve a quedársele viendo de tal manera incomodándola? – niega- agradezca que no haga otra cosa- toma mi brazo y me saca lo más rápido de ahí- mierda hurón, joder- pasa una mano por su cabello- lo lamento mucho.
-está bien Carter gracias- murmuró.
-tranquila pondré una queja, tome su placa- me sonríe nervioso.
-gracias.
Le sonrió a pesar de estar asustada, a pesar de mis manos temblorosas, a pesar de lo rápido que corre mi corazón, a pesar de los recuerdos que me embargan.
Joder nadie mujer u hombre merece ser tratado así, hasta tan punto de sentirse incómodo.
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Quisiera Ser Como Ella
Teen FictionYo era una mujer que quería descubrir el amor, yo solo era una simple chica soñadora la cual quería experimentar las cosas que el amor me podría traer. Pero nada de eso paso; Comenzando con que en el camino olvide lo que era amarme, olvide que lo má...