Omega

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Steve tenía claro para que nació. Sus padres, más que todo su progenitor le recordaba a cada instante que el único propósito de un Omega es, cuidar de su hogar, y su familia, atender satisfactoriamente a su futuro Alfa para que no lo abandonará por otro u otra más eficiente. Sus palabras lo hirieron, pero a medida que fue creciendo se acostumbro y vivió con ese chip mental instalado. Ser de esa casta es una bendición, ya que quieran o no, son vitales y la cúspide de la fertilidad. Luego estaban los betas, humanos normales, pero que también tenían sus ventajas y cosas especiales.

Steve siempre quiso ser uno. Ya que sus vidas aunque simples, son más fáciles. Tenían ventajas. Podían vivir libres sin ese cáncer mental que lo presionaba hasta dejarlo al borde.

Al final puede decir que sus habilidades y belleza rindieron frutos ya que atrajo a un excelente Alfa con el que se casó. Tony, su querido castaño de ojos avellana, dueño de una compañía millonaria y el hombre con más prestigio en este país. No entrara en detalles de cómo se conocieron, solo dirá que fue un click lo que los unió. Por supuesto jamás olvidará su principal trabajo como esposo del castaño, ser un buen amo de casa tal y como le dijeron. Si quería que Tony no lo dejara a la deriva por otro, tendría que poner mucho de su parte.

Se levanta temprano cada mañana para hacer el desayuno, prepara las prendas que usará ese día su marido, le prepara el baño, lo despierta con un dulce beso en la frente para que se dé una ducha, luego lo espera abajo para desayunar con una reluciente sonrisa, el empresario lo recompensa devolviéndole el gesto y regalándole un beso en los labios. Después lo despide en la puerta, luego procede a hacer la limpieza de la mansión, a lavar la ropa sucia, a fregar los trastes, a acomodar el jardín, el tiempo pasa y tiene que hacer el almuerzo para él, ya que Tony regresa entrada la noche. No hay sirvientas ni mayordomos, Steve insistió en que debía hacerlo solo ya que es su deber como esposo y Omega, en primera estancia Tony no estuvo de acuerdo, pero lo dejo pasar.

En la noche hacia una deliciosa cena con la que recibía a su Alfa. Lo ayudaba con su portafolios y el suéter del traje, lo llevaba hasta el comedor y comían juntos. Volvía a lavar los trastes, subía para atender las necesidades del castaño que lo trataba con mucho amor, y cariño haciendo que su corazón palpite feliz. Más cuando le traía presentes, como collares o dulces. Siempre usaban protección ya que Tony dijo que aún no quería cachorros, Steve se sintió aliviado por ello, pues tampoco quería aún. No se veía siendo madre tan temprano como Sarah, no quería ser una incubadora.

En eso consistía sus días, y nunca rompía la rutina. Tal y como mamá le enseñó. Iba de compras para llenar la despensa, y así. Es agotador pero, es feliz con su vida. No tenía muchos amigos, así que nadie iba de visita a casa. Sus padres y suegros estaban muertos, y Tony de vez en cuando traía a uno de sus compañeros a quienes no dudaba en atender. Se sonrojaba por los halagos que recibía, desde, eres un Omega hermoso, hasta, ¡Que suerte tienes Stark! Es toda una belleza. Y él sonríe.

Todo iba en curso, perfecto. Hasta que... simplemente un día cualquiera enfermo. Comenzó a sentir malestar en la mañana, no dijo nada. Hizo su rutina hasta despedir al cabeza de familia con un tierno beso, seguía con la incomodidad pero lo ignoro. Hasta llegar a un punto que el dolor de cabeza y espalda fue insoportable, tuvo que quedarse en la cama con un millón de cosas rondando su cabeza. Tomo medicina para acelerar el proceso de curación, pero nada que mejoraba, sus articulaciones dolían no permitiéndole pararse de la cama. Estuvo todo el día allí hasta la... noche.

Y abrió los ojos lleno de angustia y temor, ¡Su esposo vendría y no hallaría nada preparado para comer! Quería levantarse, pero simplemente, no podía. Deseaba llorar con todas sus ganas, sabía lo que pasaría si su Alfa llega y no encuentra nada hecho. Ha visto muy de cerca como Joseph maltrataba a su pobre madre cuando está no hacía la cena, y él y sus hermanos no sabían... también sufrían las consecuencias. Anthony jamás le ha hecho algo, pero aún así el terror permanecía por años de traumas.

—¡Steve ya estoy aquí!

Escucho que llamaron abajo. Pronto los colores subieron a su rostro.



¿Quieren continuación?  👉🏼👈🏼

Mi pobre bebito no tenía porque pasar por eso, pero lastimosamente nació en la época donde el machismo hacia los Omegas era fuerte.

a_sky_violett

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