Hell Wolf |Liam Dunbar

Cómplices

El hospital, un lugar de por si ya desagradable sin tener ayuda, un lugar al cual Eda le tenia mas miedo que al agua, no solamente era por la cantidad enrome de películas de miedo que había visto que sucedían en hospitales o porque, el mero hecho de estar en uno, le recordaba momentos de su vida para nada agradables, pero ahora, en vez de sentir el frio que deja la soledad y el miedo de su joven corazón, sentía la calidez de estar acompañada y la alegría de, por primera vez, las personas se preocupaban por ella, no había palabras para describir la emoción que se abría espacio dentro de su pecho al ver como Chris Argent estaba a su lado, en una silla un poco mas cómoda de lo que ella creyó que seria una silla de hospital, a su lado, mientras veían una serie de época.

Habían hecho anteriormente maratones de películas y de series juntos, generalmente las noches en las que no estaban ocupados con cosas sobrenaturales, habían también hecho un pequeño ritual esas noches, donde compraban comida poco saludable y juntos, veían varias películas de elección mutua, algunas, que ya habían visto con anterioridad, les gustaba repetir los diálogos y cambiarlos un poco para hacerlo mas divertido, Chris nunca había hecho eso con Allison, de hecho, con su difunta hija, pocas veces se había sentado a ver la televiso juntos o compartir comida chatarra.

Lo solía hacer cuando Allison era una niña pequeña, pero conforme fue creciendo, se fue alejando mas de él y su vínculo, aunque era fuerte, no era nada comprado con el que estaba empezando a desarrollar con Eda, porque, Allison, a pesar de solo tener diecisiete años, había madurado mucho cuando se entero de lo sobrenatural, alejándose más y pidiéndole cosas para gente mas "grande" por decirlo de aluna manera, como disparar y hacer sus propias flechas.

Mientras que con Eda, con ella era lo opuesto, Eda tenia dieciséis años, pero por dentro seguía siendo una niña, no había madurado y el hecho de enterarse de lo sobrenatural, en vez de hacerla madurar como lo hizo con Allison, pareció simplemente hacerla un poco mas irresponsable, si es que eso era posible, en vez de pedirle que le enseñara a matar o a hacer armas, le había pedido que le enseñara a cocinar, a andar en bicicleta, a nadar, cosas que cualquier hijo le pediría a su padre y era, ese gramo de normalidad que ella aun conservaba, lo que hacia para Chris inconocible la idea de volver a exponerla al peligro, de perderla.

Porque Allison era fuerte por su cuenta, ella pocas veces necesito que él la cuidara de verdad, mientras que Eda, ella necesitaba a alguien que la frenara, que le cubierta las espaldas, necesitaba que la protegieran porque ella ya estaba cansada de intentarlo por su cuenta y fallar.

y aunque amaba su extraño sentido del humor, su manera de poder hacer chistes en situaciones criticas como en medio de una pelea, de un entrenamiento o apenas saliendo de una cirugía por una herida de bala, era, lo que Chris necesitaba para aferrarse a su humanidad.

Lo que toda la manda necesitaba sin darse cuenta, porque, con la partida de Allison y le llegada de la dura realidad a la que se veían sometidos, Eda llego en el momento preciso para darles a todo un poco de luz y color a sus vidas que estaban empezando a ponerse grises y vacías.

Chris suspiro viendo de reojo a Eda, notando como se reía viendo el programa frente a ella, como si no le importara nada, como si no le hubieran disparado hace tan solo un día atrás, de hecho, debía empezar a investigar porque no se curó, porque a veces se sanaba y a veces no. Así que cuando se volvió a dormir, salió de la habitación, dejando a cargo a Melissa, quien le aseguro que la cuidaría toda la noche, para poder salir a investigar y a vigilar el perímetro, asegurándose de que nada ni nadie se atreva a representar un peligro para la pelirroja.

Llego a la veterinaria, donde Deaton apenas estaba cerrando el establecimiento, pero al ver la mirada sombría en el rostro del cazador, suspiro, "será una noche larga" pensó para sus adentros antes de recibir al señor Argent a la parte trasera, donde generalmente dialogaban sobre cosas sobrenaturales, una vez a solas, Chris saco del bolsillo de su pantalón, la bala que había herido a Eda, Deaton la observo, notando los grabados rúnicos en ella.