CAPÍTULO 34

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Su boca sobre la mía es un delirio para mi cabeza.

Es sensual y arrebatadora.

Entonces me hace conocer las facetas que nunca hubiera imaginado.

Me hubiera esperado un beso suave y tranquilo como fue la unión de nuestros labios pero no fue así.

Él hace que lo que espero sea erróneo.

Que cambie mis ideas y conozca unas nuevas.

Como la delicadeza que hay detrás de un asedio.

Mi boca se pierde en su camino pero poco a poco imito sus movimientos, pero la intensidad de la suya deja como una simple caricia lo que yo le hago a él.

Tomo su rostro entre mis manos y levanto mi cuerpo haciendo que retroceda sin despegar nuestras bocas.

Él rodea mi cintura con uno de sus brazos y con el otro toma mi nuca haciendo que ladee un poco la cabeza para que me bese más intensamente, si es que eso es posible.

El calor empieza a recorrer mi cuerpo, viaja acompañada de la sangre, mezclándose.

Mis pulmones empiezan a arder exigiéndome un aire que no quiero proporcionar.

Vosk se separa de mí solo unos centímetros recargando su frente en la mía.

Escucho nuestras respiraciones agitadas porque no quiero abrir los ojos, quiero permanecer un poco más en aquella sensación.

Mis labios empiezan a cosquillear y los toco con las puntas de mis dedos.

-Hinchados y rosas, tal y como me gustan.

Abro los ojos ante sus palabras encontrándome con sus labios tan hinchados que me dan ganas de tomarlos entre mis dientes y no soltarlos jamás.

Mis mejillas se tiñen de rosa por mis pensamientos y por lo que acaba de ocurrir.

Vosk acaricia con su pulgar mi mejilla y siento el frescor de su piel contra lo caliente de mi mejilla.

-Solo fue un beso y mira cómo te has puesto-murmura pero lo dice con placer, como si le gustara mi reacción y la expectativa de lo que podría venir.

Me sonrojo aún más por sus palabras e intento desviar la mirada pero no me lo permite.

-No sientas vergüenza, no conmigo-me pide y sus labios vuelven a juntarse con los míos de una manera dulce y cálida.

Las sensaciones que se esparcen por mi cuerpo son extrañas y me causan felicidad.

Felicidad porque todo aquello que yo narro en mis libros, la sensación de cosquilleo y el toque de él sobre mi cuerpo tan sensible a mi piel.

Lo estoy sintiendo, es real.

Su celular empieza a sonar y yo me alejo un poco y tomo de un sorbo de mi bebida refrescándome.

El observa el número en el teléfono y luego me mira.

-Tengo que contestar-anuncia y yo asiento.

Lo que me sorprende es que se retira de la habitación para contestar, cosas del trabajo supongo.

Tomo asiento y Veo lo sola que se siente esta casa.

Si él come todos los días aquí no me quiero imaginar lo solo que se siente,

Escucho sus pasos regresar y lo volteo a ver.

Su ceño esta fruncido, parece molesto.

-¿Malas noticias?-le pregunto y él solo niega con la cabeza mientras se sienta y empieza a comer.

ENTRE SANGRE Y TINTA (TERMINADA) √Donde viven las historias. Descúbrelo ahora