Capitulo 26

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Dentro de su oficina Hua Cheng miró con atención un papel que estaba en sus manos, cada línea que leía no lograba retenerlo y entender, por lo que volvió a leer desde el principio. Al volver a repetir el mismo párrafo varias veces, dejo de lado el papel. 

Decidió llamar a su asistente. 

—Si, señor Hua. ¿Necesita algo?

—Dime, ¿Tengo algo importante que hacer hoy? 

—Hoy...no, señor, no tiene nada planeado hoy que es jueves, pero le recuerdo que mañana tiene la reunión con la empresa de los Lan. 

—Gracias por recordarme. Bien, como no almorcé y son...— Hua cheng miró su reloj —las cinco de la tarde aproximadamente, iré a dar un una vuelta. Si YinYu llama dígale que me reuní con alguien. 

—Entendido, señor.

Sin más colgo el teléfono. Necesitaba aire fresco, caminar y despejarse era una abuela opción. Recordó que el día anterior había visto una plaza no tan lejos, seguro al volver estaría mejor. O eso quería creer.

Al cabo de unos minutos llegó, no necesitó el uso del automóvil, por lo que se fue caminando. Desde su oficina vio que estaba a una distancia de tres cuadras. 

Una vez llegó busco un lugar espacioso y una banca vacía. Caminando en busca de uno miró tambien a su alrededor el color verde predominaba, en arbustos y árboles, a su vez las flores que estas venían acompañados. Podía escuchar el sonido de personas hablando y risas, el sonar de los pájaros al igual que el leve sonido de los autos y sus bocinas en la distancia. 

Pero a pesar de eso consideraba ese lugar agradable, finalmente vió una banca disponible, se sentó. Admiró a su alrededor. Por un momento olvidó sus problemas, por un momento olvidó lo que escuchó el día anterior. Solo un momento, pero de nuevo volvió a recordar.

Habían traído el almuerzo que pidieron.Sin embargo estos se olvidaron de traer los palillos para comerlos. Y por supuesto Pei Ming no tenía con él palillos extra, en realidad no tenía casi nada. Ni en su cocina. ¿Qué comía? ¿O con qué? Era un misterio. 

Debido a que el inútil de su jefe no puede hacer nada por el momento, y su pareja estaba preocupando por Pei Ming, ¿Quién tiene que ir a comprar?, por supuesto era él. 

Por lo que, mientras caminaba al ascensor metió ambas manos a sus bolsillos, dándose cuenta que no tenía su celular. Recordó que lo dejó sobre la mesa. ¿Si YinYu llamaba para pedirle que comprara algo más? ¿No tendría que ir de vuelta? Con eso en mente, camino de regreso. Levantó una mano con la intención de tocar la puerta. 

—...Ya hablamos sobre eso y acordamos no hablar sobre ello...

Dulce StripperDonde viven las historias. Descúbrelo ahora