—¡Steve ya llegué! ¿¡Steve!?
Llamo enrarecido. Siempre que llegaba sorprendentemente su rubio está para recibirlo y ayudarlo con las cosas que trae encima. Ya se ha acostumbrado a ese trato tan... ¿Especial? Camino por la primera planta buscándolo, fue primero a la cocina hallando nada, normalmente ya estaría la comida servida y las ollas puestas. Su estómago rugía horrible por el hambre que lo acecha, pero era más importante buscar a su compañero. Su lobo comenzaba a desesperarse.
¿Habrá salido?
Le preguntó este. Pero negó.
—Él nunca sale, y no creo que haya ido a la tienda por cosas tan tarde. ¡Steve ¿Estás en casa?!
Nuevamente nadie respondió. Pero pronto sintió el leve aroma a angustia que emanaba de la parte de arriba de la mansión, era muy tenue, pero la nariz de Tony es tan sensible que es capaz de percibirlo, más tratándose de Steve.
¡A mi Omega le pasa algo!
Y asintió. Un pequeño gruñido salió de su garganta, su Alfa se sacudió aún más frenético que antes, la conexión con su Omega le hacía sentir todo lo que esté padecía, hasta el dolor y el temor. ¿Por que Steven tiene miedo? Ahora no solo estaba preocupado sino que temeroso. Con el corazón acelerado corrió escaleras arriba gritando su nombre, ya en el pasillo el aroma se intensificó hasta la habitación que comparten. Sin preámbulos resbaló hasta allá pues el piso está pulido, abrió la puerta de un tirón y las feromonas de su Omega golpearon de lleno su nariz. La arrugó entrecerrando sus ojos, su olfato lo llevo hasta la cama donde un bulto de sábanas se formaba escondiendo a alguien abajo.
¿¡Que le pasa!?
—Steve...—llamo suavemente a lo que el rubio salto escondiéndose más, como si quisiera que el colchón se lo tragara.—Stevie mi amor, ¿Que sucede?
Sentándose en la orilla de la cama, descubrió poco a poco el manojo de algodón que temblaba como un borreguito asustado. Pronto pudo ver la carita roja y llorosa de Rogers que lo veía con súplica y temor. Algo dentro de él se removió angustiado, su lobo rasguño llamando a su Omega por medio de gemidos lastimeros.
—¿Por que lloras?
Este desvío la mirada con pánico. Cosa que lo lastimó, ¿Por que le tenía miedo?
—¿Hice algo que te ofendiera mi Omega? Si es así yo...
—¡No!—dijo ahora viéndolo.—No... es solo que... perdón por no ser tan eficiente—sollozo limpiando sus lágrimas que comenzaban a correr de nuevo.—Regresaste y no está la cena lista, ¡Pero juro que no fue mi intención! Solo que... me enferme y yo... y yo no pude levantarme para atenderte como se debe. ¡Perdoname! Por favor, no me cambies, ¡No me dejes! No lo volveré hacer, seré bueno, no importa si me enfermo... siempre voy a estar para ti. Pero por favor, no traigas a otro, n–no me lastimes...—para ese entonces ya era un mar de lágrimas y llanto que Tony sinceramente no entendía.
Ni siquiera lo que dijo, ¿Por que tendría que cambiarlo por alguien más? ¿Lastimarlo, de que manera? Él es todo lo que tiene después de su empresa y amigos, por nada del mundo lo abandonaría o algo así, es su todo, su Omega. Tiene su marca y si es posible, en un futuro tendría a sus cachorros. Es el dueño de su corazón y su lobo, en definitiva todo, todo. Por eso ladeó la cabeza confundido. Lo atrajo suavemente hasta su pecho para abrazarlo, aunque al principio no quiso. Al momento de tenerlo cerca pudo sentir el calor que cubría su cuerpo, estaba sudando.
—¡Steve tienes fiebre! ¿Desde cuándo te sentiste mal?
—D–Desde temprano, cuando te fuiste—hablo bajito y cohibido.
