¡Osorio Quiero Otra Niña!

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Joaquin se giro y abrazo al alfa el cual lo atrajo a él, Joaquín seguía durmiendo  mientras Emilio lo admiraba Joaquín ante la mirada del alfa abrió los ojos y lo vio. 

—¿Cómo estuvo tu cigarrillo? —pregunto en un bostezo. 

—Bien. —le acarició la mejilla. —aunque Lia casi me descubre. 

—Ella es muy escurridiza. —hablo. —en eso se parece a mí. 

—Lo se amor. —le dio un beso en la frente. —¿Ya sabes cómo se van a llamar? 

—Si hyung. —respondio. —pero no va a saber. 

Emilio negó mientras lo llenaba de muchos besos sacándole cortas risas a Joaquín el cual acarició el cabello de su mayor el cual lo miraba con una sonrisa dulce. Emilio se agachó para quedar a la altura del vientre de Joaquín y le dio tres besos mientras la acariciaba. 

—Hola pequeños soy su papá y estoy muy feliz que estén aquí adentro. —comenzo a hablar el alfa. —quiero que sepan que su papi y yo los amamos mucho y sus otros hermanos también lo hacen. 

—Aun están pequeños. —hablo Joaquín. —dudo que te escuchen. 

—Si lo hacen. —se levantó un poco y rozó sus labios con los de Joaquín. —además así me aseguro que me quieran más a mi. 

Joaquin soltó una suave carcajada que contagio al alfa el cual lo beso y volvió su vista al vientre de su omega para volver a hablar. Mientras el lo hacía Joaquín le acariciaba el cabello mientras miraba a su alfa hablar con su hijos y contarles cosas que sabía que no recordarían. 

—Asi que por favor sean buenos niños y cuando nazcan no estrecen mucho a sus papás. —dijo Emilio para volver a dar un beso en el vientre a su omega. —ahora deben de dormir. 

—Tu también cariño. —susurro Joaquín. —no es bueno para tu salud desvelarte mucho. 

—Lo se. —se acomodo en la cama. —pero yo me duermo hasta asegurarme que mi familia esté bien. 

—Si lo se. —dijo Joaquín. —pero ahora es mi turno. —hablo. —y antes que digas algo soy fuerte como tú hyung. 

Emilio asintió y aunque quería seguir despierto el suave y dulce aroma de Joaquín lo estaba durmiendo, además que el le hacía suaves caricias y cantaba poniendo a dormir a su alfa. Joaquín aprecio el rostro de su esposo, estaba preocupando por el Emilio se desvelaba mucho para atender a los gemelos y a veces por trabajo lo notaba en sus ojeras. 

—Eres un gran alfa. —le beso la mejilla. —por eso mereces un descanso hyung eres un excelente padre y esposo y aunque no te guste mañana serás el consentido