Criaturas de la noche

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En medio de una carretera muy transitada de Beacon Hills, la familia Yukimura se encontraba aburrida viendo la lluvia caer a montones, sin señal de detenerse, eso le recordó a una vieja historia al profesor Yukumura.

—papá, por favor no hagas que un embotellamiento de tres horas una lección de historia—

—habla de la cacería salvaje—responde su madre llamando la atención de Kira—los jinetes fantasmas, imagina una noche como esta con tormentas, los jinetes fantasmas aparecían cabalgando en caballos negros con ojos rojos como la sangre, los lobos y sabuesos a sus lados—

—¿Qué cazaban?

—almas—responde—y detrás de ellos, moviendo los hilos, los elementales, los invocadores de la cacería—

—¿elementales? ¿Cómo Eda? Nunca me has contado la historia completa de esas criaturas, ni siquiera me has dicho porque Eda es una de esas cosas—si Kira quería conseguir información ese era el momento, ambos padres se dan una mirada, el padre de Kira asiente y la madre suspira

—como ya sabes, hay fuerzas que rigen el orden natural, norte, sur, este, oeste, fuego, aire, tierra y viento, han recibido varios nombres a lo largo del tiempo, se creían que eran seres inmortales, pero si hay una manera de matarlos y cuando el elemental de fuego murió tuvo que renacer primero como un mortal para poder vengar su muerte, antes me preocupaba que pasaras tiempo con Eda, pero ahora no debes alejarte de su lado—

—¿Por qué? ¿Quién fue el logro destruir al elemental de fuego? ¿algún día serán claros conmigo? —Kira tenía muchas preguntas, demasiadas dudas y estaba cansada de que sus padres le ocultaran todo

—los elementales son una familia, Kira, son hermanos y para ellos la familia lo es todo. Eda ha estado sola gran parte de su vida hasta que tú y la manada de Scott la aceptaron como uno de los suyos. Si Eda ahora cree que ustedes son su familia y hará lo que sea por ustedes, pero si la traicionan, si la abandonan, será lo peor que pueden hacerle—

—pero...-Kira no puede decir nada más porque escuchan una motocicleta a lo lejos y sus pensamientos cambian rápidamente a Scott, saliendo del auto emocionada y yendo a los brazos de su novio.

Mientras que la feliz pareja se reunía en medio de la carretera, Eda y Liam estaban detrás de una pared escuchando la conversación que se llevaba a cabo en l amorgue, Eda se sentía extraña por la visión que había tenido de esa mujer rubia, había algo familiar en ella, un sentimiento cálido la lleno por completo cuando le hablo, un sentimiento de hogar.

—vamos—Liam la saca de sus pensamientos y ella toma su mano, sintiendo su calidez, no, esa mujer no era su hogar, su hogar estaba ahí, con Liam, con Scott, con toda la manada que se había convertido en su única familia, en algo mas que sus amigos, luego de todo el caos en el que se vieron envueltos con Kate Argent.

Eda se subió a la espalda de Liam para que el pudiera usar su super velocidad de hombre lobo y llegar más rápido a la escuela, la pelirroja descanso un momento su cabeza en la espalada del chico, olía tan bien, a menta, lluvia y tierra mojada, se sentía a salvo ahí, era cierto que su corazón latía como loco, pero no por tener miedo o sentir ganas de huir, sino porque le gustaba mucho ese tonto chico hombre lobo. Le gustaba tanto que no podía decirlo en voz alta sin empezar a tartamudear o tener una verborrea.

Estuvo cerca de decirlo esa noche mientras él estaba atado a un árbol, pero las palabras no salían de su boca, no salía porque cuando estaban a punto de hacerlo, a punto de decirle que le gustaba, su mente empezaba a llenarla de dudas ¿Qué tal si se burla? ¿Qué tal si no le gustas? Es decir, ¿a quién le gustaría una cleptómana con muchos traumas? Y gracias a esa inseguridad es que no lograba confesarse al chico que le gustaba.

Hell Wolf |Liam DunbarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora