El hermoso y feliz matrimonio está en lo mejor de su felicidad luego del nacimiento de sus hermosos gemelos, pero todo cambia cuando Joaquín siente un vacío enorme y este duda si el Alfa podría llenarlo.
-Por favor Emilio- Suplico el Omega
-Joaquín...
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Joaquín se dirigió a la habitación y tomo la bolsa estaba sumamente nervioso luego de dejar a Emilio en la sala con la excusa de que esperara ahí por su regalo. Lentamente fue quitando su ropa y la arreglo para después ponerse lo que había comprado se acercó a la puerta y hablo.
—Emilio puedes venir a la habitación. —hablo fuerte.
Emilio se levantó un poco confundido pues sentía el nerviosismo de Joaquín, al entrar a la habitación el miro a su hermoso esposo sentado en la cama con una camisa suya, Joaquín se fue levantado lentamente para ir desabrochando los botones de la camisa para finalmente dejarla caer al suelo. Sus mejillas estaban no solo rojas por la vergüenza sino que también porque su celo cada vez más se acerca, Emilio admiraba el hermoso cuerpo de su omega en aquella lencería negra el alfa sonrió mientras se acercaba a paso lento hacia su omega para poder admirarlo más de cerca y disfrutar del exquisito aroma que emanaba.
—¿Te gusta? —sonrió Joaquín. —la compre pensando en usted alfa.
—Me encanta. —le acarició la cintura. —te vez precio mi hermoso omega. —le dio un beso en la boca.
Joaquín como respuesta dejo salir un gemido,pues había entrado en celo y con eso había contagiado a su alfa el cual comenzó a desnudarse para poder aparearse con su omega el cual estaba acostado en la cama mientras el se masturbaba ante la mirada de deseo de su alfa.
Emilio volvió a besar a Joaquin mientras lo acercaba más a él para sentir su calor, Joaquín gimió fuerte al sentir como el alfa lamía y daba leves mordidas a cada parte de su cuerpo ambos estaban ya en el celo.
—Ahg. —gimio al sentir una mordida placentera en su pezón. —alfa.
Emilio sonrió y siguió con su trabajo bajo sus besos hacia el ombligo del omega y lo comenzó a besar mientras le acariciaba las piernas, sumiso ante el placer Joaquín se abrió un poco más dándole más acceso al pálido alfa de estar en sus piernas.
El alfa con su boca beso los músculos de su omega para dejar mordidas en ellas, el iba a marcar en cada parte y centímetro de su cuerpo para que vieran que ese hermoso omega era suyo que ambos se pertenecían. Joaquín volvió a gemir al sentir como su esposo con su boca le iba quitando la lencería pues apresar de estar en celo ambos querían que ese momento fuera único y especial y no solo tenían tres días para ello sino toda una semana.
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