16.¨bailarina de cristal¨

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Escuchaba el llanto de mi madre desde mi habitación, desde que mis padres se han separado es lo que hace cada noche, siento mis lágrimas asomarse, no me gusta escuchar llorar a mamá, tomando mi mantita salgo de la cama que comparto con mi hermano lentamente sin hacer mucho ruido, nuestra casa siempre esta oscura a mamá no le gusta la luz, con temor camino hasta el cuarto de mi madre la cual está abierta la observo en su cama sentada viendo fijamente una bolsita con polvo blanco.

-mamá- susurre sin entrar, no quería que se alterara y gritara.

Ella solo me miro camino hasta la puerta y me cerró la puerta en la cara murmurando que me largara.

Siempre que trataba de consolar a mama me echaba o gritaba llego un momento que la deje.

Algo que me partía en corazón era ver a Cameron llorar, él era tan lleno de vida que verlo herido te hacia doler el corazón, lo peor era que no sabía la razón algo me susurraba que era por su padre, pero sus pesadillas, ¿pero que pido a verle pasado?, sus pesadillas comenzaron desde su niñez estaba segura pero yo me entere hace dos cuanto nos mudamos juntos, desde entonces sentía que yo era su lugar seguro, como se acurrucaba en mi regazo, como me dejaba mimarlo, como su reparación se calmaba con mis caricias se sentía bien, se me aceleraba el corazón al hacerlo.

Mamá siempre me alejaba en cambio Cameron siempre me buscaba.

-¿estas mejor?- le pregunte en murmuro sin dejar de acariciar su cabello.

-lo estoy- asiente.

-¿me dirás?- ni siquiera me dejo terminar solo negó.- está bien.

Nos quedamos en silencio, a veces creía que con Cameron ningún momento era incomodo, simplemente me sentía a gusto, cómoda con su compañía, creo que al pasar de los años nuestra amistad ha llegado a un punto de confianza máxima, creo que esta amistad es muy difícil de romper.

-tengo lago para ti- se apartó de mi lado y fue hasta uno de sus gabinetes, del saco una pequeña caja rosa con detalles dorados. - ayer no pude dártelo.

-ya decía yo que mi regalo estaba tardado- me burle, abriéndolo, pero al ver su contenido mi sonrisa flaqueo y mis ojos se llenaron de lágrimas- es hermosa- susurre sacando su contenido.

-Escucha su música.

Tome la esfera de nieve con una bailarina dentro con lágrimas en sus ojos y gire la pequeña llave a su costado.

Inmediatamente Saint-Saens : The Swan comenzó a sonar.

-dios es bellísimo- mis lágrimas brotaron- esto tiene mucho significado para mí.

-lo sé- susurró tomando mi rostro entre sus manos besando mi frente suavemente limpiando mis lágrimas con sus pulgares.

Hace dos años estaba decidida a acabar con mi sueño, sentía que no era lo suficientemente buena, que no era suficiente que cualquier cosa que hiciera estaba mal.

Entonces una noche la primera nevada me coloque mis audífonos, coloque mi canción favorita Saint-Saens : The Swan, con mis ojos llenos de lágrimas, comencé a bailar, entre el frio abrazador, yo solo podía mover mi cuerpo al ritmo de la melodía.

Entonces Cameron llego no dijo nada, son me detuvo, solo se sentó en el sueño y me espero por una hora, cuando termine el solo dijo;

-¿en verdad le quitaras al mundo el honor de ver tu hermoso baile?

Él dijo;

-no pienses que será fácil galleta, si lo fuera no valdría la pena luchar por ello.

En estos momentos el regalo era más especial ya que me he estado sin tiendo como en esos días de tormento.

-gracias- beso su mejilla.

-no hay de que mi bailarina de cristal.

.....

El sonido de la pelota rebotar una y otra vez me estaba dando una fuerte migraña, trataba de concentrarme en mis tareas, pero era difícil con semejante bullicio y falta de conocimiento, no había ido a mis últimas clases no entendía nada, esto me afectaría.

-joder- masculle tomando la pelota en mis manos- Mitch cállate.

-vamos no seas aburrida- hizo un puchero- no hay nada más que hacer.

-¿no tienes tareas?, tus clases que ponerte al día.

Se queda en silencio y sonríe maliciosamente.

-oh, hermanita no te he dicho mi regalo ¿verdad?

-tu cara no me da mucho por saberla.

-vamos te va encantar- comienza a sacar unos papeles de su mochila para luego pasármelos.

-¿Qué es esto Mitch?- pregunto sorprendida leyendo su contenido.

-¿no te da gusto?- pregunta nervioso.

-claro que si- le doy una mirada- pero solo no comprendo, ¿ya no te sentías a gusto?

-ya no- se encoge de hombros- digo estaba bien, pero- se calla- ya no era los mismo- niega- mis amigos se volvieron unos hipócritas las clases me estresaban aún más y sabes que amo mi carrera, por eso lo decidí hable con los chicos y estuvieron de acuerdo me puedo quedar en el sótano pero quería hablarlo contigo antes, no sé si te sientes agobiada conmigo aquí.

-claro que no tonto- me acerco a abrazarlo- si es lo que quieres sabes que yo siempre estoy aquí, y a decir verdad me encanta tu presencia, lo único que me preocupa es que la universidad no es tan buena.

-eso no importa- se aleja de mi- saldré un rato con Dawson esta necio que quiere ir a un restaurante, ¿vienes?

-necesito terminar aquí, pero gracias. - asiente y sale.

Yo me quedo atareada con montañas de tareas.

Un mensaje llega es Jayden inmediatamente mi corazón se acelera desde que comenzamos a salir no paramos de hablar entre nosotros contándonos cosas de nuestra niñez era nuestro tema favorito, aunque yo tenía que modificar algunas cosas, tal vez algún día le diría la verdad, pero por ahora no quería atormentarlo.

Por primera vez en mi vida me sentía protegida quería, sentía que todas las palabras de mi mamá sobre los hombres no eran verdad, porque el no solo quería mi cuerpo, no era alguien a quien manipular.

Te equivocaste mamá.

Quisiera Ser Como EllaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora