ENTRE SANGRE Y TINTA (TERMINADA) √

CAPÍTULO 2.

Veía a muchos médicos e internos caminar de un lado a otro rápidamente, con tablets en sus manos y otros con termos de café.

-Vaya-murmuro al ver cuanta gente se mueve por el lugar.

Caminamos por el lugar y veo puertas de cristal que se abren con un pin electrónico.

-Están muy modernizados-asiento y ellas ríen.

-Sí, este lugar parece adelantado a su época-dice Anne golpeando una de las paredes.

Pasamos por varios pasillos y veo un montón de cuartos con pacientes dentro y otros vacíos.

Camillas ir y venir, chicos caminar rápidamente en busca de algo o con las manos llenas de medicamentos y cosas médicas.

-Me siento tan pérdida y encantada a la vez por todo esto-digo sin dejar pasar los colores azules de las paredes.

-Nos pasa a todos-me codea Tania y yo niego.

-No, tú sabes de esto, conoces esto, lo vives, pero yo...me preguntas que instrumental quirúrgico lleva ese chico y solo te identifico las vendas y las jeringas-digo señalando a un chico con anteojos y uniforme azul claro-.Y que él es interno.

Las dos vuelven a reír y yo sonrío.

Gracias Grey's anatomy.

-Tranquila, aprenderás rápido-dice Anne y algo empieza a sonar en ella.

La miro y veo que saca un aparatito negro.

-Me tengo que ir, urgencia-dice pero ya va corriendo por el pasillo.

-Esa cosa nos informa sobre algún paciente que esté en peligro-me informa Tania y aparece el mismo sonido pero ahora es de ella.

-Me las apañare sola-digo rápidamente y ella sonríe y sale corriendo.

Vaya primer día.

Camino viendo el lugar y veo una puerta con un rectángulo de cristal, son unas escaleras.

Abro la puerta y subo a paso lento hasta abrir otra puerta y salgo viendo una sala llena de colores.

Me adentro y camino viendo animales pintados en las paredes y llena de colores alegres.

-¿Puedo ayudarla?-pregunta una voz a mi espalda.

Me giro y veo a una chica de más o menos mi edad, quizá unos veintisiete años máximo.

-Oh, no, soy Liza, haré un libro sobre este hospital-anuncio feliz y ella se pone roja de la vergüenza.

-Lo siento, es verdad, nos lo habían comentado-dice jugando con su pelo rubio y yo hago un ademan con la mano para quitarle importancia.

-¿Cómo te llamas?-pregunto y ella niega.

-No creo que este bien que yo hable con usted-dice y yo frunzo el ceño en desconcierto.

-¿Por qué? No muerdo-bromeo y una tímida sonrisa aparece en su rostro lleno de pecas.

-El director del departamento dijo que no quería que eclipsáramos su participación en el libro-dice y se cubre la boca con la mano en el momento que las palabras dejan su boca.

Tiene los ojos tan abiertos por la sorpresa, como si hubiera dicho algo que no debía.

-Por favor, no diga nada de esto, olvídelo-dice asustada dándose la vuelta para irse pero la tomo del brazo con delicadeza.

-No sé de qué hablábamos pero solo te diré que la escritora soy yo, yo decido, ¿entendido?-alzo las cejas para ver si comprendió y una radiante sonrisa aparece en su rostro.