Un inconveniente llamado inmovilidad

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Eda despertó sobresaltada con las sacudidas que Scott ejercía sobre sus hombros, luego de jugar billar, volvió a casa y se quedo profundamente dormida, por primera vez estaba teniendo un sueño placido y tranquilo, pero no duro mucho, pues Scott la miraba fijamente, observo la hora del reloj a su lado y casi suspira de la frustración, solo había dormido una misera hora antes de que el alfa la despertara a la fuerza.

—¿Qué sucede? —se frota los ojos y bosteza abiertamente, señales que hicieron sentir un poco culpable a Scott por haberla levantado

—¿Qué hacías en el almacén cerca del accidente? ¿Dónde fuiste después? —a Eda no le estaba gustando para nada el tono de voz de Scott, ni mucho menos la mirada que le daba, pero, sobre todo, no quería empezar a sobre analizar todo y que los pensamientos malos y pesimistas llegaran a atormentarla.

No cuando había tenido una gran noche a lado de Theo Raeken.

—estaba con Lydia y las demás, ellas se acercaron a la camioneta y yo sentí...no se lo que sentí, fue como un susurro, un tirón en mi ombligo y luego estaba de rodillas en ese almacén abandonado, sintiendo como mi poder quería escapar de mi cuerpo, luego...

—¿luego qué? — Eda dudaba en si debía contarle o no sobre su salida con Theo, pero dado que no quería mentirle a Scott, decidió decirle la verdad

—luego Theo me encontró y me saco de ahí, me llevo a jugar billar para relajarme un poco y después me trajo aquí, no le digas a Liam nada de esto—suplica y todas las dudas que Scott pudiera tener sobre ella se esfuman y es reemplazado por una sonrisa divertida

—Liam se dará cuenta, hueles a Theo por todas partes—se burla viendo sus mejillas teñirse de rojo antes de soltar un suspiro nervioso y volverse a meter bajo las cobijas—lamento haberte despertado—

—lamento que hayas desconfinado de mi—murmura con una pequeña opresión en el pecho, Scott alza la mano, en un ademan de querer consolarla, pero a al último momento no lo hace, se queda ahí sentado, con las manos en su regazo, pensando que decir.

—el que debe pedir perdón soy yo, no desconfió de ti, es solo que, cuando Allison...

—quiero dormir, ¿podemos hablar mañana? —pregunta interrumpiendo su frase mientras se removía en la cama, estaba empezando a odiar ese nombre "Allison" sabia que era su hermana, la podía ver y hablar con ella de vez en cuando, pero no toleraba escuchar su nombre cada vez que estaba cerca, cada vez que hacia algo que ella no haría o cuando tenían un deja vú por algo que ella hizo similar a lo que Allison haría.

Se estaba empezando a fastidiar de eso y lo que Theo siempre le ha dicho desde el momento en el que se conocieron resonaba con mas fuerza de su cabeza, antes, lo negaba porque no quería perder a la manda, a sus amigos, pero ¿Puedes perder algo que nunca tuviste en primer lugar?

Ya estaba dudando de que todas las personas que la rodeaban a excepción de Theo, Liam y Mason, la querían de verdad, que eran sus amigos porque confiaban en ella y les caía bien, tal vez, al final de todo, solo seria el reemplazo de Allison "la santa" Argent.

Y era mucho mas notorio con el paso de los días. Cerro los ojos con fuerza, desando que mañana sea un nuevo día, un día sin escuchar el nombre de Allison, un día donde pudiera tener un buen rato con Liam.

Solo eso necesitaba para ser feliz, estar con Liam Dunbar.

Lo que nadie nunca le dijo a Edalyn Argent es que la felicidad no debe depender de un hombre o de otra persona, porque tarde o temprano, esa persona te desilusionará y te fallará. Eda creyó que la felicidad estaba en Chris y él se fue, ahora, lo había reemplazado con Liam y muy pronto, aprendería que su búsqueda de la felicidad no está en otra persona.

Hell Wolf |Liam DunbarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora