No estás solo.

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Edalyn estaba al borde de explotar de la felicidad que sentía en su interior, porque nunca en sus 16 años de vida había ido de compras con sus amigas, para empezar ni siquiera había tenido amigas y el hecho de ahora tener no una, sino dos amigas le alegraban el alma y le restauraba la fe en la humanidad.

Mientras caminaban a la tienda de segunda mano, Eda estaba en medio de Malia y Lydia mientras que sus brazos estaban entrelazados, Malia hablaba de lo mucho que le incomoda la mezclilla y Lydia hablaba de lo estresada que se encontraba por no tener el segundo nombre de la clave para el resto de la lista, pero no importaba que los temas que hablaran fueran extraños o poco comunes, para Eda podían estar hablando de alienígenas y ella estaría encantada y aun con esa gran sonrisa en su rostro.

Porque a pesar de que Malia y Lydia tenían un tema individual cada una del que hablar, Eda las escuchaba a ambas con atención, viendo como Malia fruncia el ceño de repente o viendo como Lydia se le quedaba viendo a algunas estanterías del centro mientras llegaban a la tienda.

Tener amigos nunca fue la primera prioridad en su lista, siempre creyó que era más importante sus bromas, ir a correr o hacer cualquier otra cosa, aunque a decir verdad, en su anterior escuela no había ninguna persona que le cayera bien o le agradara lo suficiente como para hablarle, de hecho, prefería estar sola que soportar a sus compañeros de clases, sus molestos y odiosos compañero que le hicieron la vida imposible.

En cambio, ahora en Beacon Hills, tenía personas que comprendían y entendían sus rarezas, de hecho había encontrado personas aún más extraña que ella y eso le alegro, porque por primera vez en mucho tiempo sentía que encajaba en ese lugar, tenía amigos sobrenaturales, un amigo cazador que le enseñaba a defenderse y un par de amigos de su edad llamado Liam y Mason, aunque aún no hablaba muy bien con Mason, ya lo consideraba como su amigo al ser el mejor amigo de Liam Dunbar, ese beta idiota y tierno que la hacía sonreír a pesar de hacer idioteces.

Al llegar a la tienda, Malia y Lydia empezaron a buscar algo que le quedara a Eda y ella hacia lo mismo, luego de un par de minutos recorriendo la tienda, llegaron a los vestuarios y dejaron una pequeña montaña de ropa en una silla mientras obligaban a Eda a probarse todo haciendo un pequeño espectáculo de modas donde Eda era la modelo principal.

Malia sonreía feliz al oler que Eda se la estaba pasando bien y que Lydia estaba más calmada, de hecho, incluso ella se sentía más relajada algo que no había pasado desde que se convirtió humana de nuevo, era como si la presencia y la personalidad extraña de Edalyn les diera un pequeño respiro de sus estresados problemas sobrenaturales porque a pesar de que Eda también formaba parte de ese mundo, parecía no importarle y esa actitud se les contagiaba un poco a ambas chicas.

Quienes extrañaban un poco la normalidad de sus anteriores vidas, en especial Lydia quien estar ahí de compras junto con Edalyn le traía recuerdos agridulces de todas las veces que había hecho lo mismo, pero con Allison, antes de saber de los hombres lobo, Banshee y todo lo raro que sucedía en el pueblo y ahora estar conviviendo con la hermana de Allison la hacia recordar esos días, si Allison siguiera viva y se enterara de que tenia una hermana, de seguro hubiera saltado de alegría.

Siempre deseo tener una hermana y ahora que por fin la tenía, ella no se encontraba ahí para estar a su lado, para aconsejarla y cuidarla así que sentía que era su deber hacer lo que Allison no pudo.

-ese es el indicado- declara Lydia y Malia al mismo tiempo al ver a Eda con un hermoso vestido de tirantes de color rosa

- ¿de verdad? - cuestiona con una sonrisa en el rostro dejando caer su cabello pelirrojo

-Liam quedara embobado cuando te vea- declara Lydia sonriente

-entonces me lo llevo- dice y la señorita que estaba ahí atendiéndolas asiente, Eda vuelve al vestuario quitándose el vestido y dándoselo a la señorita para que lo cobrara y lo pusiera en una bolsa, cuando termino de cambiarse salió encontrándose con sus amigas.

Hell Wolf |Liam DunbarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora