Capitulo 41

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Xie Lian tenía ciertos sentimientos encontrados, después de todo, había transcurrido una semana, una semana en la que no podía ir peor su suerte. 

Xie Lian limpiaba una mesa en la cafetería, no tenía que hacerlo ya que estaba limpio, pero de todas formas lo hizo. 

Consideró que debería trabajar en la cocina. Así no provocaría un nuevo incidente. En especial con dicho cliente con el nombre Hua Cheng. 

Xie Lian suspiró nuevamente, durante la semana no supo cuántas veces ya lo hizo. 

Después de que lo ayudara con la bolsa de harina, Xie Lian se dió cuenta de algo… Hua Cheng era un hombre muy paciente y admirable.

Hace cuatro días atrás…

Xie Lian intentaba abrir la puerta, y como llevaba pedidos encima nuevamente no vio a las personas que pasaban o mejor dicho la persona que se detuvo cerca de la puerta. Para cuándo finalmente la abrió con un golpe de su pierna. La puerta fue a parar en la retaguardia de quién menos lo esperaba, haciendo que diera varios pasos hacia adelante y por poco se cae de cara. 

Un par de ojos avellana y y otros negros se miraban con sorpresa ¿¡Qué había pasado!?

¿Debería darle hielo, de nuevo?

Por supuesto, el hombre de nombre Pei Ming se rió de él. Xie Lian se sonrojó, no le quedaba de otra que disculparse varias veces. Y hubiera preferido una expresión de enojo, pero en el rostro de Hua Cheng se reflejaba diversión, agravando sus sentimientos, no sabía la vergüenza que sentía. 

Y si fuera poco hace dos días ocurrió otro incidente, un batido de frutilla cayó en su camisa. Lo bueno…no lo ensució completamente, solo un par de gotas lo que suponía que era un camisa cara. Lo malo, la mayoría del contenido cayó sobre su cabeza...otro punto bueno es que era un batido frío y no caliente. En ese caso le habría tocado llevarlo al hospital de inmediato. Por suerte no ocurrió a mayores. Tuvo que actuar rápido y solo se le ocurrió cubrir con la tela con la que limpiaba las mesas su cabeza para que no manche más su camisa. 

En algún punto fue gracioso, pero nuevamente se disculpó con él varias veces más y entonces nuevamente vió una sonrisa en su rostro lo que hacía avergonzarse aún más. 

Hua Cheng era paciente y un ser extremadamente comprensivo. Sabía que eran accidentes sin precedentes. Su intención no eran esas, pero de alguna forma el destino indicaba directamente hacia él. 

¿Quién era de la mala suerte? 

Xie Lian se llevó el puño en el mentón¿Que debería hacer? ¿Hacer la vista a otro lado? ¿Esconderse?... ¿Prohibirles la entrada?...No, eso sería demasiado. 

Así que nuevamente suspiró, y volvió a limpiar la mesa. 

Las horas transcurrieron y ese día no vino el grupo de tres personas, un alivio por su parte. Un día más sin ningún accidente. 

Xie Lian miró hacia la barra para ver a su pequeño comiendo otro muffin y ensuciandose en el proceso. Cómo había pequeñas chispas se metía uno por uno en la boca y luego mordía el el muffin. 

Después de unos minutos, volvió a mirar en su dirección este ya no comía pero si jugaba con un barco de papel. 

Se acercó a su hijo—A-Yan ¿quieres algo de comer?

Dulce StripperDonde viven las historias. Descúbrelo ahora