—Por Dios Steven, ¿Por que no me dijiste nada? Además, ¿Que fue todo eso? ¡Yo nunca! Y escúchame bien. Yo nunca te cambiaría por nada y por nadie, eres mi chico, mi maravilloso esposo que siempre está dispuesto para mí aunque no lo entiendo, quiero que te quede claro que soy un hombre adulto, no un niño, no tienes porqué hacerme todo, ya es suficiente con los quehaceres de la casa mi amor, algún día tenías que colapsar—hablo acariciando su cabello húmedo. El cuerpo sobre su regazo temblaba por la fiebre que lo amenazaba.—Yo te amo. Y para la próxima no vuelvas a decir algo así, cuando te sientas mal dímelo, no me tengas miedo, soy tu esposo y es mi deber cuidarte también.
Entre hipidos suspiro. No podía terminar de creer lo que decía Tony, ¿Desde cuándo los Alfas eran tan considerados con sus Omegas? Esto era demasiado nuevo para ellos. Y le hacía doler más la cabeza. Este sentimiento extraño de calidez lo estaba mareando.
—Pero... mamá siempre dijo... que no atormente con mis malestares a mi futuro Alfa, porque a ti no te importaría... y–y que sin importar que... debía cumplir con mi deber de esposo—rió débil.—Y es lo que hice Tony. Estas cansado porque trabajas todo el tiempo, no tengo por qué interferir en eso. Además, papá le pegaba a mamá cuando no tenía la comida a tiempo, así que pensé...
—Que yo haría lo mismo—termino destrozado. Oír eso solo terminó por romperle el corazón, ¿Que le enseñaron a su chico?. El ojiazul asintió abrazándose más a él.—Oh cielo, todo eso es mentira. Tu único trabajo aquí es quererme y nada más. Nunca te pondría un dedo encima por algo así, pero si tengo hambre—admitió dejando un besito en su mejilla.
—¡Te prepararé algo!—iba a levantarse pero Tony no se lo permitió.—¿Tony?
—¡Por Dios Steven! ¿Acaso no oíste lo que acabo de decir? Quédate tranquilo. Yo me encargo de todo.
Beso sus labios acostando al hombre enfermo en la cama. Steve pudo ver como Stark se quitaba la ropa para colocarse una más cómoda, ya cambiado se puso manos a la obra. Primeramente se encargó de su esposo dándole un baño con agua tibia, lo seco, peino y vistió para después bajarlo a la sala donde estaría más fresco. Su Alfa le puso uno de sus suéteres que le quedaban algo holgados, estaba impregnado de su delicioso aroma cosa que lo ponía muy feliz. Es la primera vez que hacía algo como eso.
Luego el castaño comenzó a hacer la cena. Algo para él y sopa para Steve que solo ha tomado pastillas. Fue ágil, hizo todo de manera rápida hasta tener las cosas listas. Con la cena terminada se la llevó en una bandeja a su querido Omega, juntos comieron en el sofá viendo televisión.
—¿Tony?
—Dime.
—Gracias, te quiero mucho—sonrió recibiendo una igual de reluciente, nada más que con un beso incluido.—Eres bueno, te quedó rico.
—Por supuesto. Hacer máquinas y papeleo no es lo único que sé hacer—rió altanero.—Y yo igual te quiero.
Y bueno. Steve decayó por todo el estrés y presión que ejerció en si mismo por las creencias de sus papás, no lo hablo con Tony hasta ahora, ya que el castaño le explicó que eso era mentira. Bueno, con él no tendría que hacerlo, con amarlo sería suficiente. Y pudo estar en paz, ambos en realidad. Sus lobos aullando de felicidad.
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•Lamento tardar mi gente, pero estaba ocupada (^3^♪, espero les haya gustado. Stevie descubrió que Tony no es como los demás Alfas cabeza hueca, y aquí si sabe cocinar 👀.
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Solo Stony
FanfictionHistorias cortas de esta preciosa pareja, algunas con o sin continuación. Ya saben, solo Steve Bottom/pasivo y Tony Top/activo.