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Los dos ya se encontraban ya en la comodidad de su hogar los niños al enterarse que no sería una sino tres hermanos más se alegraron mucho, la pareja estaba muy feliz.

La construcción de la casa del árbol iba perfecto, todo iba de maravilla el vientre de Joaquín crecía cada vez más y Emilio estaba cada vez alerta cuidando que Joaquín no tuviera ningún accidente y era en esa etapa en la cual Emilio se volvía muy sobreprotector al punto de gruñir cuando alguien quería tocar el vientre de su omega.

Joaquín miraba al alfa alimentar a uno de los gemelos mientras su otro hijo ayudaba con su hermano, la pequeña estaba con el mientras la abrazaba. Emilio al terminar le dio palmaditas al bebé para que eructará.

—¿Porque me miras así? —pregunto el mayor mientras arruyaba a su hijo.

—Te ves bien. —sonrio. —ya no te vez tan rudo como antes.

El alfa rió y se acercó para darle un beso en la frente mientras le pasaba con cuidado al bebé y el ayudaba a su hijo con el otro bebé el niño se acercó a su hermana la cual lo abrazo.

—Creo que van a necesitar una niñera. —dijo su hijo. —ya somos siete hijos. —Tu padre decidió quedarse con ustedes. —se sentó a la par de su esposo. —pero creo que tienes razón una ayuda más no le vendría mal.

—Papá. —dijo la niña.

—¿Que ocurre cielo? —pregunto el alfa.

—La sigueña a venido muchas veces. —lo vio.

Emilio y Joaquín casi se atragantan al escuchar lo que su pequeña dijo y su hijo no pudo evitar reír ante la reacción de sus padres. La pequeña solo miraba sus reacciones sin entender nada de lo que ocurría, ella solo se acercó y sonrió al ver a uno de sus hermanos dormir.

—Ellos duermen mucho. —hablo. —¿Porque duermen mucho? —vio a sus padres.

—Es porque están creciendo. —respondio el omega.

—Cuando eras una pequeña bebé dormías por horas. —sonrió el alfa. —eras y seguirás siendo nuestra princesa.

La niña sonrió y vio como sus padres ponían en las cunas a los bebés para salir de la habitación la pequeña pidió ser cargada por su padre alfa y este no dudó en hacerlo, Jaehyun por su parte ayudo a su padre omega a bajar a la sala para dirigirse a la cocina y prepararse una corta merienda.

—Mira papi tengo un bigote de chocolate. —hablo la pequeña emocionada.

Los padres sonrieron mientras reían y disfrutaban del momento en familia que tenían se sentían felices

¡Osorio Quiero Otra Niña!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora