Tourette

1.5K 140 4
                                    

Las personas en ocasiones llegan a ser tan crueles que el pequeño e inocente Steve quedaba sorprendido y horrorizado ante esto. No podía reírse, no le veía la gracia y tampoco es agradable burlarse de su compañero.

No era el más grande ni el más fuerte, pero si el más valiente, así que, tomando un poco de esa valentía los enfrentó a todos. Se acercó a la mesa donde estaban reunidos molestando al niño y los disperso.

—¡Ya dejénlo en paz!—grito sorprendiendo a su clase.—dejen a Tony tranquilo o los acusaré con la maestra Carter.

—No seas nena y quítate del camino Rogers, o tú sufrirás las consecuencias por proteger a este payaso—señaló burlón el niño grande provocando la furia del rubio.

No toleraba las injusticias y menos que se metieran con alguien inocente. Frunciendo el entrecejo miro de reojo al castaño que cohibido sufría espasmos.

—No me importa, yo puedo...—

—¡Steve!—grito el niño haciendo que se detuviera. Lo miro esperando algo más, pero Stark solo bajaba la mirada y temblaba.

—Le diré al rector y quiero ver cómo llaman a sus padres—acusó provocando el miedo en los niños.—a si que mejor váyanse y dejen a Tony tranquilo.

Los menores chistaron molestos.

—Esto no se quedará así Anthony—Johann golpeó la cabeza del castaño que solo grito incoherencias.—tarado—rió yéndose.

Suspiro. Al ver que todo estaría en paz al menos por un rato giró para mirar al otro niño, sonrió.

—¿Estás bien?

—Gracias—le devolvió la sonrisa.—¡Steve no, basta!—se golpeó a sí mismo. Sobo su mejilla adolorida.—lo siento...

—¿Quieres sentarte conmigo en el recreo?

•••

Tony acepto y fue con él hasta su lugar favorito, quedaba en un sitio apartado de la escuela. Nadie iba para allá, además, era tranquilo y podía comer bajo un gran árbol de frondosas hojas.

Almorzaron en silencio hasta que Steve decidió preguntar.

—Tony, ¿Por qué haces eso?

—¿Que co... Ah hormiga!?—hizo un ruido raro con la nariz que al rubiecito le provocó carcajadas, era un puerquito.

—Eso. ¿Por qué lo haces?

Anthony dejo la comida de lado para mirar a su compañero. Y así comenzó a explicarle entre grititos y temblores sobre su enfermedad neurológica. El niño sufría de tics y movimientos involuntarios, un ataque a sus nervios que provocaban sus gritos y golpeteos.

Steve le prestó mucha atención. Tony chasqueaba y cerraba los ojos de repente. Movía su cabeza bruscamente y lo llamaba a gritos.

—Se llama síndrome de Tourette. Y las personas dicen que cuando sea grande no seré nada y que nunca podré casarme—finalizó en un sollozo triste.

El ojiazul negó sonriente. Por mero cariño a su amiguito unió sus manos y recargo su cabecita en el hombro del otro niño.

—N–No, puedo lastimarte.

—Tranquilo, no pasará nada.

—Cuando me estreso o niego que está ahí tiende a hacerse más frecuente... ¡Oh, oh rayos!

—Bueno... solo puedo decirte que te aseguro, que en un futuro serás muy feliz, te lo prometo.

•••

Y Steve no lo dijo en vano.

Tony realmente fue feliz cuando creció, gracias a los consejos y al acompañamiento de su hermoso novio. Su enfermedad no fue un impedimento para triunfar. Ahora en el futuro era un gran inventor y magnate dueño de su propia empresa. Estaba casado y con un hijo.

El pequeño Peter fue adoptado un año atrás cuando decidieron ampliar la familia que solo ellos dos conformaban. Amaba a Peter y a Steve por que apesar de todo, jamás lo abandonarían. El tic nunca desapareció, pero la ciencia hizo que sus ataques disminuyeran con tratamiento médico.

—¿Estás bien?—preguntó el rubio sonriéndole. Se acercó hasta él para ayudarle a limpiarse.

Los movimientos bruscos que aún hacía en ocasiones provocaban accidentes como ahora, que estaba haciendo su trabajo.

—Si lo estoy, ¿Y Peter?

—Jugando arriba con sus juguetes... termine—beso los labios de Tony mientras botaba el papel sucio de grasa.—¿Y que haces?

—Reparo algunas cosas de esta nueva invención ¡Carajo!

—Calma cielo, no groserías—sentándose en las piernas del castaño lo abrazo. Antes eran animales o alguna cosa, hoy eran groserías.

—Lo siento, no puedo evitarlo—lo abrazo devuelta recargando su cabeza en el pecho de Steve.—¿Sabes?

—¿Que cosa?

—Te amo—dijo haciéndole reír.—¿Por qué te ríes... ¡Mierda!?—casi tumba a su esposo al suelo por un brinco que dio.

—Aush, porque yo también te amo, tonto.

Steve siempre estaría al lado de su Tony cuidando que no se hiciera daño por sus tics, siempre lo apoyaría, como lo hizo desde niño.

•••

(´∩。• ᵕ •。∩') ❤️.

Solo Stony Donde viven las historias. Descúbrelo ahora