cuatro semanas después.
Con lágrimas en mis ojos llevo una pastilla a mi boca, mientras miro como mi hermano aparta la mirada, se que le duele, a mí también.
-termina tu desayuno- ordena dejando la bandeja de comida en mis pies- solo iré por tu medicamento, por favor solo come.
Asiento sin decir nada, estoy avergonzada.
Cuando sale de la habitación miro la comida el pensamiento de tirarlo se instala en mi mente, pero niego, tengo que mejorar, mate a mi bebe por mis imprudencias, con mis manos aun temblorosas tomo la cuchara y la llevo a mi boca, mis lagrimas no dejan de caer.
Miro la tableta de pastillas no las puedo dejar de repente seria peor, el medico dicto que las iremos dejando poco a poco, que necesito llegar a mi peso ideal y que un psicólogo era necesario para mejorar, hoy será mi sexta consulta.
Hago un lado mi plato vacío y tomo mi teléfono.
Sollozo aun mas fuerte al no ver mensajes de Jayden o Cameron.
También me siento terrible con Hiro por mi culpa no podrá participar la instructora no lo permitió. Mi pierna esta muy mal, pero podrá mejorar.
Anna ya se encuentra con su familia recibiendo la atención debida.
Carter y Dawson ya se marcharon me duele pensar que no me pude despedir debidamente.
No he sabido nada de Cameron solo espero que se encuentre bien.
Jayden a dejado nuestro chat lleno de mensajes, pero no puedo responderle no aún.
La puerta se abre y mi hermano entra con un jarabe, me lo tiende y me lo trago a la fuerza, revisa mi plato de comida y el basurero incluso el retrete. Esto es aun peor de lo que pensé,
-es hora que te conectes. - habla pasándome mi computadora.
Mi hermano no me habla si no es para mis medicamentos o intrusiones del médico. Se que esta decepcionando, pero también se hecha la culpa y es algo que me destruye por que el no es el culpable, la única culpable soy yo.
Cuando se asegura que entrare sale de la habitación dame privacidad. Una señora de no mas de cuarenta años aparece en la pantalla con su cabello negro en una cola alta y una mirada cálida pero profesional.
Precedemos con el pequeño saludo, las mismas preguntas, pero a comparación de los demás días, está vez decido hablar.
Me tardo unos segundos en responder, pero cuando lo hago trato de hacerlo con honestidad, unas lagrimas se cuelan a mi relato, pero se siente bien contarle a alguien como te sientes, estos últimos días no quería hablar sobre nada solo quería hundirme en mi miseria, pero simplemente estoy harta y si ella puede ayudarme pues lo aceptare.
Incluso creo que lo estoy diciendo en voz alta para mí, para comprobar que efectivamente no estoy bien, para nada bien.
-pero yo solo quiero ser feliz, ¿sabe? - trato de limpiar mi lagrimas- nunca lo he sido, nunca he sido amada por completo, mi hermano es el único que me ha demostrado el amor, pero nadie más. Nunca me he sentido querida o deseada, siempre que creo hacer algo bien es lo contrario, todo se cae a pedazos y me da miedo convertirme en mi madre, pero es por el camino en el que creo que voy, pero no se que hacer, estoy tan perdida. - llevo mis manos a mi rostro.
-Oriana, para mi de esto se trata la vida, bajones y subidas, es como una montaña rusa, pero es nuestro deber tratar de tomar las riendas de ella, a veces necesitamos conocer la tristeza y desilusión para conocer la verdadera felicidad, tenemos que pasar por cosas malas para valorar lo bueno, toma esta experiencia mala para luego en un futuro cuando estes en la cima puedas ver y sentirte orgullosa de lo que te convertiste, claro eso puede tardar pero no por eso te rendirás, ¿será difícil?, claro que lo será, pero lo lograras, yo confió en ti, creo que tu hermano también, ahora solo tu tienes que hacerlo, por que tu eres la principal, tú eres la única que puede hacerlo, tu sola nadie más, creo que sabes por donde comenzar Oriana.
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Quisiera Ser Como Ella
Ficção AdolescenteYo era una mujer que quería descubrir el amor, yo solo era una simple chica soñadora la cual quería experimentar las cosas que el amor me podría traer. Pero nada de eso paso; Comenzando con que en el camino olvide lo que era amarme, olvide que lo má...