Esa noche en especial, unos días antes de la entrada al nuevo semestre, Eda había decidió ir al almacén de armas, necesitaba con desespero encontrar algo que le hiciera recordar que tenía un padre, que en realidad esa etapa de su vida si había existido, aunque le causara dolor por su partida, Chris había mensajeado últimamente con ella, pero conforme pasaron las semanas, los mensajes iban disminuyendo hasta que dejaron de llegar, pero esa noche él le había enviado un mensaje de un numero desconocido, citándola en el almacén, ella fue ansiosa de volver a verlo.
De asegurarse de que estuviera bien y alegre de que no la hubiera olvidado, tal vez estaba por pedirle que se uniera a la búsqueda de Kate, tal vez fue para pedirle perdón por haberla dejado sola, tal vez se había enterado de todas las veces que estuvo en la comisaria y venía a regañarla, sea lo que sea, él había ido y ahora probablemente la llevaría en su excursión contra Kate.
Aunque estaba emocionada de verlo y lo quería abrazar, la situación le dolía, porque él solo la había citado debido a que ella tenía las llaves, abrió el candado y entro junto a él al almacén, no importaba que fuera solo por eso, lo tenía cerca.
—quiero que sepas que no pasa un solo día sin que piense en ti—murmura besando su frente, mientras la abrazaba con fuerza, Eda se separó de pronto porque no quería sentir que de nuevo eso era una despedida
—¿te puedo llamar al número del que me texteaste? —pregunta con los ojos empezando a ponerse rojos por las lágrimas que contenía
—es el teléfono de los calavera, prometo que me comunicare contigo de mi nuevo número—responde sintiendo su corazón ser aplastado como el de una uva al ver como las lágrimas empezaban a deslizarse de sus ojos—no llores Eda, estoy bien, no...
—te extraño, papá— interrumpe ella con un pequeño sollozo, tragándose el llanto que quería parecer fuerte ante él, quería que viera que era una mujer capaz de sobrellevar cualquier cosa, pero no podía con esa situación, era mucho mayor de lo que creyó.
No quería que la volvieran a dejar.
No quería volver a sentirse sola nunca más.
—yo también te extrañe y te amo— responde dándole una pequeña sonrisa triste—lo siento—murmura, pidiéndole perdón por tener que volver a dejarla, no quería hacerlo, odiaba hacerle eso, pero los calavera irían tras ella si no los ayudaba contra Kate. Así que dijo que necesitaba algunas armas especiales que tenía guardadas, que por eso había regresado, guardo todo en una bolsa negra y grande y se marchó sin mirar atrás.
Porque si se detenía a volver la vista, se quedaría porque sabría lo que le esperaba al verla. Se subió a la camioneta negra y se fue. Eda se derrumbó mientras cerraba la bodega con ella adentro, no quería ver a nadie en esos momentos, de todas maneras, nadie se daría cuenta de que ella no estaba en casa de Scott ¿a quién podría importarle?
Se había estado escabullendo al bosque muy seguido, iba a otros condados, salía a recorrer las calles a solas en la madrugada y nunca nadie la detuvo, nadie le dijo que lo que hacía estaba mal, nadie se dio cuenta de lo que hacía...nadie a excepción de Derek y Theo, pero era porque ambos querían algo de ella.
De todas maneras, en ese momento, sentada en la sola y fría bodega, rodeada de armas y objetos mortales, pensó en lo desloada que se había convertido su vida, podía dispararse en la cabeza con cualquier arma del lugar y no moriría, podía enterrarse una daga en las muñecas y no le pasaría nada...podría incendiar todo ese lugar y ella no se quemaría.
Las lágrimas que caían al suelo eran como gasolina que estaban empezando a invadir el lugar, a ella no le importo ver como el fuego empezaba a extenderse mientras su llanto se incrementaba, no le importaba que ese lugar ardiera, ya nada le podía importar menos, su padre la había vuelto a abandonar. Odiaba sentir tanta autocompasión por ella misma, pero en ese momento no podía evitarlo.
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Hell Wolf |Liam Dunbar
FanfictionCuando la hermana de Jordan Parish llega a Beacon Hills para dejar atrás su llameante pasado y tener un semestre tranquilo. Scott McCall y su manada le arruinaran sus planes. ¿Será que ese lobo novato podrá calmar su ardiente personalidad? ... -¡Zan...