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Al despertar la pareja se encontraba aún en el jardín Joaquín sonrió al ver a su familia ahí, pero se preocupó al sentir un poco caliente a su hijo

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Al despertar la pareja se encontraba aún en el jardín Joaquín sonrió al ver a su familia ahí, pero se preocupó al sentir un poco caliente a su hijo.

—EMILIO —grito alertando al alfa.

—¿Que ocurre? —pregunto preocupado.

—Es Jae. —respondio con los ojos llorosos.

El alfa se levantó rápido y tomo en sus brazos a su hijo y Joaquín se levantó rápido, Emilio se encaminó rápido a la casa llamando la atención de sus padres y los padres de su esposo.

—Papá llama a la doctora. —dijo mientras era seguido de Joaquín.

Los padres lo hicieron rápido para ir a la habitación de su nieto, al llegar vieron a los lobos de sus hijos alrededor del niño mientras lo tocaban con sus narices los para tratar de despertar a su hijo. Al llegar la doctora los lobos estaban atentos ante lo que la mujer hacia al te mí de revisarlo miro a los lobos los cuales la miraban.

—El está bien. —hablo. —al tener una convergencia lo debilitó mucho más que a un adulto. —miro al niño. —al haber nacido de sus lobos sus probabilidades de ser alfas es más alta.

—¿Quiere decir que Jae tuvo una convergencia? —pregunto uno de los alfas.

—Asi es. —los vio. —al haber sido procreado por sus lobos su transformación a lobo fue más temprana.

Los padres asintieron y vieron como los lobos seguían cuidando al niño pues era su pequeño cachorro el fruto de su amor y de su unión y lo iban a cuidar cuete lo que cueste.

Al amanecer el niño despertó primero y lo que vio fue a sus dos padres junto a él dormimos, estos lo tenían abrazado él se movió un poco despertando a ambos los cuales al verlo le sonrieron.

—¿Te encuentras bien cachorro? —pregunto Emilio algo cansado.

—Si papá. —susurro.

—Nos tenías preocupado hijo. —hablo Joaquín. —pero no es nada grave. —sonrió. —sentiras un poco de dolor pero es debido a tu transformación.

—¿Transformación? —los vio. —no comprendo.

—Te explicaremos luego. —hablo el alfa. —debes de dormir para recuperar fuerzas.

El niño asintió y vio como sus padres se levantaban de su cama le dieron un beso en la frente y salieron de la habitación para ir a la suya ambos estaban cansados pues después que sus lobos les dijeran que estaba bien ambos se quedaron toda la noche cuidando a su pequeño cachorro.

—Todo estará bien. —sonrió Joaquina para abrazar a su alfa.

—Me duele saber que Jae crece cada vez más. —hablo Emilio. —siento como si ayer fuera un pequeño bebé y lo cargará por primera vez.

 —siento como si ayer fuera un pequeño bebé y lo cargará por primera vez

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¡Osorio Quiero Otra Niña!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora