Hell Wolf |Liam Dunbar

Mi lugar

Era el primer día de clases de todos, muchos se encontraban emocionados, de hecho, era la emoción de volver a ver a tus amigos mas que cualquier otra cosa, pero Eda quien se levantó esa mañana con el humor un poco bajo de ánimos debido a que Scott la llevo a la escuela en su motocicleta cuando se suponía que Liam lo haría, no la malentiendan, a ella le gustaba pasar tiempo con el alfa.

Pero estaba odiando el aroma que siempre desprendía cuando estaba a su alrededor, una nueva habilidad que había desbloqueado, al parecer, tampoco podía soportar mucho tiempo sus miradas, tan condescendientes y llenas de tristeza, buscando en ella algo de Allison y eso la estaba hartando de sobremanera.

¡ella no era su hermana! Por todos los santos y mientras mas pronto se diera cuenta Scott y el resto de la manada que la conocieron, mucho mejor seria para ella el evitar sentirse incomoda alrededor de ellos. Porque, ella los quería y sentían en la manada un hogar, un lugar pasara ser ella misma, pero cuando la miraban esperando algo más de ella, esperando algo que no tenía la volvía loca.

Al llegar, fue rápidamente a su casillero, poniendo toda la distancia posible entre Scott y ella, suspiro aliviada al dejar de sentir ese abrumador olor de melancolía, abrió su casillero y empezó a depositar sus libros nuevo, lo único que Chris Argent había dejado para ella fue dinero, que ella uso para comprar ropa nueva y útiles escolares decentes al igual que ayudar a Melissa con el asunto de su alimentación, no quería sentirse un parasito dentro de la casa McCall y su hermano, bueno, a pesar de que trato de convencerlo de que la aceptara de nuevo en su casa, Parish sentía que era mucho mejor y más seguro para su hermana sobrenatural que estuviera con gente como ella.

—parece que alguien se levantó de malas—la voz de Theo la obligó a rodar los ojos y cerrar su casillero con un poco más de fuerza de la necesaria

—no a todos nos agrada volver a clases.

—entonces espero que esto te alegre un poco—saca de su espalda una rosa roja que Eda tomo entre sus manos sin ninguna emoción en su rostro, felicitándose a sí misma por mostrar frialdad cuando por dentro sentía su corazón latir un poco más rápido ¿Cuándo fue la ultima vez que alguien le dio una rosa?

—te equivocas de chica, las fáciles están en otro corredor—responde tratando de devolverle la rosa, pero Theo no la acepta

—el regalo no es la rosa, sino el sobre que está atado a su tallo—indica con la mirada y Eda toma el pequeño sobre abriéndolo, su mirada indiferente se convierto en una llena de emoción mientras observaba repetidamente del sobre a los ojos verdosos de Theo

—no te pases—exclama contendiéndose para evitar darle un abrazo al chico—¿es en serio? Si es una broma te voy a golpear—

—no es una broma, es un pase gratis por un mes al Happy Burger—responde divertido mientras veía la felicidad de la pelirroja expandirse por todo su cuerpo e incapaz de seguir conteniéndose le rodea el cuello con sus brazos

—¡esto es genial! ¿Cómo lo conseguiste? He ido miles de veces, pero nunca me han querido dar una de estas—se separa de repente, pero sus manos siguen en sus hombros y su mirada con ese brillo de infantil felicidad

—tengo contactos.

—espera—su sonrisa y su felicidad se esfuma rápidamente mientras de un paso atrás, con la desconfianza empezando a invadirla—¿Qué es lo que quieres a cambio? —

—no quiero nada, Eda.

—todos quieren algo

—yo solo quiero ser tu amigo.

—lo que me dijiste ese día en el bosque y en el almacén...

—esos días solo vi a una chica que necesitaba compañía, nada mas ¿Por qué te es tan difícil creer que solo quiero ser amable contigo? —Theo se toma el atrevimiento de tomar uno de sus mechones pelirrojo y colocarlo suavemente detrás de su oreja, acercándose un poco más al cuerpo de Eda, la cual miro a sus propios pies.