CAPÍTULO 41

4.6K 317 19
                                    

Yo conocía el dolor, yo sabía lo que era sufrir por las heridas del pasado.

¿Pero estaba preparada para consolar las de otro?

¿Lo estamos alguna vez?

Yo lo acepte, acepte que no lo sabía hacer pero lo intente.

Me aferre a su cuello y no lo deje ir, aun cuando no sabía que decir.

Porque no quería decirle que el tiempo sana las heridas, porque a veces no lo hacen.

A veces el recuerdo perdura y entonces no se olvida y por ende el dolor es un vil recordatorio, uno molesto.

He de admitir que quiero sanarlo, mi piel pica por querer consolarlo y lo estaba haciendo.

Quería estar ahí, consolarlo.

Se separa un poco de mí y me mira a los ojos.

Sus ojos azules cubiertos en la neblina del recuerdo pero aun mirándome a mí, están ahí, conmigo.

Acaricio su majilla con mi pulgar y le sonrío con honestidad.

Le sonrío para que sepa que quizá y sea difícil pero que estoy ahí pase lo que pase en su cabeza, o en su corazón.

-¿Cómo te siente?-le pregunto con calma aun cuando creo que puede ser la pregunta más tonta que haya salido de mis labios.

Lo miro inspeccionando sus ojos y un alivio me abunda el corazón.

Porque se ve tranquilo, quizá y sea osada en asumir que incluso parecelibre.

-No creo que me haya sentido así de bien hace mucho tiempo-dice y una emoción caliente me invade.

Sonrió y le acaricio las mejillas con mis dedos.

Él se separa de mí y ve a su alrededor, como si no pareciera tan tormentoso ahora y quisiera tener el valor de algún día mirar a mis tormentos como el mira los suyos.

Enfrentarlos de la manera más difícil que creo que existe, y esa es exponiendo la parte vulnerable de mí a alguien más.

Dimitri cubre todo de nuevo, apaga la luz y salimos de ahí con tranquilidad.

Escucho como respira profundo y luego me carga como antes y camina al coche.

Lo abrazo con fuerza, queriendo que me de la fuerza que tuvo para abrirse a mí de tal forma.

Yo he dicho que él no se abría conmigo, no me hablaba pero la realidad es que lo hacía y lo hizo.

A su manera, en sus besos silenciosos, en sus miradas, en sus cuidados, en cada aspecto que le fuera posible y ahora, ahora me confió algo importante, algo que traspasa los límites que en un punto yo pinte.

Y lo digo porque yo hable mucho, yo use las palabras para comunicarme y al final, al final el dio el paso hacia los pensamientos y sentimientos heridos.

Al final él confió en mí, cuando sus palabras eran cortas.

Que irónico ser ahora la que realmente no quiere ser conocida y quiero cambiarlo, no hoy, no es mi momento y no lo quiero así, pero quiero hablar con él, sin rodear y evitar lo que he evitado.

Dimitri abre la puerta del coche y me sienta con cuidado en el asiento de piel, cierra la puerta y rodea el coche.

Lo miro y siento como mi corazón se infla de infinitas emociones.

Se sube y me mira.

Me sonríe de lado y me sorprende, porque hubiera jurado que se hubiera apartado de mí, que se habría cerrado y vuelto todo seriedad.

ENTRE SANGRE Y TINTA (TERMINADA) √Donde viven las historias. Descúbrelo ahora