Capitulo 66

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La cafetería era un espacio cálido y acogedor, con muebles en tonos pastel y un aroma dulce flotando en el aire. Xie Lian y su hijo estaban en la fila, revisando el mostrador lleno de postres.

A-Yan, con los ojos brillando de emoción, se estiró en su lugar para ver mejor.

Señaló con entusiasmo —¡Muffins! ¡Papá, hay muffins de chocolate!

—Entonces pediremos uno para ti.

Justo detrás de ellos, otras personas en la fila también observaban el mostrador con interés. Una mujer joven con cabello negro largo suelto y piel blanca estaba acompañada de su hijo, quien tenía el mismo tono de piel, cabello negro corto y un flequillo negro dividido a la mitad, el niño estaba mirando la sección de helados.

El niño con los brazos cruzados y una expresión pensativa, miró a su madre.

—Quiero helado.

La mujer con dulzura le habló —Pero está frío afuera, A-Ling. ¿No quieres otra cosa?

—No, mama. El helado es el mejor.

A-Yan, que estaba justo al lado, escuchó la conversación y miró con curiosidad al otro niño. Entonces, notó que el otro niño lo observaba también.

El otro niño frunció el ceño y, sin preámbulos, preguntó

—¿Qué te pasó en la cara?

A-Yan parpadeó y tocó sus mejillas, recordando los rasguños.

—Me arañaron en el jardín.

La mujer que había escuchado la pregunta de su hijo, bajó un poco la mirada hacia A-Yan y luego a Xie Lian.

—Oh… espero que no haya sido muy grave — dijo con amabilidad 

Xie Lian le devolvió una sonrisa tranquila.

—Nada que no sane pronto.

Mientras tanto, A-Ling frunció más el ceño y con seriedad pregunto —¿Quién te arañó?

A-Yan se encogió de hombros —Alguien malo.

Cruzándose de brazos el otro niño volvió a preguntar —¿Lo golpeaste?

A-Yan lo miró con sorpresa.—No…

A-Ling con aire de experto —Si alguien te hace daño, tienes que hacer algo. No puedes dejar que te molesten.

La mujer suspiró suavemente pero decidió no intervenir aún, observando la conversación con una sonrisa paciente.

—Mi papá dice que hay que hablar primero.

A-Ling respondió —Hablar no siempre funciona. Si un niño malo me molestara, mi tío lo asustaría.

Sonrió sintiéndose orgulloso por su tío —Bueno… si vuelves a ver a ese niño malo, dile que mi tío podría pelear con él.

A-Yan abrió los ojos con asombro.

—¿Tu tío es fuerte?

—¡El más fuerte!

—Wow…

Xie Lian, que escuchaba la conversación, se inclinó un poco hacia ellos con una sonrisa  —A veces es mejor evitar pelear, pero si alguien te hace daño, siempre debes decírmelo, A-Yan. No tienes que resolverlo solo.

La mujer, viéndolos interactuar, sintió que Xie Lian tenía una forma tranquila de tratar a su hijo.

Suavemente también intervino —Eso es cierto, A-Ling. Hablar es importante también.

Dulce StripperDonde viven las historias. Descúbrelo ahora