Ciego

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Sad.



¿Sabes que es triste?

[Vivir al lado de tu peor enemigo sin saberlo]

La vida del marginado Steve Rogers nunca fue fácil ni lo será. Desde que nació no a podido ver, algo dentro de su madre fallo por lo tanto en él también sucedió lo mismo. “Atrofia del nervio óptico”. 

Sus ojos hermosamente azulados solo contemplaban el frío y solitario negro del abismo.

Nacer sin vista como las demás personas normales era algo tan triste. Odiaba ser así, y más cuando, lo hacían a un lado por ello.

Desde pequeño sabe lo que es el dolor físico y psicológico. Cuando chocaba con un objeto, cuando tropezaba en la casa o en la calle, cuando lo empujaban... cuando le decían cosas malas por cometer un error al no comprender las cosas. El no pidió nacer ciego. Le tocó simplemente.

Tuvo que aprender cómo andar en la calle, aprender donde estaba cada cera, cada tienda, cada camino... aprender la textura de las cosas, como caminar por los pasillos sin romper un jarrón, a usar un bastón para su discapacidad visual, a no golpear a alguien sin querer, a leer en Braille. A anotar los apuntes con una máquina de escribir especial para él.

Entre muchas cosas más.

Pero esto no era nada en realidad comparado a lo que tuvo que vivir día a día en la secundaria. Los adolescentes son crueles y no saben medir sus acciones. El peor error que pudo cometer su madre fue inscribirlo en una escuela, y pública. Donde todo empeoraba.

Si. Su apariencia... Sarah lo describió como un niño lindo, ojos claros y bonitos, labios rellenos y rojizos, piel suave y pálida, complexión delgada, cabello liso y rubio. Todo un imán de chicas... aunque fuera bonito, eso no ayudaba en su situación. Seguían siendo unos imbéciles sin corazón.

Muchas veces llegó a casa herido, con algo torcido, un labio roto, una cortada en su mejilla, sin su bastón de apoyo, sin sus cosas, sin alguna prenda, moretones morados. Cada día perdía más la esperanza en las personas y... simplemente quería terminar con todo. Detestaba no encajar, detestaba no poder apreciar los colores, el cielo, la tierra, las personas, las cosas, los carros, los edificios... detestaba no saber cómo era. Saber cómo es. Vivía en estrés y llanto.

Ya no podía más. Y le daba miedo volver, porque allá.
Allá le hacían cosas horribles como dejarlo encerrado en un salón o un baño.
Colocarle cosas en el asiento o en la mesa para que se hiciese daño.
Una vez tuvo que ir al sanitario, más vale no se hubiera sentado por que el dolor que sintió en su parte más íntima y baja, lo hizo gritar ahogado.

¿Quien sabe que más podrían hacerle?

Los directivos se hacían de la vista gorda.

Quería amigos, alguien conque compartir su sentir. Pero nadie deseaba acercarse. ¿Porque lo mataban de esa manera cuando lo único que hacia era existir? No le hacía daño a nadie.
Solo contaba con un peluche que descansaba en su cama y con su madre. Que tampoco podía hacer nada pues... ¿Que podría decirle? No le contaba nada. No quería hacerla sufrir más, era suficiente con una carga como él.

Pero todo esto nos lleva hasta aquí. Steve dormía agusto y feliz después de tanto con un hombre que pensó, lo quería, entendía, y apoyaba. Salió de un infierno para caer en otro. No recordaba la risa bizarra del autor de todas esas atrocidades pues, le valía más olvidar que recordar aquello.

Y es que.

Tony Stark no le dejaría ir nunca.



¿Alguna vez vieron esa serie de imágenes donde le hacían daño a una niña ciega? No recuerdo el artista, ni el nombre de la protagonista de los dibujos. Pero si los escenarios y todo lo malo que vivió... he aquí mi inspiración.

Solo Stony Donde viven las historias. Descúbrelo ahora