CAPÍTULO 8.

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Me veo en el espejo de cuerpo completo de mi habitación.

Ladeo la cabeza he intento bajar un poco más mi vestido blanco pero es imposible.

-Adelante-digo cuando tocan mi puerta y me arreglo mi cabello chino.

Tayler entra arreglando su camisa blanca.

Al verme sonríe y se acerca al espejo.

-Estás muy guapa-dice con una sonrisa y yo me miro en el espejo haciendo una mueca.

-¿No está un poco corto?-señalo la tela que cubre mis piernas y él rueda los ojos.

-Está cuatro dedos arriba de la rodilla Izi-dice mirándose en el espejo.

-Vale-digo y me siento en la cama poniéndome unos flats color crema, olvídense de que use tacones.

Me levanto y voy hacia él que se sigue inspeccionando en el espejo.

Lo abrazo y beso su mejilla.

-El espejo se va a romper-bromeo haciéndolo reír.

-Por tu culpa-dice ahora haciéndome reír a mí.

Nos miró en el espejo y me siento demasiado feliz.

Veo mi vestido anudado a la parte de atrás del cuello, me aprieta hasta la cintura y cae muy sutilmente hasta por encima de las rodillas.

Traigo el pelo suelto y un maquillaje muy natural.

-¿Nos vamos?-pregunto viendo mi reloj.

Nueve cuarenta y tres de la noche.

-Sí, Jeremy nos ha de estar esperando-dice y yo asiento.

Él sale primero y yo me pongo perfume y tomo mi bolso pequeño al que le entra únicamente lo esencial.

Salgo y en el recibidor tomo mi abrigo y ayudo a acomodar el cuello de la camisa de Tayler y los dos salimos hacia su auto.

Un precioso Audi en color negro.

Las calles a esta hora de la noche están bastante llenas.

Pongo la radio y muevo la cabeza al ritmo de la música.

-¿Segura que estas bien? Podemos posponerlo-dice Tayler mirándome de reojo.

-Justo por esto es que no te iba a decir nada-gruño y él me mira mal.

-Solo me preocupo, te golpeo un auto Liza-dice y pone las luces de que va a la derecha.

-Estoy bien, solo me roso-repito y él asiente.

-Cualquier cosa, podemos regresar cuando quieras-murmura y yo beso su mejilla.

-Eres todo un amor-digo viendo la calle.

-Lo soy-afirma y yo rio.

-No puedo creer que hayas dejado a aquel guapo doctor en plena calle-se ríe y yo me pongo colorada.

-Se lo merecía-me encojo de hombros pero por dentro los nervios me carcomen.

No quiero que llegue el domingo.

No quiero verlo, no podría.

Maneja con tranquilidad y yo veo por la ventana pensando en aquel demonio de ojos grises.

Agito mi cabeza evitándolo en mis pensamientos pero parece estar bien ahí.

Parece estar bien atormentándome.

-Llegamos-dice Tayler y veo al frente una puerta con luces neón y un cadenero.

Me bajo y caminamos hacia el lugar, la música se escucha hasta acá.

ENTRE SANGRE Y TINTA (TERMINADA) √Donde viven las historias. Descúbrelo ahora