Zombie 2

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Steve simplemente no sabe que hizo para merecer a Stephen. El hombre era un gran amigo que, sin conocerlo, sin importar nada más, lo ayudo y cuido incondicionalmente como si fueran amigos de hace años. Tiene un gran corazón que no tardó en atesorar en su memoria.

Cuando Tony lo dejo pasaron horas, casi amanecía y ningún alma piadosa se paseaba por allí para ayudarlo. Ya creía todo perdido, podría venir también un animal salvaje y comerlo, a su lado hay un bosque espeso y obscuro. No sabe cuándo se quedó dormido, el dolor en su corazón lo obligó a cerrar los ojos y rememorar lo vivido una y otra vez sin descanso.

Eso hasta que, sintió unas cálidas manos acariciar su rostro. Si tan solo pudiera moverse...

—Estás tan frío, ¿Que haces aquí amigo? Ey, despierta, ey.

Abrió los ojos lentamente. Parpadeó acostumbrándose a la luz del Sol radiante, cuando fue completamente consiente vio al hombre frente a él. Pelinegro y canas, ojos azules, pálido y rostro preocupado. Por un momento se asustó, pero recordó dónde estaba y porqué. Llorar hasta ahora era su único consuelo, así que sin importar el extraño, derramó lágrimas.

—Oye no—entrecerró los ojos entristecido. ¿Que le pasó a este hermoso hombre perdido? Se preguntó limpiando el rostro contrario.—¿Quién te hizo esto, eh? ¿No puedes hablar?

Anthony, él fue. Ayudame por favor.

—Supongo que no, vamos a un hospital. Vamos chico.

Y así lo subió a su lujoso auto gris deportivo. Con sumo cuidado y fuerza lo cargo para montarlo en el asiento de copiloto y abrochar el cinturón de seguridad. Puso la silla en los asientos de atrás. Pronto estuvieron de camino al mismo hospital donde lo atendieron meses atrás.

Stephen supo su nombre y apellido pues los doctores y enfermeras lo conocían, además tuvo acceso a más información por ser doctor, ya que ese mismo día empezaría su trabajo allí. Coloco una denuncia, buscaron a Stark pero no lo encontraron. No tenían rastro de él.

Lo que más los impresionó fue como ese hombre pudo dejar a su esposo enfermo en medio de la nada. Por ello la policía trataba de hallarlo para detenerlo. ¿Cómo lo supieron? Las cámaras de la ciudad. Esa carretera también las tenía, y ese video le rompió el corazón al doctor.

—Estarás bien Steve, a partir de ahora me haré cargo de ti, me caes bien aunque no te conozca del todo—le sonrió mientras peinaba su cabello.

Stephen Strange. Su gran cuidador. Nunca pensó sentirse bien y seguro con un completo desconocido. A partir de ese momento lo llevo a su casa pues, en realidad no contaba con los escrúpulos de volver a abandonarlo en un lugar para personas como él. Enfermos que no podían cuidarse solos.

—Espero estar haciéndolo bien Steve.

Gracias.

Solo podía verlo lleno de felicidad. Solo podía agradecer al cielo por enviarle a un ángel tan bueno. El hombre le quitó el anillo que lo ataba a un pasado doloroso, nunca más supo de Tony, y nunca lograron encontrarlo. Tampoco supo más de su familia, después de todo ellos se olvidaron de él.

Le bastaba con Strange en realidad. Podría morir en paz.

Además, ¿Cómo encontrarían a Stark? Si murió a manos de su pareja, un hombre violento de nombre Víctor con el que estuvo después de deshacerse del que una vez fue su vida. Lo enterró en tierras desconocidas para zafarse de la justicia.

Pero claro. Esto solo lo sabemos Víctor Von Doom, tú, y yo.



😉

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