Capitulo 69

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Xie Lian salió del ascensor con dos vasos de café descartables en las manos. Eso sería suficiente ¿No?

Había considerado traerlo en una taza de porcelana, pero pensó que Hua Cheng podría querer más. Además, los vasos desechables mantendrían el café caliente por más tiempo. 

Abrió la puerta de la oficina y empujó con la cadera para entrar sin dificultad. Apenas levantó la vista y vio a Hua Cheng, una sonrisa se formó en sus labios. Sin embargo, en cuanto notó la presencia de otra persona, se detuvo en seco.

¿Acaso tenía una reunión?

La mujer, con el cabello largo y oscuro, se encontraba de pie, observando a Hua Cheng con una sonrisa que parecía demasiado confiada.

Xie Lian se quedó helado. Reconocía ese rostro.

Era Wang Lingjiao.

Hua Cheng, que había notado su llegada de inmediato, le sonrió con naturalidad.

—Gege.

Pero Xie Lian no podía devolverle la sonrisa.

¿Qué hacia esa mujer aqui?

Wang Lingjiao frunció levemente el ceño, extrañada por la reacción de Hua Cheng. Sin perder la compostura, giró la cabeza en dirección a la puerta para ver a quién estaba mirando.

El pánico se apoderó de Xie Lian.
Si ella lo reconocía…

Se giró de inmediato, pero en su nerviosismo, chocó con el marco de la puerta que aún seguía abierta. El impacto hizo que uno de los vasos quedara atrapado entre su pecho y la madera, derramando el café caliente sobre su camisa y el piso.

El ardor fue de inmediato.

—¡Agh!

—¡Gege!

Hua Cheng se puso de pie de golpe.

Xie Lian retrocedió, soltando el vaso vacío. El otro, aún con algo de café, lo dejó caer al suelo sin pensarlo, demasiado concentrado en apartar la tela empapada de su cuerpo.

—¿Estás bien? —preguntó Hua Cheng, preocupado..

Le ardía demasiado como para mentir

Realmente dolía.

—Su hermano debería tener más cuidado— intervino Wang Lingjiao con fingida despreocupación, agitándose el cabello con un gesto altanero.

Si, definitivamente era ella.

Xie Lian desvió la mirada hacia la puerta, tratando de ocultar su rostro.

No podía dejar que Wang Lingjiao lo reconociera. Si lo hacía, sin duda encontraría la forma de echárselo en cara delante de Hua Cheng. O peor aún, soltaría algún comentario sobre el club donde Xie Lian trabaja.

Una mano se apoyó en su hombro.

—Gege— Hua Cheng intentó girarlo para revisarlo, pero Xie Lian se negó. —...deberías ir al baño. Si quieres, te acompaño.

Lo último que quería era más atención y lo interrumpió.

—No, iré solo. Usted quédese aquí. Esto… esto me tomará un momento.

Sin esperar respuesta, salió apresurado de la oficina.

Hua Cheng se quedó de pie, observando la puerta cerrarse tras él, preocupado estaba renuente a dejarlo solo.

Apretó la mandíbula con frustración, sus manos tensas a los costados. Su primer impulso fue patear los vasos caídos en el suelo, como si de alguna forma pudieran ser responsables por herir a su gege. Pero, en su lugar, se agachó y los recogió, arrojándolos con fuerza a la basura.

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⏰ Última actualización: 7 days ago ⏰

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