Eda tuvo muchas visiones, una tras otras, producto de lo que los doctores del miedo lograron hacerle cuando pronunciaron su verdadero nombre, un nombre ancestral, olvidado, perdido en la inmensidad del tiempo y lo único que logro hacerla volver de esa catarsis, fueron los elementales, sus hermanos perdidos, quienes le devolvieron la conciencia a Edalyn Argent quien despertó angustiada y desesperada, buscando a Liam con la mirada pero encontrando solo la mirada de Scott, intranquilo y la pelirroja supo lo que había pasado incluso antes de que el alfa le explicara.
Sin decir palabra alguna salió corriendo de la escuela, ignorando los llamados de sus amigos, necesitaba encontrar a Liam, debía ir a algún lugar donde no hubiera una red telúrica, un lugar donde poder contactar a los doctores del miedo y ofrecerse a cambio de Liam, daría lo que fuera, incluso su libertad por él, por el chico dueño de su corazón.
Al llegar al medio del bosque, grito y grito a los doctores del miedo, soltó tantas maldiciones que un camionero se hubiera quedado impresionado, bramo hasta que la garganta le dolió y su voz se volvió ronca, hasta que sus rodillas impactaron contra la tierra y sus lágrimas, calientes, hacían arder a las hojas en donde caían.
¿Por qué a ella? ¿Por qué no puede ser feliz? ¿Por qué siempre tiene que existir algo que le impida alcanzar la completa y absoluta tranquilidad? Cerro los ojos con fuerza al igual que sus puños y cambio el rumbo de sus mal sonantes palabras, dirigiéndolas ahora a los elementales, maldiciéndolos a ellos de no poder ser feliz.
Por su culpa quemo su antigua escuela, por su culpa tiene poderes, por su culpa vino a Beacon Hills, todo era culpa de los elementales que la escogieron solo por su parentesco sanguineo con su maldita hermana muerta ¿Qué querían de ella? ¿Qué tan miserable debía ser para que la dejaran en paz de una vez por todas?
Se levanto con un nuevo propósito en mente, ir a buscar el libro que compro hace varios días, abrirlo y encontrar respuestas a todas sus preguntas, encontrar algo que le diga como vencer a los doctores del miedo, como recuperar a Liam y como terminar con su propia maldición para ser feliz de una vez por todas.
Camino con decisión, su mirada ardiente, su cabello crepitando por las llamas que se acumulaban en la punta de sus dedos y anhelosas de salir, llega hasta la casa McCall donde ni siquiera se sorpende de ver un cuerpo siendo llevado por la policía, Eda entra por la puerta trasera y Melissa quien la ve la sigue al interior de la casa donde ya no quedaban policías.
—Eda, Eda—la llama varias veces, pero la chica la ignora y toma su brazo reprimiendo un grito al sentir como se quemaba, Eda voltea a verla—¿Eda? —pregunta cautelosa al ver a la chica en descontrol—¿Qué sucedió?
—¿Qué paso? Pasa que Scott trato de usarme como carnada, que ahora Liam ha sido secuestrado por los doctores del miedo y que yo fui una inútil contra ellos, eso es lo que pasa, si Scott me hubiera dicho su plan hubiera ido preparada, pero no lo hizo porque no confía en mí, él no confía en mi—exclama con lágrimas en los ojos que se negaba a soltar
—Eda, cálmate, creo que si nos sentamos podremos...
Melissa tratara de volver a tocarla, pero Eda se niega y alza la mano, mandando una pequeña ola de calor que azoto a Melissa y la envió unos metros lejos, lo suficiente para hacerla caer y terminar en el piso, en eso entra el sheriff quien al ver lo que pasaba alzo su arma en contra de Eda quien al darse cuenta de lo que hizo baja las manos y sus ojos vuelven a la normalidad.
—yo...yo no quise...lo siento, Melissa, lo lamento—su voz se cortaba con cada palabra que decía y su pecho dolía como si lo estuvieran aplastando—lo lamento—murmura una vez mas antes de ir a la que era su habitación, tomar el libro que ocultaba debajo de la cama y escapar por la ventana, Melissa detuvo al sheriff con la mano
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Hell Wolf |Liam Dunbar
FanfictionCuando la hermana de Jordan Parish llega a Beacon Hills para dejar atrás su llameante pasado y tener un semestre tranquilo. Scott McCall y su manada le arruinaran sus planes. ¿Será que ese lobo novato podrá calmar su ardiente personalidad? ... -¡Zan...