La rueda comenzó a girar

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Seis días atrás

Edalyn estaba roja de la vergüenza que atravesaba en ese mismo momento, se sentía humillada en todos los niveles posibles ¿Cómo era posible que Chris y toda la manada estuviera de acuerdo con hacerle pasar esa vergonzosa situación? Se negaba a aceptarlo y se vengaría de ellos ¿Cómo? No lo sabía, pero en su mente los asesinaba una y otra vez.

—vamos Eda, el agua no muerde—se burla Stiles divertido y sonriente al ver la pelirroja en traje de baño, con flotadores y una tabla de niños entre sus manos

—cierra la boca Stiles Stilinski si no quieres que alguien ponche las llantas de tu Jeep—advierte Edalyn mas roja que su propio cabello mientras veía a la manada divirtiéndose en la alberca publica del pueblo, la cual como era temporada de clases y hacia algo de frio, solo estaban ellos.

—¡con mi Jeep no te metas! —grita y Eda le saca la lengua, por lo que el hiperactivo chico observa a Scott—dile algo—suplica como un niño pequeño que acusa a su hermana después de haberle hecho alguna travesura o de simplemente no dejarlo en paz

—tu comenzaste con esto Stiles, resuelvo tú mismo—se burla Scott palmeando su cabeza como el crio que era por dentro, a lo que él solamente bufa antes de volver a sumergirse en el agua

—ya entra de una vez, nos serviría bien que calentaras el agua un poco—pide ahora Lydia quien a pesar de que tenia algo mas importante, como investigar que le paso a su abuela, no pudo rechazar el llamado de auxilio de Chris Argent de darle apoyo moral a Eda para enseñarle a nadar

—esto es ridículo, totalmente ridículo ¿para que necesito aprender a nadar? — pregunta acercando su pie al agua, pero sin mojarlo todavía

—más que aprender a nadar, es perderle miedo al agua para que tus poderes no se bloquen como la vez del pozo—recuerda Scott con suavidad y calma—sabemos que el agua y tu no tienen una buena historia por lo que paso en tu otra escuela, pero aquí estamos todos tus amigos para ayudarte en cualquier momento—promete el alfa dándole una sonrisa de medio lado que convenció a Eda a entrar de una vez

—bien, pero si me ahogo...

—si te ahogas, se que a Liam le gustara darte respiración boca a boca—se burla Stiles haciendo que el mencionado se sonroje y que Lydia junto con Malia le dieran un zape al pelinegro quien se queja por el dolor en su nuca—¡oigan! —

—te la merecías—responde Malia quien aun no estaba del todo en buenos términos con la manada, jamás abandonaría a Eda cuando la necesitaría, porque al igual que ella, la manada les había mentido a las dos sobre sus orígenes y aunque Eda logro perdonarlos con mas facilidad, para Malia era un poco más difícil lograr hacerlo.

Eda respiro profundamente antes de entrar a la piscina, bajando los escalones con nerviosismo y pánico, tanto era su temor, que ahora en lugar de que sus poderes se bloquearan, estos empezaron a actuar sin control, calentando la fría agua de la piscina, más de uno soltó un suspiro de alivio al sentir el agua templarse, pero Scott, Chris y Liam sabían que, si no lograban calmarla, iba a terminar haciendo de esa alberca, un caldo de seres sobrenaturales.

Chris hizo el ademan de acercarse a su hija, pero Liam se le adelanto, tomando su brazo y dándole un fuerte apretón que logro hacerla abrir los ojos y aferrarse a Liam como un pequeño bebe koala se abraza a la corteza del árbol, Liam sonrió para sus adentros mientras que con cuidado la llevaba a la parte profunda de la alberca que era donde estaban todos, el agua dejo de calentarse y Eda se permitió recostar su cabeza un segundo en el pectoral de Liam.

La pelirroja admitió para sus adentros que el cuerpo de Liam no estaba para nada mal, de hecho, era bastante atractivo a la vista, el calor empezo a abordar su cuerpo, pero esta vez no eran sus poderes los que estaban generando esa sensación cálida por su cuerpo, era por la vergüenza y la pequeña pizca de excitación que sentía al estar sus piernas desnudas rodeando el torso descubierto de Liam, el sentir sus fuertes brazos sostener su cintura como una agarre de hierro que le decía que jamás la iba a soltar.

Hell Wolf |Liam DunbarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora