Cuando la hermana de Jordan Parish llega a Beacon Hills para dejar atrás su llameante pasado y tener un semestre tranquilo.
Scott McCall y su manada le arruinaran sus planes.
¿Será que ese lobo novato podrá calmar su ardiente personalidad?
...
-¡Zan...
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(Mamá de Eda)
Un tono...
Dos tonos...
Tres tonos...
Eso fue lo que Chris Argent necesito para que la llamada entrara al fin, una llamada que cambiaria no solo su vida entera sino también la de una adolescente inestable de dieciséis años, tres tonos que lo pusieron sumamente nervioso y con el corazón acelerado, tres malditos tonos para volver a escuchar la voz de la mujer con la cual había engañado a su esposa hace tanto tiempo atrás todo por una noche en un bar, unas copas de más y un hermoso rostro que jamás pudo olvidar.
Grisha Parish.
Una de las mujeres más hermosas que había visto nunca, tenía un cabello pelirrojo sumamente hermoso y largo, un rostro aterciopelado, una nariz fina y un cuerpo de modelo junto con un sentido del humor bastante acido y negro que le encanto como una clase de hechizo. Solo fue una noche de desenfrenada pasión la que habían compartido juntos.
Una noche donde dos personas despechadas y en busca de contacto decidieron entregarse a sus más terrenales y carnales deseos sin saber que esa noche daría paso a que una hermosa niña de ojos azules como los de su padre y de cabello rojo como el de su madre llegara al mundo.
Esa niña fue la maldición de Grisha, pero para Chris Argent seria su salvación.
- ¿bueno? - su voz seguía igual de seria y neutra a como la recordaba
- ¿Por qué no me dijiste nada? - al escuchar la voz al otro lado del teléfono, Grisha por poco deja caer el teléfono, sabía que pronto iba a recibir esa llamada, pero no esperaba que fuera tan rápido
-Chris...
-dieciséis años estuvo sin saber que tenía un padre- Chris no podía contener la rabia que sentía, de haber sabido que tenia una hija, de haberlo sabido hubiera ido por ella, luego de lo que Eda le había contado sobre su vida, se había dado cuenta de que su madre jamás la cuido como debería y si Grisha tanto odiaba a Edalyn, lo menos que pudo hacer fue dársela a él para que la cuidara.
Él lo hubiera hecho con mucho orgullo, no le importaba si con eso hubiera tenido problemas con Victoria, él no hubiera dejado a su hija vivir en una familia donde no la querían, al menos con él tendría un padre y una hermana que le hubieran dado el amor que no tiene en su casa.
-no tenías por qué saberlo- fue la excusa de Grisha
- ¿no tenía que saberlo? ¡es mi hija!
-la hija que abandonaste-
-no puedes decir que la abandone cuando ni siquiera sabía de su existencia ¿Por qué no me lo dijiste? –
-porque no sabia como hacerlo, tu tenias esposa y una hija, ¿se supone que debía arruinar tu vida? Esa niña fue un error desde el principio y no la quise abortar porque me sentía muy sola...tal vez por eso tampoco te lo dije, porque no quería seguir sola-
