En memoria de...

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Verán, no soy una persona de tener relaciones clandestinas con cualquier ser que se me cruce, soy más de algo estable, duradero y lleno de amor, ternura, eso es lo que realmente busco formar con la persona que considere indicada. Y vaya que creía haberla encontrado, de verdad estuve perdidamente enamorado de aquel individuo que terminó por destrozarme y perturbarme. Ahora lo recuerdo como un episodio escandaloso y bizarro pero en su momento fue una experiencia traumática y a continuación se los explicaré con claridad.

Mi nombre debe ser irrelevante pero aún así deseo compartirlo, soy Steve Rogers y este es mi relato de la relación más horrible que he tenido y la experiencia más desagradable.

Cuando lo conocí mis ojos no podían apartarse de tan hermoso hombre con el que me había topado casualmente fuera del local donde solía comprarle donas a mi madre enferma, parcialmente lo aprecie en la fila para comprar el postre pero ya en la calle todo cambió. ¡Es increíblemente atractivo! Y en este caso no lo determino como pasado, ya que aún sigue respirando en el plano terrenal solo que... Nunca más supe que fue de su vida luego de haberme dado a la fuga para no verlo jamás.

Su nombre es Tony, cabello castaño de piel caramelo y ojos miel, sonrisa encantadora y labios llamativos que te invitaban más a besar que a entablar una conversación. Mínimo mide 1.70, musculatura definida al igual que una quijada perfecta recubierta de pelo facial recortado en forma de candado, aquello le daba más atractivo al guapo semental. Es una descripción meramente detallada pero es suficiente para mí, me da vergüenza y un horrible vuelco en el estómago nada más describirlo ¡Hago un gran esfuerzo!

Así que, por un tiempo solo me límite a observarlo como un acosador rubio de ojos azules que le duplicaba en tamaño, lo veía en la registradora comprando su caja de donas especiales con muchísimo chocolate y chispas de colores, mientras que yo para mí queridísima madre le llevaba simples polvoreadas con azúcar, y una que otra con crema. Todos los miércoles y viernes era así, pero incluso solo para apreciarlo comencé a ir los días completos de la semana. Era muy tímido para hablarle, no sabía cómo reaccionaria a un extraño, aún más, sino era como yo... Ustedes deberían comprender a lo que me refiero.
Pero un viernes a la misma hora, una con cuarenta y cinco, no lo halle por ningún rincón del establecimiento en el remoto barrio de Queens. Fue algo curioso para mí... Hasta triste, pero pensándolo bien no siempre podría verlo ahí, seguramente tenía otras cosas que hacer y no pudo acercarse a por sus donas preferidas. Y en esta época en la que estoy me hubiera encantado que nunca jamás se hubiera cruzado por mi vida, por mi camino, por mis sueños, no hubiera sido herido como lo fui. Siempre digo... ¡Me arrepiento de haberte conocido Tony Stark! Detesto el puto día en el que te ví en la fila.

Pero finalmente, no lo volví a encontrar por un tiempo hasta que por obra del destino, o simplemente casualidad nuevamente, nos encontramos cara a cara en la clínica donde estaba internada mi madre. Fue extraño mirarle los ojos de frente, al instante un sonrojo pinto mi cara y los nervios me invadieron, Dios mío ¿Que hacía él en este lugar?
Tengo una maña, algo que hago cuando me encuentro en una situación que no me gusta o me siento incómodo, y es agarrar un mechón de mi cabello entre mis dedos y frotarlo sin parar, y jalarlo con intención de desprenderlo pero nunca llegó hasta ahí. Comencé a hacerlo, rápidamente me quite de su camino en el pasillo y continúe hasta las puertas de las habitaciones de hospital, pero no conté con que... Me llamaría.
Debo admitirlo, fue la mejor sensación de mi vida en aquel entonces. Mi corazón latía rapidísimo golpeando contra mi pecho.

—Hey rubio bonito ¿Acaso me estás siguiendo?

Pare en seco. Comencé a sudar a chorros, no no no ¿En serio se había dado cuenta de mi mirada insistente, de mis copiosas idas a la mejor tienda de donas? Rayos ¡No! Que vergüenza, que vergüenza. Lo único en lo que podía pensar era en “tragame tierra y no me escupas jamás”.

—Eres sordo o te comieron la lengua los ratones cariño. Te estoy hablando es de mala educación permanecer de espaldas—reitero avanzando a mi posición, sus zapatos rechinaron en el suelo liso poniéndome los pelos de punta ¿Que más podía hacer? Dar la cara fue lo mejor que se me ocurrió.

—Lo siento, pero creo que me estás malinterpretando.

Defenderme era prioridad ya que no podía permitirme una orden de alejamiento, ¿Se imaginan? ¡Que horror! Y menos una discusión justo allí, así que mejor era llevar la fiesta en paz y dar... Explicaciones al hombre de mis sueños, el que, ignorante de todo, era dueño de mis suspiros. Aahh, lo acompañaba una fragancia exquisita tanto como una sonrisa burlona; ahora que pude oírlo tan cerca juro que en ese momento sentí el suelo estremecerse. No era grave ni tan suave, ¡Perfecto!
Si me concentro en este instante, puedo recordar su antes rica colonia como un aroma fantasmal en mis fosas. Asqueroso.

—Ah, ¿En serio? Te he visto en las donas, siempre estás ahí hermosura. ¿O crees que soy tan estúpido como para olvidarme de alguien tan... Llamativo como tú?

Lo mire consternado, también... También me estuvo observando. El rubor se extendió caliente hasta mi cuello. Incluso creo que temblé, y más rápido que nunca jugué con el mechón de antes.
Que patético me recuerdo, pero siento empatía por mi yo del pasado. Era inocente, hasta cierto punto frágil y me lo habían dicho pero incrédulo los ignoraba, cuánta razón. Pero bueno, siendo sincero era muy difícil mantener la compostura con alguien como Tony. Imponente y hermoso.

—Si bueno... Lo siento mucho en verdad si llegué a incomodarte, no era mi intención.

—Debes aprender un poco de mi rubio, te estuve viendo por mucho tiempo también pero nunca te diste cuenta—rió bajo.—Pero eso ya no importa ¿Cómo te llamas?

Extendió su mano hasta mi, la tomé sin quisiera pensarlo un poco más. Cálida, de aguante firme, trague saliva.

—S–Steve.

—¿Tienes algún apellido Stevie?

—¡Ah qué pena! Rogers, soy Steven Rogers.

—Es un placer por fin conocerte Steven Rogers, soy Tony Stark. Un gusto.

Ahí fue donde dió inicio todo realmente, el agujero en el que me sumergí desesperado pero tan emocionado, y al que me costó con mucho dolor salir...

¡He vuelto! Pero no por mucho ¿Que creen que le hizo Tony a Steve?

Solo Stony Donde viven las historias. Descúbrelo ahora