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—Ya llegamos. —dijo Joaquín.

La pareja llegó a su casa y fue recibida por una de las empleadas, Joaquín le sonrió.

—Puedes preparar un té de manzanilla con miel y gotas de limón y lo llevas a nuestra habitación. —sonrió Joaquín.

—Como diga señor Osorio. —dijo la mujer mientras hacía reverencia.

Joaquín ayudo al pálido a ir a la habitación, los dos hijos de ellos al verlos corrieron para abrazarlos Joaquín los abrazo y Emilio a puras penas.

—¿Porque papá apesta a vómito? —pregunto su hijo con una mueca.

—Pues es una noticia que les va a alegrar. —respondió Joaquín mientras acostaba en la cama al alfa.

—¿Cual es papi? —dijo la pequeña mientras abrazaba el conejo de peluche.

—Van a tener un nuevo hermanito o hermanita. —sonrio con emoción el omega. Los hijos sonrieron al escuchar a su padre darles esa noticia estaban felices, ellos abrazaron al omega el cual también lo hizo luego de que viniera el té mando a sus hijos a dormir para quedarse con su esposo.

—Los niños están emocionados. —lo ayudo a sentarse. —y también les da gracia tu estado.

—Lo se. —sonrió. —¿El té es para mí? —pregunto mientras se sentaba.

—Es para mí. —sonrió. —tengo un poco de estrés.

—¿No será malo para el bebé? —hablo.

—Tranquilo. —le dio un beso en la frente. —podremos compartir el té.

Emilio sonrió y le dio un beso en la mejilla a su omega, este se sentó a la par de él mientras disfrutaban del té también se reían ante la nueva situación que tenía el alfa, pero ésta solo iba a ser una etapa más para su vida.

—¿Crees que sea niña? —pregunto el omega mientras ponía la taza en la mesa de noche.

—No lo se amor. —respondio el alfa. —tuvimos suerte que a Jae se le cumplió que quería una hermanita.

—Pues él quiere otra. —hablo el omega. —Jae es un gran niño.

—Lose. —lo abrazo. —sigo sin creer que ambos tenemos a un niño tan lindo y maravilloso como lo es el.

—Emilio. —susurro el omega.

—Mmm. —dijo Emilio.

—Te amo. —hablo y el alfa sonrió.

Emilio se alejo y le acarició las mejillas para besarlo en los labios se separaron y sonrieron para volver a abrazarse.

—Tambien te amo mi hermoso omega. —sonrió Emilio. —ahora debemos de dormir ya es tarde y enserio me duele el estómago.

—Vomito todo hyung. —se burló Joaquín. —creo que vi hasta parte de la cena de ayer.

—Joaquín no seas puerco.—se quejó el pálido.

—Perdon cariño. —dijo el omega mientras se ocultaba en el cuello del alfa

¡Osorio Quiero Otra Niña!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora