Mi madre decía que con los hombres se podía jugar solo bastaba mostrar un poco de piel y complacerlos para que caigan a tus pies, mientras más tengas a tu poder más poder tendrás, yo nunca he compartido ese sentimiento, ella reía mientras contaba sus conquistas y como los lastimaba cuando los dejaba, yo lo único que siento es aberración por mí, ¿acaso me estoy convirtiendo en ella?, la culpa me carcome, lo peor es que lo disfrute, ni si quiera lo aleje.
Es mi mejor amigo por dios, es obvio que con el me siento cómoda y segura, pero solo eso siempre he tenido en claro que si no lo quiero perder estas cosas no deben suceder y menos cuando yo tengo pareja y lo quiero, porque lo hago quiero e incluso lo amo, estos meses mis sentimientos se han incrementado, solo estoy asustada por eso lo hice. Creo.
Mis lagrimas caen por mi rostro mientras me aferro a su camisa los sollozos abandonan mis labios mientras digo una y otra vez cuanto lo siento.
Decidí decírselo a Jayden el merece saberlo, pero en vez de gritarme o maldecirme solo me beso y dijo que todo estaba bien que lo entendía que a veces pasaban esos momentos de debilidad y confusión y si lo sentía de verdad él no era quien, para juzgar, él era un ángel.
Estaba tan cegada por momentos lindos que no me daba cuenta lo hipócrita que estaba siendo.
-basta Oriana- murmuró ajeándome con suavidad limpiando mis lagrimas- he dicho que te perdono ¿sí? Lo entiendo.
-no te mereces esto Jayden- acuno su mejilla en mi mano.
-lo lamento- besa mi mano- pero no sabes nada- antes que pueda preguntar me besa, un beso lento delicioso que hace olvidarme de todo.
uno de mis errores era ver solo lo que quería y no prestar atención a las espinas que se iban quedando.
-ya deja de llorar, todo está en el olvido- besa mi mejilla- ve a cambiarte te acompañare al bar.
Asiento limpiando mis lagrimas le doy un intento de sonrisa y corro a mi casa, como cosa rara se encuentra en silencio la única que se encuentra en la sala es Ana haciendo algún tipo de manualidad.
- ¿Qué haces? - le pregunto
-nada- gruñe molesta, alzo mis manos en son de paz y me apresuro a mi habitación.
Me miro en el espejo una mueca se posa en mis labios al ver mi estado, últimamente me miro enferma, pongo manos a la obra, disfrazando mi verdadera apariencia con maquillaje, no importa lo que tengas adentro mientras afuera te mires bien.
Sonrió cuando lo logro, coloco un vestido amarillo con zapatillas bajas, mi largo cabello en una cola alta, tomo el pequeño llavero en mis manos, cierro los ojos y decido hacerlo con paso decidido voy hacia la habitación de mi mejor amigo.
No hay necesidad de tocar la puerta esta ligeramente abierto trago en seco cuando lo miro recostado en su cama con el torso desnudo ojos cerrados y boca ligeramente abierta. Entro lentamente él ni siquiera se percata los audífonos en sus oídos lo confirma.
Tomo uno de sus zapatos y se lo tiro haciendo que se sobresalte y yo me carcajee.
- ¿Qué mierda galleta? - gruñe quitando sus audífonos.
-vine a darte algo- le sonrió tirándole el llavero que lo atrapa al aire- sé que no es mucho pero El lago de los cisnes- me encojo de hombros- un día me dijiste que era tu obra favorita.
Una sonrisita se pone en sus labios- es perfecto- toma las llaves de su auto que se encuentran en la mesa de noche y se lo coloca- le queda perfecto- me lo enseña el cisne esta echo con diamantes. - gracias.
-me alegra que te guste ahora necesito ir a trabajar- me despido con la mano.
-Oriana- murmura deteniéndome- yo quiero decirte que lo lamento no....
-tranquilo todo está en el olvido- lo corto- sé que entre nosotros no hay ese sentimiento, solo fue un impulso. - le sonrió.
El trata de hacerlo, pero su sonrisa parece más una mueca, decido ignorarlo.
-bueno me voy.
- ¿quieres que te lleve? - pregunta rápidamente.
-Jayden lo hará- susurro.
-oh, ya veo- vuelve a acostarse- entonces nos miramos supongo.
Me voy de la habitación con una horrible sensación, pero sé que es lo correcto. O eso pensé.
...
Tallo mis ojos con fuerza tratando de aguantar el malestar en mi estómago y el pequeño mareo que me embarga, la náusea vuelve a mi haciendo que me disculpe con los clientes y corra al baño.
Mierda, no tengo nada en el estómago, ¿Por qué está pasando esto?, cierro la tapadera luego de echar agua y me siento en la taza, mi teléfono no para de sonar desde hace un rato, apretando mis dientes lo cojo sin ganas.
- ¿sí? – pregunto.
-por dios Oriana, ¿Por qué no contestabas? - gruñe mi hermano.
- ¿pasa algo? - pregunto al notarlo ansioso.
-Oriana- suspira atreves de la línea- nuestra madre me ha contactado.
Siento como mi pecho se comprime y mis ojos hormiguean siento el escozor en mis ojos que me hace cerrarlos con fuerza.
- ¿Cómo? - pregunto con voz afectada.
-obtuvo mi número, quiere vernos.
- ¿Cuál fue tu respuesta?
-es obvio que le dije que se fuera a la mierda- bufa molesto.
-hablamos después, te quiero- corto antes que responda.
Limpio con rapidez la lagrima que se escapa de mi rostro, ¿Por qué hace esto? Luego de tanto vuelve y quiere vernos, ¿Por qué?, algo planea el collar y esto no solo es por que quiera recuperar a sus hijos, mama siempre hace todo por su veneficio sin importar que afecte a los demás.
Pero no dejare que arruine mi vida como siempre lo ha hecho, ahora que las cosas van bien para mí no la dejare destruirlo.
No sabía que yo misma lo hacía.
....
-seria por una buena causa- habla Carter comiendo un pequeño pastel- estamos tan estresados lo merecemos.
-me parece bien- se encoge de hombros Yue.
- ¿Cuándo te invitamos? - se burla Dawson.
-querido, ¿en serio crees que Ori nos dejaría? - gruñe Thea jugando en su teléfono.
-eso es chantaje- gruñe.
- ¿entonces mañana a las cinco? - pregunta Jayden llevando una gomita a su boca.
-sí, lleven sus trajes de baño más espectaculares- habla Carter guiñándole un ojo a Thea.
Un viaje de amigos antes del caos.
O quizás en el comenzaría todo.
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Quisiera Ser Como Ella
Teen FictionYo era una mujer que quería descubrir el amor, yo solo era una simple chica soñadora la cual quería experimentar las cosas que el amor me podría traer. Pero nada de eso paso; Comenzando con que en el camino olvide lo que era amarme, olvide que lo má...